Virgen de Juquila, amor y devoción sin límites
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Virgen de Juquila, amor y devoción sin límites

El frío y el sol no detienen la fe


Virgen de Juquila, amor y devoción sin límites | El Imparcial de Oaxaca

La Virgen de Juquila es amor y sinónimo de milagro para el peregrino José Antonio Hernández García, quien dedicó cinco días en este año para ir a venerarla a su santuario en la comunidad chatina, donde aguarda la imagen.

El originario de San Jerónimo Tlacochahuaya es uno de los iniciadores de la caravana en bicicleta que cada año realiza su peregrinación a Santa Catarina Juquila, unos días antes de la fiesta anual que se celebra este 8 de diciembre.

En este 2017, fueron 27 personas quienes participaron en esta travesía que ocupó un día y medio para llegar a los pies de la inmaculada.

“El frío y el sol no detienen la fe”

“El frío y el sol no detienen la fe. Venimos llenos de júbilo y esperanza después de ver a la santísima”, expresó Jorge, otro integrante.

Alrededor de las 15:00 horas del pasado martes 5 de diciembre, este grupo pasó por territorio del municipio conurbado de Santa Cruz Xoxocotlán, para tomar la vía que se dirige a Tlacochahuaya, comunidad que pertenece al distrito de Tlacolula.
Frente a la caravana venían unos cuatro hombres con chalecos de vialidad, cuyo fin era cuidar el paso de sus compañeros, familiares y amigos.

Después, en medio de los rayos del sol avanzaba el grupo de creyentes, sin embargo, ellos seguían pedaleando el vehículo que les sirvió de transporte durante estos días. A unos se les vio más cansados que otros, el sudor de la frente era la muestra del esfuerzo realizado.

Atrás de ellos, una camioneta tipo estaquitas avanzó, venía cerrada con lona, en lo alto, lucía amarrada una imagen de la Virgen de Juquila, como distintivo para la gente que los veía pasar.

Los bicicleteros se llevaron 24 horas de su lugar natal a Juchatengo, esta es una parada obligada para los peregrinos: salieron en la madrugada y llegaron a su destino por la tarde-noche de viernes 1 de diciembre.

Los días sábado 2 y domingo 3 de diciembre los ocuparon para venerar a la imagen católica de este sitio, en participar en las celebraciones litúrgicas, y en descansar para el retorno.

Hernández García narró que el lunes en la madrugada, acompañados del intenso frío, salieron del pueblo, y arribaron en la tarde del martes 5 de diciembre a la ciudad de Oaxaca, después de cumplir con su manda anual.

“Estoy cansado, pero feliz de ir a ver a la virgen”, dijo José Antonio.

“Le agradezco por mi salud”

Hace diez años José Antonio Hernández sufrió un accidente en su ida al santuario, las lesiones que presentó le imposibilitaron llegar a la virgen, pero no fue motivo para dejar de organizar y de participar en la peregrinación que cumplió 23 años.
En este año la caravana se fortaleció, ya que más personas se sumaron, comparado con 2016, cuando participaron 18 en la caravana.

Para realizar esta acción de fe, los organizadores realizan una asamblea comunitaria en Tlacochahuaya, donde logran algunos recursos económicos y donaciones que les fortalece para cumplir con este compromiso.

De 43 años, Hernández García es el presidente de este grupo, donde “inculcamos la fe y el amor a la virgen; para mí es muy milagrosa y especial”.

“Por la Virgen de Juquila aún tengo a mi madre”

“Por la Virgen de Juquila tengo aún a mi madre”, dijo con júbilo, Rosy Castro una de las antorchistas que formó parte de la tercera peregrinación de San Francisco Atepeji, Puebla.

Su fe en la imagen católica le hizo no sentir el cansancio para correr varios metros con la antorcha encendida; ella junto con 14 personas más y tres niños llegaron a la comunidad de Santa Catarina, en la zona chatina, corriendo por tramos.

Rosy es una expresión de la fe, ya que en carne propia vivió un milagro. “Yo vine porque hace muchos años mi mamá se puso mal, fue cuando mi papá tuvo bastante fe en la Virgen de Juquila. Vimos cómo la sanó; ahora sí, le doy gracias por tener viva a mi madre”, confió.

Hace 20 años aproximadamente, la señora Audelia, mamá de Rosy, tuvo hepatitis complicada con leucemia, así como otros dos padecimientos que la tuvieron al borde de la muerte y su probabilidad de sobrevivir era nula.

El esposo de Audelia, sin encontrar qué hacer, pidió a la Virgen de Juquila un milagro, que pronto llego. Fue por eso que quedó agradecido por la salvación de la señora y desde ahí, la promesa de venerarla es eterna, contó.

Fue en este 2017 que Rosy cumplió su promesa de agradecer el milagro de hace años. “Le tengo confianza y fe. Por ella no me canso, porque nos da valor, fortaleza”, señaló la señora de Jalpa, Altepeji.

3 años de peregrinar

A finales de noviembre y principios de diciembre, cientos de peregrinaciones atraviesan la ciudad provenientes de diversos puntos del país, principalmente de Chiapas y Puebla.

Hace tres años, Ángel Bernardo, con otros familiares y amigos, convocaron a la peregrinación con antorcha para el mes de diciembre, días antes de la fiesta anual de la virgen.

En este 2017, fueron 50 personas las que integraron esta de la caravana que tardó cuatro días en llegar a Juquila y después de cumplir su manda, el martes retornaron en sus unidades a la ciudad de Oaxaca y de este punto a su comunidad natal.

Desde su natal Tehuacán, Puebla, cada cien o 200 metros los peregrinos se van pasando la antorcha encendida como una manda para que la virgen les conceda salud y trabajo.

“Le he pedido salud, trabajo, que es lo más importante en la vida”, mencionó Ángel Bernardo.

En su parada en la ciudad de Oaxaca, estuvieron en las bodegas de la Central de Abasto, y ahí, organizaron su comida, para después partir a su pueblo.

Cabe mencionar que en el santuario de la Virgen de Juquila, las principales peticiones se refieren a la salud, al cuidado de la familia, por los hijos ausentes, amor y dinero.

Existen grupos de familias, amigos o vecinos que llevan más de una década acudiendo año con año a Juquila, con el fin de refrendar sus votos religiosos.

Camiones adornados con flores vivas o de plástico lucen su esplendor en las caravanas motorizadas y en bicicletas, siempre llevan una imagen al frente como símbolo de su manda.

UN POCO DE HISTORIA:

La imagen de la virgen perteneció primeramente a Fray Jordán de Santa Catalina, quien después la donó a un indígena de Amialtepec, que era gran devoto de María.

Posteriormente los vecinos de Amialtepec cobraron un singular afecto por la imagen visitándola con frecuencia e invocándola en sus necesidades. Las peticiones fueron escuchadas y pronto en el lugar se contaban maravillas obradas por su intercesión, fue en este lapso cuando la fe hacia la virgen se hizo más grande.

La noticia de tales acontecimientos llegó al Jacinto Escudero, quien para evitar abusos trasladó la imagen al templo. Fue en aquel lugar donde la virgen salió ilesa de un fuego atroz que consumió todo a su paso, después de dichos acontecimientos la imagen fue trasladada al templo de Santa Catarina Juquila, donde actualmente reposa.


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