Monte Albán la joya de la corona, en riesgo
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Monte Albán la joya de la corona, en riesgo

El mantenimiento de la zona arqueológica se hace a paso lento y con muchas trabas por parte del INAH, como la falta de dinero y los permisos, mientras el deterioro no da tregua


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Son las 10:00 horas y el sol se siente con fuerza, “de a 30 y de 50 los sombreros” grita un vendedor ambulante”, mientras decenas más ofrecen cadenas, pulseras y hasta máscaras a los visitantes que se dan cita en la zona arqueológica de Monte Albán.

La zona arqueológica de Monte Albán y su museo de sitio recibieron de enero a abril del 2019 un total de 56 visitantes cada hora, quienes son testigos del deterioro del lugar; techos en mal estado por las filtraciones de agua y baños sin mantenimiento, mientras que el restaurante pende de un hilo al fracturarse uno de los muros de contención, sin que los trabajadores puedan hacer nada, pues los permisos para realizar obras los otorga el Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH).

“Permítame un momento”, pide un trabajador a una visitante quien con sufrimiento contesta, “es que ya me anda”; el empleado revisa los viejos inodoros para evitar cualquier accidente. Los baños para dama en Monte Albán apenas funcionan y la temporada alta apenas comienza.

Las ruinas, cada vez más deterioradas, por las lluvias y el caminar de los turistas, necesitan una renovación, a la vez que la señalética, aunque relativamente nueva, en muchos lugares ha desaparecido.

Para los turistas que realizan el recorrido por las ruinas todo es asombro, pero en los trabajadores del lugar y en algunos oaxaqueños conocedores aparece preocupación, pues el estuco cae poco a poco y el mantenimiento de las ruinas es muy lento.

A pesar de eso Monte Albán sigue siendo la joya de la corona de Oaxaca, es el más visitado, 163 mil 343 visitantes en los primeros cuatro meses del año o mil 300 diarios, aunque a decir de los trabajadores, en temporada de vacaciones llegan de tres mil a seis mil.

Las ruinas arqueológicas fueron nombradas, junto al Centro Histórico de la ciudad de Oaxaca, Patrimonio Cultural de la Humanidad en 1987, por la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (Unesco), el título apela a las autoridades, a los visitantes y a los oaxaqueños a cuidar y conservar el lugar.

 

Carencias obvias

Jesús se pierde ante la magnificencia de las ruinas de Monte Albán, de estatura baja y con algunos años, conoce de pies a cabeza la zona arqueológica, por lo que también la quiere y siente su deterioro.

Jesús Sergio García Zárate, es delegado del Sindicato Nacional Democrático de Trabajadores de la Secretaría de Cultura (SNDTSC) en Monte Albán, quien con firmeza señala que hasta el momento ninguna autoridad se ha acercado para hablar sobre las peticiones de mantenimiento de 16 museos y zonas arqueológicas de Oaxaca.

“En Monte Albán, por ejemplo, hablamos de la iluminación que ya es obsoleta y que se tiene que corregir. Se tiene que reconstruir el techo para evitar las goteras que se observan en el museo y que afectan a las piezas”, inicia Jesús con una larga lista de deficiencias en el museo de sitio.

La amenaza sigue latente, sino hay respuesta para antes del 22 de julio, las labores se detendrán ese día, pese a que han recibido amenazas por parte de sus jefes, quienes están autorizados para levantarles actas administrativas.

“La impermeabilización la hemos pedido del 2012 para acá”, mientras pone de ejemplo una manguera que se improvisó para desazolvar el agua de los techos, “les decimos a las autoridades y nos contestan que no hay dinero y que no hay autorización”.

Los trabajadores de Monte Albán, señalan que la directora de la zona, Patricia Martínez Lira, sabe de todas las deficiencias que tiene, sin embargo, no ha logrado hacer mucho, “a veces la autoridad no le pone ese empeño para solucionar las cosas. Por años le hemos pedido que recuperen el estuco original y no lo han hecho por infinidad de pretextos”.

 

Monte Albán, la zona arqueológica más visitada

Los Indicadores de la Actividad Turística de enero a abril de la Secretaría de Turismo (Sectur) revelan que la zona arqueológica de Monte Albán es por mucho la más visitada del estado, con 163 mil 343 personas, 139 mil 906 nacionales y 23 mil 437 extranjeros.

El Museo de las Culturas de Oaxaca es el segundo por número de visitantes, con 69 mil 562 personas, 50 mil 686 nacionales y 18 mil 876 extranjeros. La zona arqueológica de Mitla es la tercera, con 22 mil 991 visitantes; 18 mil 638 nacionales y cuatro mil 353 extranjeros.

En total, las zonas arqueológicas y museos de Oaxaca recibieron a 318 mil 125 visitantes en los primeros cuatro meses del año, 266 mil 530 nacionales y 51 mil 595 extranjeros. El Ex Convento de Coixtlahuaca fue la zona arqueológica al que menos visitantes llegaron, con 778.

 

Detalles hasta en los poros

El diagnóstico que realizaron los trabajadores del (SNDTSC) destaca que se requiere el mantenimiento de los sanitarios para su buen funcionamiento ya que se encuentran en malas condiciones, además de que es necesario dar mantenimiento a la instalación eléctrica del sitio, ya que se han encontrado restos de fauna dentro de las lámparas.

“Es importante atender la situación del circuito cerrado y alarmas de seguridad del Museo de sitio para su optima operación y seguridad de los bienes patrimoniales que están bajo resguardo de la zona arqueológica”, indica el análisis.

El campamento presenta filtraciones de agua y anegación de agua de lluvias en las cubiertas, mientras que la sala de exhibición de museo de sitio presenta filtraciones y goteras de agua dentro del museo. Es necesario revisar cédulas de información de la zona arqueológica para reemplazar las que se encuentran en mal estado.

Los trabajadores señalaron que no tienen conocimiento de que exista un proyecto de conservación y restauración de la zona arqueológica y el museo de sitio, a pesar de que los monumentos de la zona arqueológica presentan fisuras, perdida de estuco, orificios por intrusión de fauna, desplazamiento de montículos por fenómenos físicos como los sismos y la erosión de los mismos.

Refieren además de que no cuentan con el suficiente y adecuado equipo de extinguidores para los incendios que se presentan en la zona arqueológica en temporada de clima seco, además de que el espacio de estacionamiento de autobuses se encuentra cercano a montículos de la zona es relevante valorar los futuros daños que podrían provocarse en este espacio y ver alternativas menos intrusivas para los vestigios arqueológicos.

 

Un museo de sitio inconcluso

El museo de sitio inicio sus operaciones en el año de 1994, tomando en consideración que la obra quedo sin terminar ya que el proyecto inicial contemplaba dos niveles; situación por la que quizás existe tanto problema de filtraciones porque en un primer momento la membrana no era la cubierta para el museo, indica el análisis.

Pero quizá el más grave es el de las filtraciones en las diferentes áreas del museo, incluyendoel sitio donde se encuentran las exposiciones permanentes, además del área de la tienda y el área de restaurante, en estas áreas presenta filtración que ha deteriorado gravemente el plafón y ha provocado su desprendimiento dando un mal aspecto al turismo.

Por otra parte, el tema del material o mobiliario museográfico está obsoleto y es peligroso para las colecciones, para el turismo y el personal que realiza el mantenimiento; ya que cada vitrina contempla vidrios en gran formato y de un grosor considerable, los cuales no son templados y debido a que Oaxaca es un estado tendiente a suscitarse temblores o sismos, se corre un riego mayor. Agregado a esto las bases de las vitrinas requieren de renovación también.

Faltan rampas adecuadas para las personas con diversidad funcional, el cual ha sido un proyecto que lleva tres años sin poder concretarse y no ha existido atención a la solicitud de los trabajadores de colocar una de manera provisional en el área que conecta del laurel hacia la plaza principal con material adecuado y de manera reversible para dar atención a los visitantes que requieren de esta infraestructura y que cada vez es mayor el requerimiento.

Un problema vergonzoso para el INAH, o al menos debería serlo es la señalética, el cual fue colocado hace tres años y que en teoría tendría que durar cinco, pues resulta que a dos años y ya se estaban desprendiendo de las placas de aluminio encontrándose deterioradas e inservibles.

Además, en uno de los estacionamientos de Monte Albán se localizan vehículos inservibles que no se han dado de baja, principalmente porque extraviaron sus papeles, “tenemos una pipa, pero la gente de Monte Albán prefiere comprar el agua en otras pipas”, señala un empleado.


aa

 

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