Dejan morir lenguas indígenas en Oaxaca
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Dejan morir lenguas indígenas en Oaxaca

De acuerdo al Instituto Nacional de Estadística y Geografía, en 1995 había 217 hablantes de una lengua indígena en esta población; esta se redujo en el 2005 con 188 hablantes y en el 2010 con 146.


Dejan morir lenguas indígenas en Oaxaca | El Imparcial de Oaxaca

En San Juan Bautista Coixtlahuaca no hay rastros de la cultura chocholteca en las calles: ni un símbolo, alguna letra o sonido. Tampoco se tiene el número exacto de los hablantes, aunque sean pocos. Parece que se han resignado al olvido.
Los descendientes apenas conocen su historia y la lengua se resiste a morir con aquellas mujeres y hombres que añoran el pasado, donde muchos fueron obligados a callar y otros emigrar.

En el centro de esta población ubicada a una hora y media de la capital oaxaqueña, no hay rastros de hablantes chocholtecos; tampoco hay libros en poder de la autoridad municipal y mucho menos un alfabeto.

Los más de mil 800 habitantes de este municipio dominan el español, pero poco recuerdan la lengua de sus abuelos, a quienes apenas escuchaban hablar el chocholteco en conversaciones familiares o de vecinos.

En este municipio de usos y costumbres, la regidora de educación, Maricela García Cruz, admite que durante años se han hecho intentos por recuperar esta lengua que es una de las tres en peligro de extinción en la entidad, junto con el chontal e ixcateco.

Refiere que hay inquietud de las autoridades municipales no solo para rescatar esta lengua indígena, sino para la transmisión de generación en generación. Sin embargo, los años pasan y el número de hablantes se reduce cada vez más.

De acuerdo al Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI), en 1995 había 217 hablantes de una lengua indígena en esta población; esta se redujo en el 2005 con 188 hablantes y en el 2010 con 146. En todo el estado, se estima la distribución de al menos mil hablantes del chocholteco.

En San Juan Bautista Coixtlahuaca, solo recuerdos e historias vagas persisten en la cuna de la etnia chocholteca.

Hay rastros en Santa Catarina Ocotlán

En esta agencia municipal de San Juan Bautista Coixtlahuaca, ubicada a dos horas del centro de esta población, la lengua indígena se mantiene viva entre la pobreza y marginación, entre calles sin pavimentar y ante el constante olvido de los Gobiernos estatal y federal.

En el centro de esta agencia, la mayoría de sus 450 habitantes conviven de manera cercana al centro de salud y de las escuelas de la población (preescolar, primaria y secundaria), mientras aquellos que hablan chocholteco residen a 20 minutos o más de distancia (a pie)porque así les tocó vivir.

Mujeres y hombres mayores de 70 años dominan la lengua que les heredaron sus antepasados y habitan en estructuras de concreto, carrizo o madera. Por la edad, prefieren quedarse en sus pequeñas parcelas y evitar el paso entre constantes piedras del camino, donde las autoridades estatal y municipal se han resistido a mejorar.

El agente de Santa Catarina Ocotlán, Apolinar Francisco López, recuerda que hace 30 años todavía había un gran número de hablantes chocholtecos, pero ahora pocos quedan. Apenas el año pasado, murieron cuatro por diferentes enfermedades, y que atribuyeron a la edad.

Como en el caso del agente municipal que solo entiende algunas palabras en chocholteco, pero no las habla ni escribe, la mayoría de los habitantes, hombres, mujeres, niños y adolescentes, presienten que la lengua morirá junto con aquellos que han resistido más años y las enfermedades de la edad.

El agente, acompañado de sus colaboradores, recuerda que hace tiempo hubo constante discriminación contra aquellos que no sabían hablar el español. Incluso, recuerda, el mismo sistema educativo desplazó la lengua indígena, sin imaginar su posible desaparición, que la mantendría como un recuerdo en audios, libros y videos, pero sin hablantes.

“Ahora ya se quiere rescatar, pero es demasiado tarde”, señala el agente, al exponer que en los niveles educativos de esta zona ahora se fomenta el chocholteco, pero solo en palabras sueltas, oraciones o canciones, “pero después se pierde”.

En esta zona los programas o investigaciones para la conservación del chocholteco solo han quedado en buenas intenciones. No hay seguimiento ni un plan gubernamental para la reproducción de más hablantes.

La ovejita de mamá

Frente a la agencia municipal, un día antes de la celebración internacional de las lenguas maternas, se deja escuchar la canción infantil La ovejita de mamá en chocholteco, seguida por su traducción en español.

Son niños y niñas de la primaria bilingüe Cuauhtémoc que ensayan al compás e indicación de tres profesoras mixtecas, que no hablan chocholteco, pero tuvieron ayuda de algunos habitantes, que también apoyaron en la elaboración de letreros en esta lengua.

En esta agencia de muy alta marginación se estima la presencia de al menos 135 hablantes del chocholteco, considerada una lengua singular que tiene más de 800 años de antigüedad, con pocas variaciones dialectales.

Es en Santa Catarina Ocotlán donde sus habitantes aseguran que el chocholteco “es el más puro”, porque en otros municipios o agencias cercanas se encuentran dos o más variaciones, como en el caso de Santa María Nativitas.

Hace poco más de 20 años, la migración no sólo generó la reducción de la población de Santa Catarina Ocotlán, sino de sus hablantes chocholtecos, sobre todo de los adultos de 40 a 60 años, que dominaban más que otros esta lengua.

Marcelino, uno de los últimos hablantes
De 82 años de edad, Marcelino López Cruz un activo promotor de esta lengua, cuando podía caminar sin tropiezo alguno, afirma que en el Distrito de Coixtlahuaca pertenecía a los chocholtecos, “pero ahora, no porque ya no lo hablan”.

Con dificultad para escuchar, el hombre de origen campesino afirma que solo la agencia de Santa Catarina Ocotlán y algunos municipios como Santa María Nativitas, con sus dos agencias (San Pedro Buenavista y Monte Verde), mantienen viva esta lengua.

“Hace tiempo enseñábamos la lengua chocholteca; fue durante cuatro años, pero ya no pudimos porque no había dinero y no había apoyo”, señaló el padre de ocho hijos que apenas entienden el chocholteco, pero no lo hablan.

-¿Por qué no le enseñó a sus hijos?, se le pregunta al señor Marcelino, quien afirma que en el pueblo desde muy chicos se salían a trabajar, y en ese entonces, “más se hablaba el castellano”.

A unos pasos de don Marcelino se encuentra su esposa sentada con la mirada fija por momentos hacia el campo o la ropa en los tendederos. “Ella también habla el chocholteco, pero ahora no”, refiere el hombre de cuerpo robusto, mientras uno de sus hijos agrega que su madre tiene “alzheimer”.

Marcelino cuenta que a los 15 años aprendió el chocholteco; algunos se burlaban de su pronunciación, pero fue lo que lo impulsó a aprenderlo mejor y difundirlo.

“Muchos como yo sostienen la lengua, pero ya no ven, ya no escuchan, ya no entienden”, resalta uno de los últimos hablantes chocholtecas del Estado, quien recuerda también la presencia de extranjeros que buscan documentar la lengua desde Santa Catarina Ocotlán.

El chocholteco, “ngigua o ngiba”, cuyo significado podría ser asociado a la palabra “bárbaro” o “bruto”, también se habla en al menos cinco municipios de Teposcolula, pero al igual que en Coixtlahuaca, en menor número.

“Los maestros prohibían hablar en chocholteco para que aprendieran a hablar el español. Los maestros nada más se reían porque no podían comprender. Ahora a muchos ya no les gusta escuchar su lengua”, señala Marcelino, quien finaliza sus recuerdos y añoranzas con la “Canción mixteca” en chocholteco.