Mancha urbana crece entre caos y desorden en Oaxaca

Ante el desbordamiento poblacional, urge planear el crecimiento urbano de las ciudades, detener el avance desordenado a través de instrumentos que permitan establecer los usos y destinos de suelo, así como las zonas de crecimiento el habitacional.

Lo anterior ha provocado la falta de reserva territorial para emprender nuevos desarrollos habitacionales, falta de seguridad jurídica en la tenencia de la tierra que permitan acelerar el crecimiento urbano y garantizar la dotación de los servicios básicos como agua potable, drenaje, pavimentación y otros más.

Las principales ciudades de Oaxaca presenten un crecimiento desordenado que ocasiona cambios en el uso de suelo, afectan negativamente el desarrollo local, inciden al mismo tiempo en los índices de competitividad, debilitan el aparato productivo y lesionan negativamente la calidad de vida de las familias.

El urbanista Sergio Barroso Guzmán admitió que tanto el Plan Estatal de Desarrollo Urbano de Oaxaca como los Planes Parciales de Desarrollo de los municipios han sido rebasados desde hace mucho.

Como consecuencia hemos experimentado el acelerado crecimiento demográfico y por consiguiente su rápida expansión urbana que aunado a la reducida superficie municipal, ha provocado que el área metropolitana de la ciudad incluya, desde 1993, a 18 municipios.

Esto la convierte en una unidad urbana con serias dificultades de integración y administración, situación que se ha presentado con una gran anarquía de áreas y predios de municipios vecinos a la capital.

Subrayó que estos se fueron convirtiendo, en la mayor parte de los casos, en suburbios habitacionales con una fuerte dependencia de la economía y de los servicios de Oaxaca de Juárez.

Demandó recuperar el Plan de Ordenamiento de la Zona Conurbada de la Ciudad de Oaxaca, para orientar, ordenar y regular los asentamientos humanos con el objetivo de propiciar un desarrollo urbano equilibrado que permita el óptimo desempeño de las actividades.

El estado de Oaxaca tiene una superficie total de 9.5 millones de hectáreas, de éstas, poco más de 75% son propiedad social, es decir, pertenecen a comunidades, ejidos y colonias agrícolas.

De ahí la importancia y la necesidad de ordenar el crecimiento de asentamientos humanos, dotarlos de equipamiento urbano, infraestructura y servicios necesarios para propiciar su desarrollo.

Para ello se debe de lograr armonizar de manera consistente y creativa múltiples aspectos que aseguren que estos espacios sean habitables, dignos y aporten valor agregado al desarrollo, puntualizó.

AUMENTAN ASENTAMIENTOS IRREGULARES

Debido a los obstáculos para una urbanización ordenada por la accidentada orografía del estado y a la carencia de infraestructura y servicios, se traduce en el aislamiento y dispersión de sus asentamientos, afirmó el arquitecto Celestino Gómez Soto.

Ex presidente del Colegio de Arquitectos de Oaxaca, planteó realizar estudios y análisis de crecimiento poblacional que permitan planear el crecimiento a corto y mediano plazo de nuestras ciudades y quedar asentados en los Planes de Desarrollo Urbano.

Admitió que la marginación es un elemento que influye significativamente en el tema de vivienda, pues deriva de la combinación de una enorme dispersión poblacional en una superficie que es en 70% montañosa, afirmó el arquitecto Gómez Soto.

Esto implica gran dificultad para hacer llegar la infraestructura social y productiva a las localidades, así como el encarecimiento de los bienes y servicios.

Hoy la vivienda requiere de un espacio de tierra adecuada y destinada exclusivamente para su desarrollo, contemplando accesos y los servicios de electricidad, agua y drenaje, apuntó.

En nuestra capital como en las principales ciudades del estado, los asentamientos espontáneos, marginales, descontrolados o informales son formas de hábitats precarios establecidos en su mayoría en zonas urbanas.

Son creados por un sector de la población, que se establece sin los permisos de los organismos competentes, con un reducido ingreso económico que al construir de forma ilegal fomentan la exclusión, por ser zonas sin dotación de servicios básicos, carentes de planificación, resaltó.

Actualmente la vivienda requiere de un espacio de tierra adecuada y destinada exclusivamente para su desarrollo, contemplando accesos y los servicios de electricidad, agua y drenaje, que se han convertido en un gran reto.

En estas tierras -propiedad social- han surgido principalmente los asentamientos irregulares, caracterizados por viviendas precarias y falta de servicios públicos básicos, también ahí se ubica un número importante de los conjuntos habitacionales para familias de escasos ingresos.