Pobreza y hacinamiento en las comunidades indígenas de Oaxaca
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Pobreza y hacinamiento en las comunidades indígenas de Oaxaca

Numerosas familias habitan en pequeñas viviendas de adobe, carrizo, cartón, láminas o maderas: Coneval


El Estudio Diagnóstico del Derecho a la Vivienda Digna y Decorosa 2018, presentado en el mes de octubre por el Consejo Nacional de Evaluación de la Política de Desarrollo Social (Coneval), refiere que las viviendas que se ubican en las comunidades indígenas de los estados del sur del país como Oaxaca, enfrentan graves problemas de hacinamiento.

En cuanto a la calidad de los espacios y los materiales de la vivienda, se identificó que 8.4 por ciento de las viviendas presentan hacinamiento, situación que se agrava particularmente en Guerrero (23.1 por ciento), Chiapas (15.9 por ciento), Quintana Roo (14.9 por ciento) y Oaxaca (14.1 por ciento)

Respecto de los materiales de las viviendas se encontró que 3.3 por ciento de la población habita viviendas con piso de tierra, entre 1.3 por ciento y 1.6 por ciento reporta que el techo y los muros de su vivienda, respectivamente, están hechos con materiales endebles.

NO SE GARANTIZA LA VIVIENDA DIGNA

Estos factores que identificó el Coneval, se pueden observar en las comunidades indígenas que se encuentran en las diferentes regiones de Oaxaca, donde numerosas familias indígenas habitan en pequeñas viviendas de adobe, carrizo, cartón, láminas o maderas, mismas que no cuentan siquiera con divisiones o cuartos. En su mayoría las cocinas y los sanitarios se encuentran en el exterior de las casas con techos de nylon.

El diagnóstico de este estudio destaca que los hallazgos apuntan a que en México el derecho a la vivienda digna y decorosa no se está garantizando plenamente. La accesibilidad a la misma es desigual e implica un riesgo para la satisfacción de necesidades básicas de una parte importante de la población.

La disponibilidad de los componentes del derecho a la vivienda digna y decorosa es limitada en ciertas regiones y para ciertos grupos. La calidad se ve afectada por la ausencia de condiciones materiales y técnicas en un sector importante de la población, así como por la necesidad de consolidar mayor capital social en los barrios.

LOS OBSTÁCULOS

Señala que los principales retos en cuanto al derecho a la vivienda digna y decorosa se sitúan en la alta presencia de rezago en la vivienda; en la dificultad de los más pobres para adquirir una vivienda; en la inseguridad en la tenencia de las viviendas, principalmente en el caso de las mujeres indígenas; en la escasez de reservas territoriales para vivienda dotado de infraestructura y próximo a las fuentes de empleo; en las desigualdades en cuanto a acceso a servicios en el ámbito rural y las periferias urbanas; en las acuciantes brechas detectadas entre las viviendas de comunidades indígenas, el ámbito rural y el urbano; así como en los problemas que representan las zonas metropolitanas en cuanto a los tiempos de traslado a las fuentes de empleo y la baja calidad comunitaria en los barrios.

Así también explica que el análisis de la accesibilidad económica permitió estimar un rezago de vivienda en 14 millones, es decir, en 45 por ciento de las viviendas mexicanas, sus ocupantes o requieren de una vivienda completa o de mejoras sustanciales a la que habitan; a nivel estatal, Chiapas (78.2 por ciento), Oaxaca (77.8 por ciento) y Guerrero (72 por ciento) son las entidades con mayor proporción de población con rezago de vivienda.

A nivel nacional, en las viviendas pertenecientes a los cuatro deciles inferiores de ingresos, el rezago de vivienda representa 58 por ciento (EIC, 2015). La población rural, las comunidades indígenas y los más pobres representan los focos rojos en la materia.

SIN SERVICIOS BÁSICOS

En lo que respecta a la disponibilidad de la infraestructura complementaria, como el alumbrado público o la pavimentación de las calles en el entorno inmediato a las viviendas, de manera generalizada se presentó muy baja cobertura en todo el país.

A nivel estatal, los estados del centro y norte del país son los que cuentan con mayor disponibilidad de servicios básicos y complementarios, particularmente Aguascalientes, Colima y Ciudad de México; por su parte, los estados del sur, Guerrero, Chiapas y Oaxaca tienen los niveles más bajos de cobertura en los servicios básicos y complementarios de todo el país.

Derivado del diagnóstico del estado que guarda en México la satisfacción del derecho a la vivienda digna y decorosa, se identificaron cinco retos principales para avanzar en la garantía del ejercicio pleno del derecho.

LOS RETOS

Estos retos, el Coneval destaca que es necesario mejorar las características materiales de la vivienda, ya que persiste un rezago importante ligado al alto índice de pobreza y marginación en el país; muy pronunciado en el ámbito rural y entre las comunidades indígenas, y más visible en los estados del sur como Chiapas, Oaxaca y Guerrero.

Además, refiere que en estas entidades se debe mejorar el acceso y disponibilidad de infraestructura básica y complementaria, ya que existen diferencias en la disponibilidad y acceso a infraestructura básica, complementaria y servicios básicos en la vivienda, particularmente en la población indígena y ámbito rural.

A partir de analizar aspectos como: hacinamiento, calidad de los materiales, nivel de acceso a servicios básicos (agua, drenaje y alcantarillado), inseguridad en la tenencia y valoración global de la vivienda se identificó que la región con mayores carencias, está constituida por los estados de Chiapas, Oaxaca y Guerrero.

Es importante destacar que dicha región tiene porcentajes de vivienda rural y con población indígena muy por encima del promedio nacional por lo cual se pudiera estar visualizando un enclave de mayor vulnerabilidad en lo que a derecho a la vivienda digna y decorosa respecta, conjugando condición de pobreza y marginalidad entre comunidades indígenas del ámbito rural de la región sur, advierte este estudio.


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