Con TT Calvin, aumentan los daños en regiones de Oaxaca
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Con TT Calvin, aumentan los daños en regiones de Oaxaca

La temporada de lluvias ha extendido las fuertes precipitaciones a Salina Cruz, donde al menos una agencia está incomunicada y el complejo Dovalí Jaime fue desalojado


Con TT Calvin, aumentan los daños en regiones de Oaxaca | El Imparcial de Oaxaca

AGUA ALCANZÓ 50 CENTÍMENTROS

Pemex suspende actividad en refinería por inundación

Las aguas provocadas por la tormenta tropical Calvin, cuyo efecto se debilitó este martes,  llenó a la Refinería Antonio Dovalí Jaime de agua en algunas de sus áreas como la planta catalítica 2 y la terminal marítima.

Autoridades de esta paraestatal minimizaron los hechos, no obstante, después emitieron un documento donde confirmaron la suspensión de actividades.

Vía redes sociales, los trabajadores difundieron fotos donde estaban rebasados por el agua e incluso haciendo uso de una lancha para trasladarse. Vestidos con sus uniformes se les observó caminar dentro del caudaloso río que se formó en su área de trabajo. Desde lo alto de este municipio se notó el agua brillosa que rodeó a la planta.

A las 15:30 horas los empleados fueron evacuados como parte del protocolo de seguridad, algunos fueron llevados a un lugar seguro y otros más enviados a sus hogares.

En las áreas de Catalítica y Primaria I, los trabajadores reportaron que el agua alcanzó un nivel crítico, por lo que tuvieron que solicitar a sus superiores opciones para sacarlos de la zona.

Pemex informó que fueron más de 400 trabajadores del área administrativa los que fueron evacuados.

“Las plantas operan con normalidad, ninguna está fuera de operaciones, el personal de guardia que cubre cada uno de los turnos está laborando de manera normal”, dijo el vocero de Pemex.

No obstante, dijo que las lluvias no han provocado daño alguno en lo que corresponde a la infraestructura, así como las áreas en donde se encuentran asentadas las plantas.

*Con información de Agustín Santiago*

“No nos ha dejado de llover en cuatro días”

Sustos, desesperación y alerta de emergencia provocó la llegada de la tormenta tropical Calvin, que ayer se degradó a depresión tropical en comunidades de la Costa y el Istmo. Las huellas de Beatriz aún no secaban y ya estaba lloviendo una vez más. Las avenidas crecían, los cerros se humedecieron y se desgajaron nuevamente.

“Estamos en alerta, no nos ha dejado de llover desde hace cuatro días”, contó Marisela Mathus, vecina de la colonia La Istmeña, que colinda con la refinería Antonio Dovalí Jaime, que suspendió sus trabajos debido a la contingencia, reportó Petróleos Mexicanos en una circular.

La tormenta, segunda en esta temporada de lluvias, tocó tierra en la Costa de Oaxaca y posteriormente se dirigió al Istmo.

El director de Servicios a la Comunidad del municipio de Salina Cruz, Mario Alberto Valenzuela Calderón, reportó la agencia de Boca del Río inundada en incomunicada. “No hay paso para esa zona, la gente ya está alertada”, mencionó.

El funcionario encabezaba el retiro de troncos de la colonia La Istmeña para evitar mayores afectaciones a las viviendas.

Varias camionetas se atascaron al intentar salir de la zona.

Otro punto fue Salinas del Marqués y la colonia Santita que se inundó. Abrieron boquetes de la laguna para que el agua desembocara en el mar. Las colonias La Soledad, Porfirio Díaz,  Francisco I. Madero, así como Miramar, San Jerónimo Doctor y la 5 de Diciembre también sufrieron inundaciones.

Carmen tuvo un vaso de atole que tomar

La señora Carmen, que vive con discapacidad motriz, junto a sus nietos y sobrino, fue socorrida por sus vecinos y trasladada al albergue que instaló el Desarrollo Integral para la Familia en el puerto.

En el espacio acondicionado había otras personas que salieron de la colonia Hidalgo Poniente y Emiliano Zapata. “Ya no me dejaron irme porque no había condiciones para regresar a mi casa, aquí vine con mis nietos”, comentó la señora.

Ella contó sus necesidades y los abusos, así como apoyos que ha recibido por no poder ver.

La presidenta del DIF municipal, Yolanda Zamitiz  Gasca, reportó que llegó casi una veintena de personas, aunque muchas no quisieron dejar sus hogares por miedo a perder sus pertenencias.

“Ha llovido mucho. A mí me encontraron en la calle y me auxiliaron, como no puedo ver,  no iba a salir a tiempo en caso de una contingencia”, dijo Carmen.

Ella, junto  con sus seres queridos, recibió una bebida caliente y unas colchonetas para pasar la noche y esperar las indicaciones de autoridades de protección civil.

A un lado también estaba Beatriz, una menor que tenía a su cuidado a un bebé; esperaba a su mamá. “Como nos enteramos de los daños que ocasionan las lluvias decidimos salir de nuestra casa que está instalada en una colonia baja y puede inundarse”, señaló.

En Salina Cruz fueron desalojadas al menos dos agencias y esperarán las condiciones del clima para decidir si regresan las personas a sus domicilios.

Valenzuela Calderón reportó casi 500 familias en esta emergencia porque los cerros se estaban desgajando y el agua aumentaba rápidamente su caudal.

Venecia en el Istmo

Edith Pacheco cerró la puerta de su casa ante el caudal que bajaba directo a la avenida principal de la colonia La Istmeña.

La  madre de familia reflexionó sobre la deficiente cultura de protección civil que se tiene ante una contingencia de esta naturaleza. “Usted ve que ahí va corriendo el caudal, en algún momento puede aumentar de intensidad y los automovilistas y motociclistas no les interesa y pasan. Si les pasa algo, le van a echar la culpa a la autoridad”, dijo.

En cuestión de minutos se llenaron las calles de agua, los cerros dejaban correr la abundante lluvia y el cielo seguía amenazador.

Elementos de la Marina implementaron el Plan Marina e incluso llevaron una lancha a la colonia Petroleros por una falsa alarma de inundación.

Los elementos estuvieron unos minutos en operativo y al no encontrar nada se retiraron.  Asimismo, hablaron de la afectación a San Antonio Monterrey, pero al corroborar esta jurisdicción de Salina Cruz únicamente sufrió grandes encharcamientos.

La psicosis ya está en la población después de lo que dejó Beatriz, dijo un uniformado.

“Con la primera tormenta lo perdimos todo”

Una docena de familias que viven en márgenes del río Zimatán no ha superado los estragos que dejó la tormenta tropical Beatriz cuando llegó Calvin.

“No fue nada comparado con la primera tormenta. Ese día sí perdimos todo, parte de nuestro patrimonio”, confío la señora Olivia Santiago, quien tiene un par de años en este lugar.

El meteoro que cayó a inicios de junio les llevó desesperación y tristeza. Aún siguen limpiando del lodo su patio y sus cosas.

Entre espacios que van formando las casas hay ropa tirada que estaba colocada en un tendedero esperando por el sol que nunca llegó, colchones arruinados y criaderos de mojarra y langostines que perdieron más del 50 por ciento de su producción.

De los cerros bajaba agua como si fuera un río. “Llovió un día pero con tal intensidad que si nos dormimos, no la estuviéramos contando”, confío Othón Santiago Hernández, uno de los moradores y trabajador de este lugar.

El paso del primer meteoro no fue superado por Calvin. “Ahora vino el Ejército varias veces para que nos saliéramos porque estaba la alerta, pero hoy sabemos que ya está pasando”, dijo.

Agradeció a Dios que este fenómeno no tuvo la misma intensidad destructiva que Beatriz, porque de lo contrario perderían lo poco que les quedó.

Entre las viviendas está una casa semienterrada; apenas va a ser recuperada. Mientras tanto, en otro lado, jóvenes realizaron trabajos apresurados para retirar la leña de los árboles que se atascaron y obstruían su paso.

Con palas, picos y otras herramientas se estaban deshaciendo del lodo. Aunque ya han pasado 12 días de la lluvia más fuerte no se han levantado sus estructuras.

A un lado, a unos metros el río de Zimatán va descendiendo de nivel. “Llegó casi donde está la estructura del puente”, describen.

Con la llegada de las otras lluvias decidieron refugiarse en lo alto, con familiares y amigos. Cualquier lugar era más seguro.

“Llovió un día pero con tal intensidad que si nos dormimos, no la estuviéramos contando”. -Olivia Santiago, habitante de Zimatán.

Pierden criadero de mojarra y langostines

El señor Othón Santiago es trabajador de criaderos de mojarra y de langostines. Teme perder su trabajo porque el río se llevó a las especies. Eran 70 mil mojarras, a lo mejor sobreviven 20 mil o 10 mil. Los langostines salieron a flote y los recogieron los vecinos.

Los pocos que quedaron los reproducirán. “Quién sabe qué digan los socios, si abandonan el proyecto pues quedaré sin trabajo”, dijo.

Zimatán, que pertenece a Barra de la Cruz, Copalita, tienen población marginada y en  estado de pobreza que busca salir adelante con diversos proyectos, dijo.

Los trabajadores cerraron los estanques de sus mojarras para conservarlos y apostar por esta actividad.

Ni el huracán Paulina generó tanta agua. Aquí no han llegado los enviados de las dependencias estatales o federales.

Carreteras llenas de derrumbes

La carretera 200 de Huatulco a Copalita se cerró a la circulación por el desprendimiento de la carpeta asfáltica en al menos dos puntos. Aunque este hecho no impide la entrada al destino turístico afecta el paso de unidades de motor a la zona hotelera.

La misma vía tuvo varias afectaciones derivadas de las lluvias provocadas por la tormenta tropical Calvin, carretera que ya estaba reblandecida por Beatriz, que tocó tierra el 1 de junio pasado.

Los prestadores de servicios de la zona hotelera pidieron a los gobiernos federal y estatal atiendan la zona ante la proximidad de la temporada vacacional y con unas carreteras en mal estado difícilmente alcanzarían las expectativas deseadas.

Sobre la carretera 175 que conduce de Oaxaca a Puerto Escondido aumentaron los deslaves. En la desviación de El Progreso al Porvenir, la carretera que se dirige a Pochutla estaba abierta en un carril debido a los troncos de árboles y tierra acumulada.

Mientras tanto, de Pluma Hidalgo a Santa María Huatulco una treintena de derrumbes adornaron la carretera estatal que es competencia de Caminos y Aeropistas de Oaxaca (CAO).

“Esta carretera está siempre descuidada, registra baches y ahora con los derrumbes provocados por las tormentas Beatriz y Calvin se agudizó la situación”, se quejaron los automovilistas, quienes optan por esta carretera para llegar más rápido a Huatulco.

Ya en la carretera 200, dos puntos carreteros estaban desprendidos y personal de Protección Civil cerró la circulación para evitar accidentes.

También el cárcamo de agua se contaminó por la suciedad de los hoteles que desfogaron sus suciedades en este punto, según algunas denuncias.

Por su lado, el IEEPO decidió suspender por segundo día consecutivo clases en las regiones de la Sierra Sur, Costa e Istmo.

“Esta carretera está siempre descuidada, registra baches y ahora con los derrumbes provocados por las tormentas Beatriz y Calvin se agudizó la situación”. -Automovilistas

Hospital comunitario de Río Grande bajo el agua

Élfego Jiménez

Calvin tocó tierra la madruga de ayer en la región de la Costa, luego de que la depresión tropical 3-E se intensificó alrededor de las 16:00 horas del lunes transformándose en tormenta tropical; lo que ocasionó la inundación del hospital comunitario de la población de Río Grande, así como diversos daños en las vías de comunicación, derrumbes, inundaciones a diversos poblados y cultivos de la región.

Las instalaciones del hospital de la Secretaría de Salud sufrió inundaciones en casi la totalidad del inmueble, lo que obligó a evacuar a los pacientes en cama con ayuda de la unidad de protección civil de Tututepec, la policía municipal y voluntarios del escuadrón ORAM y RUM de Río Grande.

Said Silva, director de Protección Civil del municipio de San Pedro Tututepec, explicó que fue alrededor de las 3:30 de la mañana cuando se auxilió con dos ambulancias del ayuntamiento y dos más del grupo de voluntarios ORAM, las unidades 03 y 07 para trasladar a los pacientes y sus familiares.

“Los pacientes fueron trasladados a los hospitales de Santa Catarina Juquila, Pochutla, Puerto Escondido y al centro de salud de Río Grande, donde se le dio prioridad a las mujeres embarazadas, niños enfermos, mujeres con cirugía y un hombre con problemas pulmonares”, explicó.

El responsable de protección civil de este municipio dijo que el agua subió hasta 40 centímetros del piso del hospital y estuvo a punto de entrar al área de urgencias.

Gracias al trabajo de los doctores y enfermeras se logró rescatar los equipos médicos, por lo que el servicio se establecerá en las próximas horas.

Said Silva, director de Protección Civil, comentó que durante un recorrido se pudo comprobar los daños en los caminos del municipio de Tututepec, árboles caídos, derrumbes y cortes en las carreteras. En las comunidades se registraron cortes en servicio eléctrico, dejando hasta el momento a Chacahua y El Azufre sin este servicio.


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