Revelan nuevos datos sobre ruinas arqueológicas de Monte Albán
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Revelan nuevos datos sobre ruinas arqueológicas de Monte Albán

Proyecto Sistema Siete Venado revela nuevos datos sobre el sitio arqueológico: la zona fue habitada 1,000 años antes de lo que se pensaba


Revelan nuevos datos sobre ruinas arqueológicas de Monte Albán | El Imparcial de Oaxaca

En el marco de los festejos del 31 Aniversario de la Declaratoria de la Zona Arqueológica de Monte Albán como Patrimonio Mundial de la UNESCO, el arqueólogo y antropólogo Christian Duverger, reveló nuevos datos que se descubrieron a partir de la realización del Proyecto Sistema Siete Venado, en cual refiere que esta zona fue habitada 1,000 años antes de lo que se pensaba.

A casi 10 años de haber iniciado los trabajos, en coordinación con la Escuela de Altos Estudios en Ciencias Sociales (EHESS, por sus siglas en francés), así como el Instituto de Investigaciones Estéticas (IIE) de la UNAM y la Coordinación Nacional de Arqueología del INAH, explicó que se encontraron evidencias que fue el primer sitio que se habitó.

En presencia de Baltazar Víctor Guadarrama, director de la biblioteca nacional de Antropología e Historia y Patricia Martínez, directora de la Zona Arqueológica de Monte Albán, Christian Duverger dio a conocer los resultados de las excavaciones que empezaron en 2009, en el cual destacó que se descubrieron que aún no pueden ser del dominio público, “pero esto puede cambiar un poco del pasado que tenemos en México”.

“Decidimos excavar una zona poco conocida, la zona sur del sitio, caminamos 400 metros más en la otra zona, Alfonso Caso escarbó un poco pero después se enfocó a la otra zona porque no encontró nada que él buscaba”.

En una figura de piedra que se le conoce como tintel, el especialista mostró que en realidad lo que se suponía era un venado, corresponde a la cabeza de un conejo, por lo que propuso cambiar el nombre del proyecto como 7 Conejos.

“Entramos sin saber lo que había, lo que descubrimos fue algo muy importante, descubrimos que esa zona sureña fue un sitio fundacional de Monte Albán, empezó 800 años antes de Cristo, tres siglos antes de que había pensado Caso, inició en el tercer siglo de nuestra era”.

Según las estimaciones que se han realizado, la ocupación en esta zona habría durado cerca de 1,000 años, “lo sabemos porque todos los arqueólogos manejamos elementos y cruzamos datos de la secuencia arqueológica”.

“Lo más antiguo está en el corazón de las pirámides, uno de los elementos que nos permite tener una fecha específica son los restos de carbono, lo descubrimos porque realizamos 45 fechamientos, todo el sistema cronológico funciona mediante los 52 años, y después del 20 es el numeral que permite organizar toda la numeral de Mesoamérica”.

“20 veces después de 52 años, fue el tiempo que ellos habitaron en este lugar, son exactamente los mismos habitantes del sitio que se trasladaron más adelante, pero antes de irse realizaron ritos, decidieron rociar las tumbas y las cajas de tumbas”.

“Rociaron todo el contenido de las ofrendas y la trasladaron en la zona norteña que se conoce hoy y eso fue lo que encontró Caso, lo que encontró fue material que venía de 7 Venados”.

“Como la idea era abandonar el sitio, pero no abandonaron a sus muertos, una vez que se fueron rellenaron esos sitios con arena y diferentes tipos de piedra, con códigos que apenas entendemos”.

Detalló que el mundo mesoamericano funciona a partir de varias suposiciones como la parte femenina, masculina y fría. “Según la ubicación de la caja, el material de relleno que encontramos cambia de naturaleza y se adapta al estado simbólico de la zona”.

Dijo que el trabajo se lleva a cabo en un espacio de 3 hectáreas, 300 metros por 100 metros, en la cresta del cerro de Monte Albán donde se ubican 14 edificios. “Esa zona fue remodelada para reorganizar el espacio, decidieron abandonar el sitio y al mismo momento lo sepultaron con una capa de tierra que está en un promedio de un metro”.

“Es una capa de varios colores, en superficie tenemos una capa negra, se sigue una capa blanca y luego una capa amarilla, así están las tres hectáreas del sitio, este depósito se hizo de manera especial. A simple vista se ve una capa de tierra pero descubrí que no se trataba de tierra, trabajamos con tres muestras de tierra de diferentes partes del valle de Oaxaca y confirmamos que no era tierra del valle, con laboratorios de materiales desarrollamos un plan de investigación”.

“No es tierra todo lo que se puso al momento del abandono, sino es tierra mineral, descubrimos que es calcita una especie de calcáreo muy blanco y muy puro, la mayoría de la calcita viene de Atzompa donde hay calcita local, también le echaron arcilla, así como ocre que se utiliza en la metalurgia”.

“Había otra parte negra que cubre la totalidad del área, pensamos que era ceniza, investigamos pero en laboratorios nos avisaron que no había ceniza y que era totalmente mineral, suponemos que es el magnesio lo que puede producir el color negro pero aún seguimos investigando”.

Dijo que el volumen de peso de las capas que se han retirado oscila entre las 45 mil toneladas que sirvieron para sepultar el sitio. “Realizamos otra investigación para confirmar cómo fue procesado la calcita para transformar ese material que tenemos en el sello”.

“Descubrimos que el producto de la calcita molida se movió con metate, las 45 mil toneladas fue fabricada con metate, fue un trabajo femenino y este proceso duró 52 años, fue un proceso muy largo y poco a poco se hizo la preparación”.

“En la capa amarilla y negra un poco más de la mitad era cerámica, este material es femenino en el mundo mesoamericano, fue una contribución femenina, la cerámica que encontramos en la capa de sello descubrimos que tenemos elementos de cerámica correspondiente a 1,000 años de ocupación”.

“Cada 52 años había una especie de ruptura para entrar a un mundo nuevo, siempre se iniciaba la nueva era con cerámica nueva, en la capa de sello tenemos una cerámica representativa, es la primera vez que descubrimos eso”.

En la explicación de los primeros resultados, mencionó que además se encontraron otras cosas en relación con la mujer como numerosas ofrendas de niños de neonatos hasta de feto. “Encontramos en una vasija un feto de 7 a 9 meses bien guardado en un frasco, es importante porque eso estaba en la capa superior”.

“Encontramos ofrendas de niños, en Mesoamérica siempre se pone en una caja el cuerpo de un neonato de un año máximo y a lado había un cachorro, suponemos que el cachorro tenía la misma edad que tenía el niño, hay una relación entre la edad del perro y el muerto”.

“Descubrimos muchas cosas importantes, otro elemento muy específico de la fundación de Monte Albán, es que en la capa superior hicieron construcciones de superficies que dibujan grifos de escritura, son grifos de más de 10 metros, incluso de 20 metros, fue un enorme el trabajo que se realizó para trasladar el sitio a unos 500 metros adelante, pudimos observar cosas que no se habían descubierto en otro lugar de México”, apuntó.