Marichuy, la candidata que no quiere ganar votos
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Marichuy, la candidata que no quiere ganar votos

La vocera del Congreso Nacional Indígena busca hacer de la elección un espacio de expresión para plantear la agenda de los pueblos indígenas, sin importar el dinero del INE ni la competencia por los cargos


Marichuy, la candidata que no quiere ganar votos | El Imparcial de Oaxaca

Diversas preguntas rodean la aparición de María de Jesús Patricio en el escenario político nacional. Para la gran mayoría de la población la primera de estas preguntas es ¿quién es?, sin embargo, para quienes reconocen este nombre hay una pregunta más grave, quién está detrás de ella, quién está detrás de Marichuy, la mujer que busca ser la primera indígena candidata presidencial en México.

Desde que el pasado 7 de octubre la representante del Congreso Nacional Indígena (CNI) –el grupo de 150 concejales representantes de comunidades indígenas que sostiene el proyecto- se presentó en las oficinas del Instituto Nacional Electoral para solicitar su registro como aspirante a la candidatura surgieron voces que acusaron que el resultado de su proyecto sería “dividir a la izquierda” y restar votos al Movimiento de Regeneración Nacional.

“Apenas se anunció la intención de que contendería por la presidencia de la República en la izquierda se fueron con todo, diciendo que se van a dividir los votos, que se va a separar a la izquierda, cómo nos vamos a separar de una izquierda que no nos ha contemplado nunca, es absurdo que nos digan que queremos separar, que queremos dividir cuando nuestras diferencias no han sido tomadas en cuenta”, explica el periodista Mardonio Carballo, promotor del proyecto indígena.
“A mí me han preguntado ‘por qué vas a votar por Marichuy si eres un ser pensante, si detrás está Salinas, si detrás está el subcomandante Marcos’ y lo que les digo es que si piensas que detrás está Salinas, que detrás está el Sub no consideras que soy un ser pensante, porque estás anulando mi capacidad de decisión y lo peor que estás haciendo es exhibir un grado de racismo cultural”, agrega el comunicador indígena.

Si la pregunta es entonces para qué se postula Marichuy a la candidatura presidencial, lo primero que se debe tener claro, apunta el antropólogo Nemesio Rodríguez, es que la búsqueda de votos es un elemento poco significativo para el CNI, que plantea en las elecciones presidenciales encontrar un espacio de expresión. “A ellos no les interesa la presidencia, lo que buscan es un espacio para expresarse”.

Coincide en este punto la periodista Carmen Aristegui, que subraya que si eventualmente se consigue el registro de la candidatura y se restan votos a la figura de López Obrador éste será un efecto secundario, “sin intención malsana, no creo que la candidatura de Mariuchuy esté diseñada para eso”.

“No es el EZLN, sino los pueblos indígenas, del Consejo Nacional Indígena, si llega a estar en la boleta la visibilidad que tendrá Marichuy y lo que ella representa es un buen mecanismo para dar mayor presencia a nivel nacional a las problemáticas múltiples que pueden tener los pueblos originarios”, asegura.

¿Por qué ahora?

Otra pregunta que se hace al CNI es por qué ahora, por qué buscar una candidatura electoral si los proyectos que ha impulsado han buscado cada vez más un grado mayor de autonomía frente al Estado.

Un documento de febrero de 1996 responde en parte a esta pregunta. Los acuerdos de San Andrés Larrainzar firmados por el gobierno federal y el EZLN representaron el compromiso para reconocer, entre otros derechos, las formas de gobierno indígenas, a decidir sobre sus recursos naturales y a la justicia frente al Estado. Desde la firma hasta el 2001, el EZLN y el CNI exigieron el compromiso de los acuerdos, “pero se vio que el gobierno no iba a cumplir, decidimos que no íbamos a seguir exigiendo, pero vamos a actuar, no vamos a pedir reconocimiento sino vamos a ejercer nuestros derechos”, explica Bettina Cruz, defensora de los derechos de los pueblos originarios en el Istmo de Tehuantepec y concejal del Congreso Indígena. Lo que se busca ahora, asegura, es una nueva agenda impulsada desde los pueblos indígenas.

“Esa agenda está viniendo de los pueblos indígenas, pero no es para los pueblos indígenas únicamente, es para toda la sociedad, el Consejo Indígena de Gobierno es una propuesta para gobernar a México, somos 153 concejales, es una estructura que va a ir articulando ese cambio en el país, porque las elecciones no son el cambio, el cambio tiene que venir de la organización, de la defensa de nuestros territorios, de propuestas autonómicas”, asegura.

El escritor Gustavo Esteva apunta que tras el auge que vivió el Congreso tras su fundación en 1996, en los últimos años las comunidades indígenas integrantes se habían debilitado y aislado, “estuvimos luchando permanentemente, los pueblos estaban cada vez más entrampados en una lucha de sobrevivencia, no podían ir al Congreso porque estaban defendiendo el pedazo de territorio que estaba amenazado, en octubre pasado dijo el CNI no podemos seguir así, así estamos condenados a la extinción, tenemos que pasar a la ofensiva y ahora se están oyendo las voces de los pueblos indios, de sus conflictos mucho más que antes, de nuevo estamos teniendo una audiencia atenta”.

Arruinarles la fiesta

Para obtener el registro como candidato presidencial independiente se deben alcanzar 860 mil firmas en todo el país, el uno por ciento del padrón electoral en cada entidad, en Oaxaca deben sumar 30 mil firmas. Para ese objetivo, desde el pasado 8 de octubre el colectivo Colmena ha instalado tres módulos de recolección de firmas –en la Universidad de la Tierra, en el IAGO y en el restaurante La Jícara.

¿Si logra ser candidata a la presidencia de la República Marichuy recibirá dinero del INE? No, responde el escritor Tryno Maldonado, que recuerda las palabras de la vocera del CNI ante el INE: no vamos a recibir ni un solo peso del INE. “No queremos su dinero sucio, lo que queremos es arruinarles la fiesta”.