En México, la libertad de expresión cuesta la vida a los periodistas
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En México, la libertad de expresión cuesta la vida a los periodistas

En el marco de la conmemoración del Día de la Libertad de Expresión en México ejercer esta profesión es sinónimo de muerte.


En México, la libertad de expresión cuesta la vida a los periodistas | El Imparcial de Oaxaca

El Artículo 19 de la Declaración Universal de los Derechos Humanos contempla a la libertad de expresión como un derecho humano inalienable, es decir, cualquier persona, sin importar su condición, puede externar sus ideas, pensamientos y opiniones, de manera libre.

Este artículo, la letra dice “Toda persona tiene derecho a la libertad de opinión y de expresión, este derecho incluye la libertad de sostener opiniones sin interferencia y buscar, recibir y difundir informaciones e ideas por cualquier medio y sin consideración de fronteras”.

Por su labor profesional, los comunicadores y periodistas son los actores más involucrados en el tema, pues su ejercicio cotidiano es trabajar con la información que se genera día a día en diferentes ámbitos, como el social y político, principalmente, para darlos a conocer a la sociedad en general, mediante los medios de comunicación masiva.

En la época actual, la era de la información y la comunicación, podría creerse y esperarse que el derecho a la libertad de expresión fuera respetado y se ejerciera de manera expedita, sin embargo, las cifras de estos actores vulnerados por la naturaleza de su profesión crecen y crecen día a día, engrosando las páginas de la nota roja.

Tan sólo en el sexenio anterior (2012-2018), según datos de la organización internacional Artículo 19, 47 periodistas fueron asesinados por su labor. En 2018, México se convirtió en el país más violento para ejercer el periodismo en América Latina, y en uno de los países que, sin estar en situación de guerra, es altamente inseguro para ser un profesional de esta actividad; también fue en ese mismo año cuando se registraron 544 agresiones contra miembros de la prensa.

Al inicio de esta administración, se ha contabilizado ya la muerte de siete comunicadores, entre ellos, el último atentado cometido en contra de Telésforo Santiago Enríquez, de la radio comunitaria Estéreo Cafetal, que fue asesinado en San Agustín Loxicha, cuando llegaba a la estación.

Impunidad

La mayoría de las agresiones y crímenes perpetrados contra comunicadores y periodistas ha quedado sin castigo, por ello, uno de los lastres más significativos en este sentido es la impunidad que permanece.

Artículo 19 también ha informado que más de 95 % de estos actos de violencia pasaron sin ser investigados profundamente, sin que se tengan detenidos y mucho menos culpables.

Siendo obligación del Estado la seguridad de los profesionales de la comunicación, se tiene la esperanza que con el cambio de partido en el gobierno, se tenga mejor actuación en la aplicación de justicia respecto a los hechos violentos que han aquejado al gremio periodístico, pues una de las líneas del discurso del actual presidente es la apertura, el diálogo y poder expresar las ideas y pensamientos sin ser víctimas de persecución.

Fecha sin festejo

Aunque el 7 de junio se conmemora el Día de la Libertad de Expresión en México, que históricamente fue instaurado en 1951 por el presidente Miguel Alemán Valdés, la situación de vulnerabilidad en la que los comunicadores y periodistas ejercen su trabajo es una motivación para que en vez de apelar a un festejo, se haga un llamado fuerte y firme a las autoridades, para que se garantice su seguridad y bienestar, pues nadie debería perder su vida por dar a conocer acontecimientos verídicos o información relevante sobre temas de interés nacional.

Debido a que el acceso a la información es otro de los derechos humanos fundamentales, los comunicadores y periodistas fungen como divulgadores que, a la par, son defensores y promotores de este derecho y por ello, hay que defender su labor, como compañeros y como sociedad, que se alimenta de la información que ellos generan.


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