Mitla, territorio sagrado
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Mitla, territorio sagrado

La zona que los comuneros han decidido conservar está conformada por 4 mil 900 hectáreas,dos terceras partes de su extensión total


Mitla, territorio sagrado | El Imparcial de Oaxaca

Mitla ha renunciado a la agricultura. La región de los Valles Centrales, conocida por ser la sede del renacimiento de los zapotecas a la caída de Monte Albán, ha desistido de la actividad primaria y ha convertido gran parte de su territorio en un lugar sagrado, en una montaña donde la naturaleza vuelve a ser dueña del mundo, donde la tala, la cacería y la contaminación son actividades prohibidas.

En este lugar,Mitla va más allá de Mitla. Si “el lugar de muertos”, las ruinas arqueológicas del Mictlán nos hablan de una civilización que se desarrolló entre los años 750 y 1500, el viaje a este cerro va mucho más atrás, a la conformación misma de la Tierra, a las formaciones rocosas y montañosas que se condensaron muchos miles de años antes de que un hombre pensara en colocar una piedra sobre otra piedra para adorar al ser sobrenatural que creó las piedras.

Aquí se encuentran los pies del hombre sobre el rostro de la madre Tierra, como ha sido desde el inicio. Ya en 1793 fray Francisco de Ajofrín describió con una frase casi perfecta nuestro estado, “en esta provincia de Oaxaca parece que Dios puso todos los cerros y montañas que le sobraron después que formó el mundo”. Los ateos podrían cambiar la palabra Dios por naturaleza y acertarían de igual manera.

La zona de conservación de Mitla está conformada por 4 mil 900 hectáreas de su territorio -dos terceras partes de su extensión total-, de las cuales 4 mil se encuentran en esta montaña que los comuneros han decidido conservar, una palabra que significa que los comuneros de Mitla, un grupo de aproximadamente 80 personas, trabajen y luchen para mantenerlas intactas. Las amenazas son muchas, plagas, invasión de habitantes de pueblos vecinos, falta de apoyos oficiales e incluso un club de cazadores que han amenazado en diversas ocasiones a los comuneros.
El programa oficial se llama áreas destinadas voluntariamente a la conservación y es promovido por la Comisión Nacional de Áreas Naturales Protegidas (Conanp), que a cambio de que las comunidades decidan permitir que la naturaleza se restablezca en su territorio, otorga algunos apoyos que favorecen que lugares privilegiados se convierten en atractivos turísticos.

Apenas el pasado 20 de julio, el delegado estatal de la Conap en Oaxaca, Pavel Palacios Chávez, publicó a través de sus redes sociales imágenes de un jaguar captadas a través de una de las tres cámaras de fototrampeo colocadas como parte del programa en esta zona. En pleno auge turístico por la temporada de Guelaguetza, las fotografías y un posterior videopublicado el 24 de julio fueron transmitidos por una televisora nacional anunciando que nuevamente se observaba un felino de esta especie en Mitla. Era la segunda vez en tres años.La noticia hacía parecer que el sitio era un lugar que cualquier turista podría visitar, era publicidad engañosa.

Aunque los comuneros sueñan en que este lugar sea alguna vez un destino turístico que genere los ingresos que obtenían antes haciendo de la montaña una zona de cultivo, del deseo a la obra hay aún un tramo muy extenso. Por participar en este programa, los recursos que obtienen son muy pocos, la mayor parte, equipo de foto y video para captar a los animales que habitan la zona y para vigilancia, cuenta Celestino Grijalva, presidente del comisariado de Bienes Comunales.

El lugar es sin duda un atractivo turístico para quien desee conocer la naturaleza en su versión más agreste, está lejos de ser un safari. Los animales que cohabitan en este ecosistema son venados, tapires, jabalís, armadillos, pumas y decenas de aves, no obstante encontrarlas es un reto azaroso, no hay garantía.

Extrañas figuras forman los árboles.

Tampoco haytirolesas ni caminatas de 15 minutos o comedores para el descanso continuo. No hay empedrados ni hay paisajes artificiales modificados por la mano del hombre. Los únicos arreglos que hay en este paisaje los hace el tesorero de los comuneros, don Dino,con un machete, apenas unos pequeños trazos en el aire para permitir que el camino quede libre u otros para cortar una rama que se convertirá en un bastón para los visitantes. Hay lugares sagrados como la cueva de la Calavera, el paraje Agua de Cuche, el mirador de la Mano de Dios y la laguna, pero el arduo trayecto para llegar es parte del ritual.

“Son cuatro horas de ida y cuatro de regreso”, advierte Pepe Juárez, uno de los guías y vigilantes que integra el Comisariado de Bienes Comunales de Mitla.Su advertencia revela el carácter relativodel tiempo inmediatamente. Una hora de camino para Pepe o para don Chalo, un hombre de 68 años que camina como el viento, significan muchos pasos más que para un grupo de visitantes primerizos.

-¿Si no hubieran decidido que fuera un espacio de conservación cómo estaría aquí?

-Ya estuviera muerto parte del bosque –responde Pepe.Un chingo de bosque está muriendo por las plagas y a lo mejor si nosotros no hubiéramos metido conservación todo esto ya estuviera plagado, estos árboles más grandes ya estuvieran muriendo. Sí hay plaga, pero la estamos controlando, no estamos abandonando nuestro cerro.

La simple voluntad de nombrar como zona de conservación esta zona no ha bastado para detener las amenazas, desde cazadores furtivos hasta pobladores vecinos que continúan ingresando para talar leña verde y visitantes que han dañado los lugares sagrados.

Don Chalo tiene su ombligo enterrado en esta montaña y sus palabras son la historia del lugar.

En 1930 y 1940, cuenta, la gente comenzó a trabajar los cerros de esta zona, sacaban madera para hacer casas, para la leña, rozaban para extender el área de cultivo y desde entonces se empezó “a negar, ya no talar más”.

“Mi abuelo fue palenquero y dice que aquí en Mitla empezaron a sacar mezcal, dice que los palenqueros fueron los que le empezaron a dar en la madre al bosque, el mezcal necesita mucha leña”, agrega Pepe.

Las amenazas renovado y diversificado e incluye desde un club de cazadores con 200 afiliados.“La gente dice ‘eres comunero, qué padre’, pero no saben la madriza que es, nos hemos topado cazadores, nosotros pensamos, qué le digo, ellos viene armados; en el permiso que nos dan, dice, no puedes detener, no puedes llevar armas, prácticamente te mandan a la guerra sin nada, cuando ves a los cazadores ni te les acercas, para qué vas a arriesgar la vida de un compañero”, agrega.

Desde lo alto de la montaña sagrada.

Otro problema que persiste es la presencia de un campo de tiro que durante años han utilizado el Ejército y la Policía Estatal, que se han negado a clausurarlo. Al denunciar la presencia de cazadores, la respuesta es nula. “El gobierno hace que tú vayas, denuncies y después te echan la bronca a ti, te echan a pelear”, aseguran los comuneros. Otras dependencias de gobierno que debieran estar involucradas, como la Comisión Nacional Forestal, se han mantenido al margen y como consecuencia de la falta de recursos la plaga continúa presente en diferentes áreas del bosque.

Para evitar la confrontación, además de los recorridos de vigilancia, los comuneros han comenzado a llevar su tarea de conservación fuera de la montaña, a lasaulas.

“Vamos a empezar con la educación de los niños, les estamos diciendo que tenemos conservación y que en esa conservación tenemos venados, jaguar, les ponemos las fotos, pa’que vean, los niños son diferentes, se ilusionan, preguntan, dónde está, es nuestro bosque y se ponen contentos, les decimos que hay que cuidarlos.

En esta reserva ecológica, hay venados, tapires, jabalís, armadillos, pumas y decenas de aves.

“A nosotros nunca nos enseñaron sobre la conservación de los bosques, ahorita las escuelas tampoco lo hacen por eso vamos a ir, los niños vienen muy inteligentes y cuando les hablan de bosques se emocionan, van a recibir una educación que nosotros nunca recibimos”.

Los lugares sagrados

Tres horas de recorrido llevan a los caminantes a uno de los lugares sagrados de esta montaña, al que los pobladores han bautizado como Cueva de la Calavera, producto de una imagen que el agua filtrada y los minerales han formado sobre la parte superior de este lugar, donde además hay pinturas rupestres que se presume pueden ser de una etapa superior a los 10 mil años.

“No entendemos los significados, pero vemos las figuras,está el jaguar, el caracol, hay una figura de un hombrecito que tiene como cuernos, son muchas figuras, pensamos que tienen muchísimos años, lo que necesitamos es un estudio para que podamos decir cuánto tiempo tienen”, aclara Pepe.

40 minutos después de visitar la cueva, siguiendo el camino ascendente, la palabra cima cobra un mejor significado, no es la punta solitaria de una montaña donde se puede clavar la vista, es el sitio donde la naturaleza ha guardado una laguna cuya visión resulta suficiente para descansar del extenso recorrido, de unos 20 kilómetros. La laguna es un premio a la perseverancia, un lugar primordial de la naturaleza, un paisaje que un puñado de hombres y mujeres han visto. En este sitio el viento es libre y hace tanto ruido como un río fuerte, pinta cientos de ondas sobre el agua de la laguna y permite descansar de las horas de ascenso y de camino.

Los comuneros de Mitla, son los guardianes del territorio sagrado.

Noes un lugar en el que uno pueda nadar “porque tal vez si nos metemos a nadar se seca”, dice don Chalo en tono de broma. La parte de realidad de esta broma es que en los últimos seis años la laguna se ha secado en un par de ocasiones. La segunda vez fue el año pasado, cuando la escasa lluvia que cayó en Valles Centrales vacío el cráter. “Los tiempos han cambiado mucho”, dice don Chalo, que parece decir con sus palabras que para evitar que la naturaleza se destruya es mejor, como todo en este cerro, no tocarla, conservarla.

 

Lucha por las tierras comunales

En marzo de 2014, la lucha por el reconocimiento de las tierras comunales de Mitla generó un conflicto que estuvo a punto de causarle la muerte a Pepe Juárez, actual vigilante del área de conservación, a su hermano Cirilo y a Celestino Grijalva, actual presidente del Comisariado de Bienes Comunales.

“Tengo la cabeza como una alcancía”, cuenta Pepe al recordar el episodio en el que azuzados por el entonces edil de extracción panista, Jaciel García, pobladores fueron a buscarlo a una bodega del comisariado. Entraron por la fuerza y lo golpearon. A él y a su hermano los arrojaron de un segundo piso. Esa fecha, el 13 de marzo, Pepe tomaría posesión como presidente del comisariado.


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