La higuerilla recupera su lugar histórico en los cultivos de Ocotlán, Oaxaca

La siguiente historia puede ser mal recibida en un ambiente electoral en donde la oposición lleva la delantera y en la que su líder, Andrés Manuel López Obrador, apunta que cada uno de los actos del gobierno federal ha sido un error y ha generado corrupción y más pobreza. Crítico principal de las reformas estructurales del presidente Enrique Peña Nieto, al líder del Movimiento de Regeneración Nacional (Morena) quizá no le gustaría escuchar que la reforma energética ha servido para reactivar el campo de comunidades marginadas del estado.

La reforma, criticada principalmente por haber encarecido en más de 20 por ciento el precio de las gasolinas en 2017, generó resquicios para apoyar el campo y actualmente 3 mil 500 productores de comunidades del Valle de Ocotlán han encontrado la manera de hacer productivo el cultivo de higuerilla, un fruto que ha dejado de ser considerado maleza, yerba innecesaria, para ser calificado como “de alta demanda en el mundo”.

Con la instalación de la fábrica de la empresa Ricino Mex en febrero de 2017 en el ejido de Monte del Toro, Ejutla de Crespo, los productores de 58 comunidades se han visto beneficiados al reintegrar a sus tierras un cultivo que durante años mantuvieron olvidado.

La “higuera del diablo”, como se le conoce, fue usada como remedio medicinal tras la llegada de los españoles. Culturas originarias la utilizaron mezclada con huevo y tabaco para curar la calentura; también la cocían con grasa de chivo o borrego para calmar la bilis.

También fue un producto en el que Oaxaca destacó como exportador a Estados Unidos tras la Segunda Guerra Mundial. Entre 1956 y 1957, el precio de la semilla vendida a los norteamericanos se incrementó 46 por ciento, al pasar de 122 a 177 dólares por tonelada.

Hoy nuevamente las condiciones internacionales han hecho que el aceite de ricino que se extrae de esta semilla acorazada y cubierta con espinas se vuelva una prioridad para México. Obligado por compromisos internacionales como la agenda 2030 a disminuir la emisión de gases de efecto invernadero, el gobierno se ha dado a la tarea de impulsar la generación de energía, combustibles y de aceites industriales a partir de fuentes no contaminantes como la higuerilla.

El discurso de Jonathan Hernández, ingeniero egresado del Instituto Politécnico Nacional (IPN) creador del proyecto Ricino Mex, puede parecer político, pero no lo es, los recursos que requirió para conseguir la materia prima del aceite provinieron de un programa del gobierno federal creado a partir de la reforma.

“En 2008 se sentaron las bases para la generación de bioenergéticos con la Ley Federal de Promoción de Bionergéticos, pero fue, literal, a través de la reforma energética que se abrió más el abanico de posibilidades para poder apoyar a los pequeños productores. Desde 2015 a 2017 el gobierno federal ha estado apoyando éste y otros proyectos para cultivos bioenergéticos, en nuestro caso al haber dado resultados en gestión clara de recursos el gobierno federal lo ha seguido apoyando”, explica Hernández.

Ricino Mex produjo en su primer año –la fabrica fue inaugurada el 14 de febrero de 2017- 800 toneladas de aceite de ricino, aunque la producción podría duplicarse si hubiera suficiente materia prima para ello. Toda la producción de aceite está comprometida, principalmente con fábricas que generan adhitivos para motores.

En 2015, la superficie sembrada fue de 2 mil 157 hectáreas en 38 comunidades, pero el objetivo es sumar 6 mil hectáreas. Ese año, por insumos el gobierno federal dispersó 12 millones de pesos a mil 253 personas. En 2016 apoyó la siembra de mil hectáreas y en 2017, mil 660; para 2018 se proyecta el apoyo para 2 mil 200. Hoy son 3 mil 500 productores que han sido apoyados con fertilizantes, insecticidas y herbicidas a través del Proyecto Integral de Cultivo y Producción de Higuerilla y su Transformación en Aceite de Ricino. Ricino Mex ayuda a gestionar estos proyectos y actualmente cada uno de los productores cuenta con insumos del gobierno federal.

Retos y obstáculos

Para concretar su proyecto tuvo que superar el primer reto que enfrenta todo emprendedor, venga del área de conocimiento que venga, ya sea que quiera hacer pasteles, una red social o construir una fábrica de 300 metros cuadrados para el desarrollo agroindustrial: conseguir financiamiento. En este caso la meta eran 18 millones de pesos, de los cuales 10 los obtuvo a través del gobierno federal; más un crédito de 6 millones a través de Financiera Nacional de Desarrollo y el resto de inversionistas privados. Adicionalmente obtuvo un crédito para emprendedores por un millón de pesos de Nafinsa.

A Oaxaca llegó por mera coincidencia. En una conferencia que dictó en la Cámara de Diputados federal sobre los beneficios de la producción de higuerilla conoció a un hombre que le contó que en su pueblo esa planta se daba de manera silvestre y suficiente. El pueblo, Santa Ana Zegache, el hombre, Elmer Gaspar Guerra, en ese entonces presidente municipal de la comunidad. El edil lo invitó a una reunión con otras autoridades municipales, quienes lo presentaron ante los campesinos.

“Lo primero que te mencionan los productores es ‘qué me vas a dar’, ‘pues les voy a comprar la semilla’, ‘sí, pero qué nos va a dar’, no contextualizaba lo que querían hasta que los presidentes municipales me explicaron que en cada proyecto que ingresa a las comunidades se les da un beneficio, ya sea recursos económicos, insumos, algo para que se animen a sembrar”, explica Jonathan.

2014, el primer año de cultivo, fueron 400 hectáreas las que sembraron productores que se animaron por su cuenta, sin más que la garantía de que su producción sería comprada al 100 por ciento después de la cosecha.

En el programa de promoción de cultivo de higuerilla Oaxaca está compitiendo con Sonora, un lugar, donde, asegura Jonathan, el campo es abismalmente diferente.

“La gran desventaja que tenemos es que aquí son pequeños productores, todos bajo régimen de temporal, hay poco acceso al crédito, es un escenario desfavorable para el productor y si aquí ya tienen un lugar donde su siembra ya está vendida eso les ayuda mucho”.

Actualmente la carga de 150 toneladas que requiere la fabrica para procesar al 100% tarda en obtenerla dos semanas. “Sobre todo en Valles Centrales uno de los grandes obstáculos es que la gran mayoría de los cultivos es de temporal, además de que hay veda de concesiones para obtener agua, el 40 o 50 por ciento de los productores no llega a tener recursos para preparar su tierra, desde ahí comienza la desventaja con el norte, donde hay grandes extensiones de tierra y mayores facilidades para invertir y obtener créditos”, asegura Hernández.

Como parte del apoyo a los campesinos, Ricino Mex colabora con el Inifap para obtener semillas que aumenten el rendimiento de higuerilla por hectárea. Asimismo, al ser un cultivo no invasivo, la higuerilla permite a los productores sembrar maíz al mismo tiempo. De igual forma, con una máquina que diseñó Jonathan, la higuerilla es descascarada automáticamente, haciendo en un par de horas una tarea a la que los productores le dedicaban hasta tres días.

El próximo objetivo de Ricino Mex es volverse una fábrica de grado cosmético, con las condiciones de inocuidad y buenas prácticas que requiere esta industria. Lograr este grado permitir pagar más por cada kilo a los productores. Actualmente reciben nueve pesos por kilo y su rendimiento va de los 400 kilos a una tonelada por hectárea, dependiendo el cuidado que se le dé a la tierra.

Empleo y producción

En el valle de Ocotlán la higuerilla es un fruto histórico que entró en decadencia. De vender a 177 dólares una tonelada a EU pasó a ser comprada hace una década en dos pesos por kilo. La gente la alojaba en sus huertos sin cosecharla, sin venderla.

“Mi padre se dedicaba a la siembra de higuerilla, estamos hablando de hace 50 años. Se dejó de sembrar porque el mercado se cerró y ahora con la empresa volvimos a sembrar, antes pagaban el kilo a 2 pesos, 2.50 máximo”, explica Martín Carreño, un productor que ha venido a dejar una decena de bultos llenos con frutos para pesarlos en la fábrica.

Don Martín trabaja con una semilla híbrida con la que experimenta Ricino Mex y que ha multiplicado el rendimiento. En una planta tradicional cada rama tiene entre cuatro o cinco higuerillas, con la semilla mejorada, con una altura de solo 1.5 metros, se alcanzan hasta 30.

“Si nos siguen apoyando vamos a seguir con la higuerilla, requiere más trabajo, más atención, pero con ayuda de ellos estamos saliendo”, asegura

Doña Minerva Cruz también se encuentra en el tercer año de producción de higuerilla, que se ha convertido en su cultivo principal, por encima del maíz.

“Nos ha ido bien, primero no creía que fuera a funcionar, probamos y el primer año no nos fue bien, pero el segundo sí, este año ya estamos recogiendo cosecha, hay que ir almacenando y trayendo los bultos, ahorita nuestro primer cultivo es la higuerilla”, expresa. En diciembre en su huerto, en San Felipe Apóstol, hizo un primer corte y recogió una tonelada; la segunda entrega la realizará en unos días y espera obtener una cifra similar.

La fábrica ha generado 14 empleos, uno de ellos el de Janeth Sánchez, por cuyas manos pasan diariamente miles de semillas que serán enviadas a la procesadora donde se obtiene el aceite. Sin embargo, la higuerilla había pasado desapercibida para ella, como para muchos otros pobladores de esta región. “Escuchaba que los campesinos las ocupaban, que las vendían, pero no sabía para qué servían, el precio era muy bajo y ahora está mejor pagado, se han vuelto a dedicar a esto, la mentalidad de las personas está cambiando y se preocupan más por la producción de higuerilla”, explica.

Mateo Santiago, de 24 años, además de encargarse de pesar los bultos que llevan los productores está preparando las tierras de su padre para sembrar esta planta.

“Vamos a sembrar tres hectáreas de higuerilla, no sabía para qué servía, antes la ocupábamos para curarnos los labios y ahora voy viendo para qué es, antes de que se construyera la fábrica no la vendíamos, ni la cosechábamos, se quedaba en el campo, se secaba y se tiraba”.

Historia

• Es mencionada por primera vez en el Códice Florentino del siglo XVI, donde describe que se usa untada la semilla para la gota y para el cuerpo hinchado.
• Nicolás Monardes en el mismo siglo, la señala como que “cura todas las enfermedades causadas por tumores fríos o ventosos”
• Es usada para otros malestares del estómago, como purgante, para extirpar las verrugas y para descuajar la leche materna

Ricino Mex

• 3,500 productores de comunidades del Valle de Ocotlán venden higuerilla a Ricino Mex
• 15,000 campesinos espera incluir en los próximos años
• 58 comunidades beneficiadas
• 800 toneladas de aceite de ricino produjo en su primer año
• 2,557 hectáreas de 38 comunidades estaban sembradas con esta planta en 2015
• 6,000 hectáreas, el objetivo a cultivar
• 71 toneladas diarias, la capacidad de procesamiento de la fábrica
• 60% la capacidad a la que trabaja actualmente
• 18 mdp se requirieron como inversión para la construcción de la fábrica
• 1 a 1.5 toneladas por hectárea se cultivan de higuerilla con el cuidado especializado
• 9 pesos kg se paga a cada productor
• 2 pesos kg valía este cultivo antes de la llegada de la fábrica
• 35 mil pesos vale una tonelada en el mercado

Municipios beneficiados:

• Tejas de Morelos
• San Felipe Apóstol
• San Pedro Apóstol
• La Pe
• Ejutla de Crespo
• San Martín de los Cansecos
• Santa Ana Zegache
• San Matías Chilazoa
• Ocotlán de Morelos