Reportan lleno total en los penales de Oaxaca
El Cefereso de Mengolí sería el único que podría albergar a los reos oaxaqueños que sean reubicados de Islas Marías
Con la reubicación de los reos que se encuentran actualmente en el penal federal de Islas Marías, Nayarit, el único Centro Federal de Readaptación Social (Cefereso), que podría albergar a internos originarios de Oaxaca, es el que se ubica en Mengolí, Miahuatlán, ya que los Centros de Reinserción Social (Ceresos) estatales, se encuentran al tope.
El Cefereso de Mengolí que entró en operaciones en 2015, cuenta con una capacidad para albergar a 2 mil 500 internos y actualmente tiene una población de poco más de mil 850 presos de alta peligrosidad.
De acuerdo con el presidente Andrés Manuel López Obrador, una vez que inicie el cierre total del penal de Islas Marías, los internos serán trasladados a sus lugares de origen, por lo que datos de los organismos de derechos humanos señalan que este penal ubicado en Oaxaca, es el único que cuenta con suficiente espacio.
Al tope
El Diagnóstico Nacional de Supervisión Penitenciaria 2017 (DNSP), elaborado por la Comisión Nacional de los Derechos Humanos (CNDH), destaca que de los 4 centros que se investigaron en la entidad, la mayoría se encuentran en número amarillos, en tanto la Penitenciaría Central de Santa María Ixcotel se encuentra ya con sobre población.
Del diagnóstico se identificó que el penal de Ixcotel tiene capacidad para albergar a 850 internos, pero a la fecha cuenta ya con mil 14, con una sobre población de más de 100 reos.
El Centro de Reinserción Social de Miahuatlán, también se encuentra en números rojos con una capacidad para atender a 600 internos y con una población de 497, en tanto el Cereso de Tehuantepec se encuentra en foco amarillo con una capacidad de 531 internos y una población de 319.
Así también el Reclusorio de Reinserción Social Femenil de Tanivet, Tlacolula, se ubicó en foco amarillo con una capacidad de 270 internas y una población de 190.
La CNDH dio a conocer que la información obtenida durante las visitas de supervisión que se efectuaron durante los meses de febrero a noviembre de 2017, se estructuró en cinco rubros con perspectiva de derechos humanos que abarcan aspectos como la integridad personal del interno, capacidad de alojamiento, así como población existente, distribución y separación de personas privadas de la libertad en caso de centros mixtos, servicios para la atención y mantenimiento de la salud, supervisión por parte del responsable del Centro, prevención y atención de incidentes violentos, tortura y/o maltrato.
Además de estancia digna, existencia y capacidad de las instalaciones, condiciones materiales y de higiene, así como alimentación suficiente y de calidad; Condiciones de gobernabilidad y normatividad que rige al Centro, personal de seguridad y custodia, sanciones disciplinarias, autogobierno, actividades ilícitas, extorsión y sobornos, así como capacitación del personal penitenciario.
De estos rubros, los penales de Oaxaca no cumplen con la mayoría de los puntos que establece el Artículo 18 Constitucional, que señala que el sistema penitenciario se organizará sobre la base del respeto a los derechos humanos, del trabajo, la capacitación para el mismo, la educación, la salud y el deporte como medios para lograr la reinserción del sentenciado a la sociedad y procurar que no vuelva a delinquir.
En Ixcotel se identificaron graves aspectos como sobre población, hacinamiento, deficiencias en los servicios de salud, falta de prevención de violaciones a los derechos humanos y atención en caso de detección, insuficiencia o inexistencia de instalaciones necesarias para su funcionamiento, entre otros.
El de Miahuatlán, que fue catalogado como foco rojo, se identificaron deficiencias en los servicios de salud; insuficiencia de programas para la prevención y atención de incidentes violentos; insuficiencia de vías para la remisión de quejas de probables violaciones a los derechos humanos.
En Tanivet y Tehuantepec, se encontraron insuficiencias o inexistencia de instalaciones necesarias para su funcionamiento; deficientes condiciones materiales e higiene de instalaciones para alojar a las personas privadas de la libertad, entre otros aspectos.
