Representan camino al Calvario, en Tlalixtac, Oaxaca
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Representan camino al Calvario, en Tlalixtac, Oaxaca

Rememoran el pasaje bíblico, Poncio Pilatos se lava las manos y manda a Jesús ante Herodes.


Representan camino al Calvario, en Tlalixtac, Oaxaca | El Imparcial de Oaxaca

Cientos de personas vivieron en carne viva la pasión y muerte de Jesucristo en medio de la flagelación que padeció Jesús Vidal, en la 43 representación de la Pasión de Cristo en esta comunidad de Valles Centrales.

Fueron miles de golpes los que recibió Cristo en esta escenificación durante el castigo que le propinaron los soldados romanos antes de colocarlo en la Cruz.

A las 10:00 horas llega la hora del inicio. Rememorando el pasaje bíblico,Poncio Pilatos se lava las manos y manda a Jesús ante Herodes, monarca de Galilea, para que sea juzgado, mientras mujeres, niñas y niños seguían de cerca este episodio.

“¿Así que tú eres el Rey de los Judíos?, ja,ja, ja, exclama el rey para burlarse y ridiculizar al mesías frente a cientos de personas que esperaban ver la sentencia de Cristo.

Era antes del mediodía y la profecía se estaba cumplimiento frente a la mirada incrédula de los asistentes, quienes veían a los personajes entregar toda su preparación para cautivarlos con su vivencia de Viernes Santo.

Mientras tanto, las calles cercanas a la explanada del templo de esta comunidad, lucían limpias y con puertas abiertas, donde se expendía el tejate, el agua de chilacayota y la gastronomía tradicional.

En la plaza principal, Herodes regresa al prisionero a Pilatos, quien al final lo condena a la Cruz y decide liberar a Barrabás.

Heridas en los costados

Los golpes fueron reales, los latigazos y golpes con mecates se dieron en las espaldas, piernas y hombros de Jesús, para lo cual, Vidal se preparó físicamente y mentalmente, a fin de soportar la agresión que recibió.

Con el rostro triste por el castigo, el joven aguantó con el ardor y dolor en el cuerpo esta escenificación que fue para él su gran triunfo.

“Con nuestros actos lastimamos más a Cristo todos los días, después que el dio la vida por nosotros y lo ofendemos todo el tiempo, eso es peor que cualquier agresión que podamos sufrir”, externó el joven empleado de una clínica particular.

¡Suelten a Barrabás!, se oyó entre la muchedumbre asistente. Mientras las mujeres que con María, la madre de Cristo, están frente al escenario sufriendo su inmenso dolor por ver a su hijo en medio de blasfemias y agresión.

“Crucifica a Jesús”-fue la sentencia. Inician la cargada de la cruz y las caídas.

Dimas y Gestas van a un costado de Jesús, también van recibiendo los golpes que les van dando los soldados romanos, quienes coléricos se burlan del que se llamó Rey de los Judíos.

“Apúrate, que tu Dios te ayude a levantarte” -decía el soldado con su látigo en la mano para asentar un duro golpe al cuerpo de los sentenciados a la muerte.

Sobre la calle Progreso la gente formó una larga fila para poder ser espectadora de la pasión y muerte del Señor, ayer viernes de Semana Santa, cuando la iglesia Católica conmemora este acontecimiento bíblico.

Llanto en el encuentro entre Jesús y María

Uno de los episodios más tristes del viacrucis de Tlalixtac de Cabrera, fue el encuentro entre María y Jesús en el Calvario de esta comunidad; se desarrolla ante la mirada atónica de los visitantes y nativos quienes ya habían presenciado durante dos horas el castigo al hijo de Dios.

En esta escena, el sacerdote de esta comunidad, de nombre Antonio, hizo un llamado a que los creyentes vivieran este hecho con reflexión, analizando lo que Dios hizo por la humanidad, para no permitir que ninguna ley humana esté por encima de las personas.

“No es una fecha de diversión, tampoco de esparcimiento, sino de una profunda reflexión para nosotros los cristianos. ¿Cuál es la vida del cristiano de hoy? ¿cuál es el compromiso que hacemos al participar en esta procesión, en este viernes de dolor ?”, cuestionó.

Bajo los fuertes rayos del sol se celebró la misa, donde el prelado pidió valorar el martirio y los golpes que se dieron por el pueblo para cambiar la vida en la sociedad, ser más buenos y para que se amen los unos a los otros.

No sé acostumbren a la corrupción, a los engaños, a lo malo, insistió. “Las familias no permitamos que la educación de los hijos esté en los medios, en el internet, en la computadora, en el celular”, pidió a los y las asistentes.

Después de eso, siguió el camino a la crucifixión de Cristo en medio de una comunidad creyente que vivió en Tlalixtac la procesión que marca está Semana Santa.

Jesús Vidal, después de tres horas, ya llevaba la espalda llena de golpes, roja por la agresión sufrida, pero con la fe puesta en la preparación física y emocional; aguantó bajo el sol arrastrar una cruz de 80 kilos con los pies descalzos.

María avanzó llorando abrazada de María Magdalena, mientras veía que su hijo seguía siendo azotado por los soldados romanos, quienes en todo momento le cuestionaron su falsa representación.

Llegó la hora de la muerte

Después de todo el sufrimiento rumbo a su muerte, la hora llegó.

“Padre, perdónalos a ellos; porque no saben lo que hacen”, salieron de los labios de Cristo ya rendido en la cruz de madera, dentro de las siete últimas palabras que mencionó antes de entregar la vida.

A su izquierda, Gestas, uno de los ladrones, le dijo que sí de verdad era el mesías que se salvara y los salvara del castigo.

Dimas, a la derecha, exclamó: “señor, te pido que te acuerdes de mi cuando estés en tu reino”.

Jesús le respondió que estará con él en el cielo.

Padre mío, en tus manos recomiendo mi espíritu, soltó Jesús para morir clavado en la cruz.


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