Privatización del agua, esto dicen expertos de la UNAM
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Privatización del agua, esto dicen expertos de la UNAM

La declaración de 10 decretos de reserva tiene únicamente por objeto la protección del agua para la restauración y equilibrio ecológico


Privatización del agua, esto dicen expertos de la UNAM | El Imparcial de Oaxaca

CIUDAD DE MÉXICO.- La declaración de 10 decretos de reservaanunciado el pasado 6 de junio, tiene únicamente por objeto la protección del agua para la restauración y equilibrio ecológico en 295 cuencas del país, por lo que no hay pauta para la privatización del agua.

Investigadores de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), afirmaron que el problema fue la desinformación generada por la difusión de una supuesta privatización del agua, como resultado del levantamiento de veda de las aguas superficiales de dichas cuencas.

La investigadora de la Facultad de Ciencias Políticas y Sociales, María del Carmen Carmona Lara, advirtió que el objeto de estos decretos “es el manejo de una nueva visión para el caso de la restauración y preservación del equilibrio ecológico”.

En el caso mexicano, la Ley de Aguas Nacionales ha detonado inconformidades cuando han querido reformarse. Desde 1992 esta Ley y el régimen jurídico del agua nacional, se adaptó en un momento específico que fue de negociaciones en el Tratado de Libre Comercio (TLC).

La discusión de estos nuevos decretos es parte del fenómeno de lo que está ocurriendo, en el sentido de que “tenemos que replantear para qué queremos el agua”.

Uno de los planteamientos que también coinciden en la aparición de la Ley de Aguas Nacionales y la Conferencia de Río de Janeiro, es la necesidad de establecer un porcentaje de cuidado del agua para los ecosistemas y el cuidado de la generación de los servicios ambientales.

¿Qué pasa con los 10 decretos?

Carmona Lara consideró que con la declaración de estos 10 decretos, estamos frente a facultades exclusivas del Presidente de la República y cuya decisión se toma a partir de estudios técnicos que hace la misma dependencia del Ejecutivo y que, en este caso, es la Comisión Nacional del Agua (Conagua).

Explicó que en dichos estudios técnicos hubo participación de académicos, a fin de consensuar la determinación de estos 10 decretos.

Lo que están dejando ver estos decretos es la inconsistencia de su gestión en el sentido de que, por un lado, se supone que estos decretos de levantamiento de vedas tenían que acordarse con los Consejos de Cuenca.

Reconoció que esto sí ocurrió, pero la pregunta es si las 295 cuencas cuentan con Consejos de Cuenca. Ahí es donde empieza a no funcionar el esquema de gestión integrada, ya que no todas las cuencas tienen estos consejos.

Por esta razón existe la percepción de que hubo sólo el levantamiento de una veda parcial, además de que no se define la forma en que se miden dichos porcentajes, ni tampoco se habla de la calidad del agua que se estará manejando o de quién vigilará dicha calidad.

Además, en Conagua se habla de un Programa Nacional de Manejo de Aguas, “pero eso no puede ser, tiene que haber un programa de cuenca por cada cuenca”. Por lo tanto, lo adecuado es que haya 295 programas, uno por cada cuenca.

Criticó que en muchos casos se esté reservando el agua en cuencas que se encuentran sucias, considerando que 90 por ciento de los ríos están contaminados o muertos. La pregunta es cómo se va a manejar el agua que ya está sucia o no tiene futuro aparente.

Necesario cubrir deficiencias

El investigador del Instituto de Geografía de la UNAM, Joel Carrillo Rivera, advirtió que el rumor de la privatización del agua “es una simple cortina de humo para cubrir deficiencias”.

Explicó que las deficiencias consisten en el hecho de que, aunque se han definido porcentajes para destinar al consumo y para la reserva ecológica, no existe un mecanismo que permita medirlos.

Señaló que estos decretos suprimen vedas existentes, pero a su vez marcan vedas adicionales, aunque todo se enmarca con respecto al caudal ecológico, pero sólo de manera superficial.

Esto, deja de lado el saber qué pasa con toda la cuenca, ya que se habla de aguas superficiales, pero no contempla a toda la cuenca y que incluya aguas subterráneas que nutren los afluentes cuando no hay lluvias.

Advirtió que se estarían aplicando una medida de “cerrarle la llave a un río” sin tener conocimiento de realmente lo que está pasando, ya que no conocemos a fondo su naturaleza y si su afluente se mantiene, pero de manera subterránea.