Caminos, apoyo para la búsqueda de migrantes desaparecidos de Oaxaca
El ministerio público desconoce la forma en la que debe actuar para atender una denuncia por desaparición.
La migración es el último recurso, un recurso riesgoso, principalmente para pobladores de comunidades indígenas. Además de las condiciones de marginación generalizada que enfrentan, cuando estos pobladores salen de sus comunidades enfrentan diversos riesgos que les impiden llegar a su lugar de destino. El Centro de Acompañamiento al Migrante (Caminos Oaxaca) ha ocupado desde hace cuatro años un lugar que estaba vacío, el del apoyo a quienes desconocen el paradero de un familiar que decidió migrar.
“Vimos el espacio para apoyar a los migrantes, cuando pensamos en migrantes pensamos en migrantes centroamericanos, que van transitando, no pensamos en Oaxaca como un estado de migrante. Vimos que si hay organizaciones en apoyo a proyectos productivos u otro tipo de áreas, que va enfocado a detener la migración, pero no necesariamente tienen el fin de apoyar a familias de desaparecidos, nosotras sí”, señala Fátima Arias Cuevas, coordinadora del área de búsqueda de la asociación civil.
La mayor parte de los casos son de personas originarias de los municipios con mayor marginación y con mayor tradición de expulsión de migrantes, principalmente de la Mixteca, Valles Centrales y la Sierra Sur.
“Son de comunidades mayoritariamente indígenas, hemos tenido casos de migrantes que acompañamos en la búsqueda que no saben ni hablar español, cuya lengua es el chatino, el mixe, y eso complica mucho la comunicación”.
Actuación de autoridades, limitadas
En su trayectoria han observado cómo cada una de las instancias que deberían estar involucradas en este tema, están limitadas tanto en recursos, como en capacitación e incluso interés.
Han visto, por ejemplo, cómo la estrategia del Instituto Oaxaqueño de Atención al Migrante resulta limitada al intentar buscar a un migrante reportado como desaparecido.
“Aunque hacemos en parte las mismas cosas que el IOAM para buscar a un migrante desaparecido, ellos tienen seguramente sus protocolos muy específicos de qué es lo que tienen que hacer, como avisar a la Secretaría de Relaciones Exteriores, a los consulados, etcétera, la diferencia con nosotros, que también buscamos en estos lugares, es que tenemos la mayor libertad de buscar en otros lugares, centros de detención, cárceles, amigos, realmente podemos hacer una investigación, estamos en contacto con la familia de aquí y también con la familia de Estados Unidos.
Ha visto también cómo el ministerio público desconoce la forma en la que debe actuar para atender una denuncia por desaparición. “El gobierno no está preparado, en Oaxaca un ministerio público no sabe qué hacer con una denuncia así. Con la Fiscalía hemos tenido muy buena respuesta, enviamos denuncias, las reciben, el problema es que no sabemos qué hacen con el caso, lo que pensamos es que no hay un seguimiento correcto”, expresa Arias.
A nivel nacional también afecta la poca coordinación entre autoridades, así como la falta de una base de datos de migrantes que facilite la localización de aquellos que han desaparecido.
Tarea de búsqueda
El primer contacto de una familia que busca a un migrante desaparecido son las autoridades municipales y sus respuestas son diversas, hay desde aquellas que conocen protocolos de actuación, hasta las que desconocen cuál es el primer paso que deben dar.
“En la mayoría de los casos los mandan a una dependencia de gobierno y comienzan también a apoyarse con las redes sociales, también es fundamental el apoyo de familias que han tenido esas experiencias”.
“Buscar a una persona es muy difícil, en todos los contextos, ya sea en contexto migratorio o de desaparición forzada, pero una pequeña diferencia es que con los migrantes podemos saber la posible ruta que tuvo y los lugares específicos donde podrían estar”. El tiempo de duración de la búsqueda puede ser de hasta tres años.
“Generalmente los migrantes cuando se van están en comunicación constante, dicen cuándo van a cruzar la frontera, las familias esperan un tiempo prudente, todo depende del contexto donde se mueva, en un contexto urbano va a tener mayores facilidades de moverse, un mes o poco más, hay familias que desde los ocho días te buscan, hay otras que tardan un año o dos porque te dicen ‘sí, mi familiar se desapreció, pero yo no sé quién me va a ayudar’”. Una de las solicitudes que la hacen a las familias es comprender que “nosotras vamos a hacer el 49% de la búsqueda, pero la familia tiene que hacer el 51%”.
Normalización
Uno de los obstáculos más graves que se enfrenta al tratar de atender este tema es la normalización de la migración de los oaxaqueños. El proceso de expulsión de las comunidades, apunta, no se atiende porque se observa como algo que de cualquier forma va a ocurrir. “Tiene que suceder algo muy grave para que nosotros volteemos a verlo, normalizamos el tema, nos enteramos de algo cuando pasa en los medios, nos enteramos cuando los migrantes oaxaqueños protestan en San Quintín, se visibilizan un rato y después se apaga. En Oaxaca decimos ‘nuestra cultura es ésta, migrar”.
Número de casos
Actualmente Caminos cuenta con 94 casos activos; en 2017, registró 79 casos activos de búsqueda de migrantes, en 12 casos se acompañó a las familias en el proceso y seis casos fueron cerrados.
79% de los casos se registraron en la frontera; 32% en otros estados de México y 13% en Estados Unidos.
Valles Centrales y Mixteca fueron las regiones que mayor número de casos