Trabajar la tierra para huir de la pobreza en Oaxaca
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Trabajar la tierra para huir de la pobreza en Oaxaca

Los productores demandan apoyos para incentivar producción de limón, mango, sandía, melón y chilhuacle, pues 85% de la población se dedica al campo que sostiene a esta parte de Oaxaca que a pesar de las carencias, se refugia en el campo para no padecer precariedad


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En esta parte de la Cañada oaxaqueña el calor es intenso, las montañas escarpadas y las distancias largas. Aquí la gente aprendió que la tierra es la mejor opción para vivir.

Los cultivos son extensos, la producción es suficiente para vender a los mercados que piden mango, sandía, ahora experimentan con la berenjena, pero sobre todo el limón y el santo grial del mole, el chilhuacle.

La indiferencia gubernamental frena el potencial de producción del campo, pero ya están acostumbrados y del gobierno no esperan nada.

También los “coyotes” merodean a los productores, con su premisa de comprar barato y vender caro laceran al campo y lo van matando poco a poco.

Pero la mayor preocupación de los cuicatecos es una paradoja, pues se quejan de las afectaciones que han sufrido en sus cultivos por las lluvias que han arrasado con hectáreas de árboles y plantas, pero en temporadas como esta, les falta agua.

Aun con las dificultades que tienen que sortear, la esperanza la mantienen con la mirada en el campo y la organización comunitaria.

 

Ejemplo de trabajo

Un ejemplo de las oportunidades que brinda el campo oaxaqueño es San Juan Bautista Cuicatlán (Tierra del Canto), localizada en la región de la Cañada, en donde los cultivos van desde el limón mexicano hasta el cotizado chile chilhuacle.

Víctor Sánchez Victoria, productor de limón, sostiene que aunque el 85% de la población se dedica a las labores del campo, la producción ha ido a la baja dado que requieren de un mercado garantizado y no depender de los intermediarios o “coyotes”.

No obstante a las plantaciones en Cuicatlán la plaga HLB le ha pegado duró a los productores del cítrico, debido a que es muy agresivo y seca las plantas, “la producción varía pues al año sacamos entre 10 o 12 toneladas y así sobrevivimos”.

“El gobierno no le quiere invertir bien al campo, hay un Comité Estatal de Sanidad Vegetal pero lo dejaron sin presupuesto y eso nos afecta porque no podemos tener asesoría contra las plagas”, expone.

Recuerda que allá por 1990, de la comunidad salían camiones cargados de mango, tanto manila como de otras variedades, pero a casi tres décadas, la producción se ha reducido considerablemente.

“Tenemos cultivos de melón, sandía, mango, maíz, calabacita, berenjena, pero los productos con potencial en el mercado son el limón y el chile chilhuacle por su alto valor, dado que el kilogramo nos lo compran hasta en 300 o 400 pesos”, afirma.

Pero el hombre mayor advierte tanto la carencia de apoyos de gobierno para lograr una mejor producción y contar con asesoría para llevar sus productos a los compradores, pero ya sin los intermediarios.

 

Escases de agua y plagas pone en riesgo cultivos

A su vez, uno de los principales productores de Chilhuacle en Cuicatlán y de donde se distribuye a la entidad, Félix Antonio Martínez Gómez, expone que la falta de agua y plagas pone en riesgo su cultivo.

“De hace una década para acá, el número de productores se ha reducido a nada más tres, entre ellos: Luis López Playas, Abel Martínez Rivera y su servidor, quienes trabajamos todos los días para que no se desaparezca el chile endémico”, detalla.

El oriundo de la Tierra del Canto expone que por cada tres mil metros cuadrados de siembra se cosecha cerca de una tonelada por temporada y en toda la comunidad se sacan tres toneladas, que se van a mercados del interior del estado y del país.

El Chilhuacle es uno de los ingredientes principales que se utiliza en la comida tradicional oaxaqueña para elaborar el mole negro, de ahí su gran demanda, cuyo precio llega a alcanzar los 400 o 500 pesos por kilogramo.

También aborda las plagas que han impactado los cultivos de endémicos en la comunidad, lo cual se ha agravado ante la falta de apoyos tanto de las dependencias estatales (Sedapa), como federal (Sader).

“Ahora la producción es raquítica y se la llevan toda, no exigen tamaño, sino calidad y sabor, siempre ha existido coyotaje, sabemos que en los mercados de la capital [de Oaxaca] el kilo llega costar hasta mil pesos, entonces el beneficio no llega a nosotros”, dice.

 

Tierra de oportunidades

Irinea Natividad Alarcón Vásquez, presidenta del Comisariado de Bienes Ejidales de San Juan Bautista Cuicatlán subraya que sin apoyo de gobierno y a pesar de ser víctima de los fenómenos meteorológicos, han apostado al cultivo de la berenjena, melón y sandía.

“Hay personas que han recibido apoyo por parte de los gobiernos pero que no se dedican al campo, las plagas y el desborde del río nos ha inundado terrenos y azolvado pozos, pero así seguimos trabajando, porque esta tierra es de oportunidades”, afirma.

La mujer también se dedica a la producción de maíz, el cual lo ha venido a los revendedores pues no hay otra opción de venta, “no le sacamos mucho porque en ocasiones nos engañan, piden, se lo llevan y nos dan nada más un adelanto y no los volvemos a ver”.

De igual forma relata las afectaciones por las lluvias de hace unos años, dado que el agua inundó sus terrenos sembrados de Chilhuacle, invertimos y nos excluyeron de los apoyos del siniestro”.
Alarcón Vásquez confía en que las autoridades estatales o federales garanticen el acceso al agua para un riego constante en los cultivos y puedan recobrar las importantes plantaciones de hace unos años.

 

Lo que la tormenta se llevó

Para la ejidataria, las fuertes lluvias que se registraron hace nueve años, no solo se llevaron sus 300 árboles frutales, sino también la posibilidad de generar una mejor economía, pues el terreno de dos hectáreas quedó devastado por la creciente del río.

Relata que poco antes de los daños registrados en la comunidad, su familia llegó a sembrar melón, papaya, frijol y maíz, pero luego ese año, las lluvias se han escaseado en la zona y con ellos la siembra de temporal.

“Tenemos una tierra de primera, pero la ausencia de agua para riego nos hace frenarnos para volver a sembrar pues no todos contamos con los recursos para comprar bombas y desazolvar los pozos existentes”.

Por eso lanza un llamado al gobierno federal, pues ha escuchado los mensajes del presidente de la República, Andrés Manuel López Obrador, en donde habla del apoyo a los verdaderos productores, nada más que en Cuicatlán eso todavía no pasa.

Admite que son cerca de 100 hectáreas las que presentan carencia de agua para riego, lo cual es una amenaza para que la producción en Cuicatlán disminuya, “algunos productores tienen 5 hectáreas otros 2, es variado, pero no perdemos la esperanza de que Cuicatlán mantenga su producción de mango, limón, berenjena, maíz, melón y sandía”.

 

Buenas expectativas

Romeo Salinas, productor de frutales en San Juan Bautista Cuicatlán, es sincero cuando externa que los “coyotes” llegan a ganar más que los verdaderos productores de frutas como melón, sandía o mango.

“Uno de los principales problemas que tenemos para la producción de frutales y de semillas es la falta de agua para el riego, hay pozos pero nos falta el recurso para las bombas porque llegan a costar más de 14 mil pesos”, dice.

Y cuestiona la inequidad en la asignación y otorgamiento de recursos para el campesino, dado que en años anteriores los beneficios del Procampo llegaron a manos de personas no dedicadas a las labores agrícolas.

Recuerda que los encargados de los programas le quitaron los apoyos por “no darle para los refrescos a los funcionarios, ahora vemos que el dinero se queda en personas que no siembran y eso molesta”.

Relata que otro de los cultivos que mantiene la economía en Cuicatlán es el limón, dado que una gran parte de los campesinos lo cultivan y se llega colocar en el mercado a 300 pesos la tara (28 kilogramos).

 

Las carencias de la pobreza

DE ACUERDO al reporte del Consejo Nacional de Evaluación de la Política de Desarrollo Social (Coneval) en su Medición de Pobreza 2008 – 2018, el 27.9% de la población, es decir cerca de 900 mil oaxaqueños tienen carencias por acceso a la alimentación.

Sin embargo, según las mediaciones del organismo, el 44.8% de la población en el estado padece al menos tres carencias; en tanto que el 88.9% sufre al menos una carencia, eso quiere decir que 9 de cada 10 oaxaqueños tienen alguna dificultad para acceder a Salud, Educación, Vivienda, Servicios, entre otros.

Mientras que la población con ingresos inferiores a la línea de pobreza alcanza el 69.0%, así como la población con ingreso inferior a la línea de pobreza extrema es de 37.4%, tomando en cuenta que Coneval estableció la LPI al medio Urbano es de 3, 095.54 pesos y para el Rural 2, 002.96, mientras que la LPEI Urbano es de 1, 554.12 y la LPER Rural es der 1, 103.01.

 

Valor agregado, un caso de éxito

Una persona que ha tenido la visión para ver hacia adelante ha sido la cocinera tradicional Mayra Mariscal Hernández, quien pertenece a la Asociación de Cocineras Tradicionales de Oaxaca encabezadas por Celia Florián y con sus esfuerzos ha logrado el envasado de su producto.

Originaria de la comunidad ubicada en la Cañada de Oaxaca, junto a otras tres mujeres envasó la pasta de mole de chile Chilhuacle, “a finales del mes se va a llevar a cabo una Expo en la Ciudad de Oaxaca y ahí vamos a lanzar el producto”.

“Tenemos muchas expectativas como mujeres productoras, porque creyó en nosotros el Instituto Nacional de los Pueblos Indígenas (INPI) y nos tendió la mano para tener el procesamiento de la pasta de mole y el envasado con etiqueta”, reconoce.

Hernández admite los riesgos que existen para continuar con la producción del endémico, pero también confía en que las autoridades de todos los niveles atiendan el tema de plagas en la región y se salve la producción del chile.


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