Celebra Geoparque Mixteca Alta su segundo año de funcionamiento

El Geoparque Mixteca Alta, el cual es conformado por nueve municipios, surgió con la participación en conjunto de autoridades, instituciones educativas y la población con el fin de desarrollar un esquema de aprovechamiento sustentable de los recursos naturales.

A dos años de haber iniciado el proyecto, las comunidades prepararon una serie de actividades para celebrar dos años y fomentar el patrimonio natural y social histórico de la Nación Mixteca, concebido como una herramienta que contribuye al bienestar de sus habitantes.

Santo Domingo Yanhuitlán es el municipio sede donde nació el proyecto; posteriormente, se sumaron San Andrés Sinaxtla, San Bartolo Soyaltepec, San Juan Teposcolula, San Juan Yucuita, San Pedro Topiltepec, Santa María Chachoápam, Santiago Tillo y Santo Domingo Tonaltepec, en donde cada autoridad municipal, comisariados de bienes comunales y los vecinos, son los principales gestores.

El Geoparque Mixteca Alta está enfocado a la promoción del geoturismo, una modalidad de turismo de naturaleza en donde la geología y las formas de relieve son las principales protagonistas. Este territorio de gran valor promueve una forma de vida humana y respetuosa con el medio ambiente, lo cual se transmite a través de programas educativos consistentes en cursos cortos y recorridos en el campo en medio de geosenderos diseñados para tal fin, un turismo educativo que enriquece el patrimonio natural y cultural.

Desde el pasado viernes y hasta el domingo 5 de mayo, San Baroto Soyaltepec, Santo Domingo Tonaltepec, San Pedro Añañe y Santo Domingo Yanhuitlán, llevaron a cabo exposiciones y ventas artesanales, visitas a los templos, presentaciones musicales, literarias, muestras gastronómicas, venta de alfarería, exposición de monolitos sueltos del geoparque, demostración de la producción del pan y almidón; poesía, baile, marimba y actividades para niñas y niños a través del Terramóvil de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM).

Este proyecto contempla la preservación permanente del patrimonio ecológico, histórico, arqueológico, gastronómico, cultural y geológico de las comunidades, lugares mágicos que se pueden visitar para apreciar diversos senderos y aprender de las interpretaciones que el pueblo de la lluvia le dio a cada uno.