La lectura compone el tejido social: Esquinca
Oaxaca
La Capital Los Municipios
El Imparcial del Istmo El Imparcial de la Costa El Imparcial de la Cuenca
Nacional Internacional Súper Deportivo Especiales Economía Estilo Arte y Cultura En Escena Salud Ecología Ciencia Tecnología Viral Policiaca Opinión

La Capital

La lectura compone el tejido social: Esquinca

Es un gusto que se contagia, señala el autor de la novela policiaca “La Octava Plaga”


La lectura compone el tejido social: Esquinca | El Imparcial de Oaxaca

Conocer al escritor Bernardo Esquinca fue motivación para que cientos de estudiantes del nivel bachillerato leyeran la novela policiaca “La Octava Plaga”, misma que comentó el autor ayer, en el Centro de Bachillerato Tecnológico, industrial y de servicios (CBTis) número 26.
En Oaxaca y en el país, el nivel de lectura es bajo, reconocieron los participantes en este evento que reunió a jóvenes de escuelas del nivel medio superior de la ciudad.
La estadística del bachillerato es que apenas tres de cada diez estudiantes gusta de la lectura.
El escritor y comunicólogo reconoció el débil interés de los estudiantes por tomar un libro, por conocer y perderse en el mundo de la imaginación, pero tampoco el acto obligado sería la solución al problema.
Observó esfuerzos en la materia porque los jóvenes quieran tomar un texto. “La lectura compone el tejido social, es importante que la gente lea y eventos como la de la escuela es importante al impulsar este tema”, señaló.
Bernardo Esquinca presentó en Oaxaca “La Octava Plaga”, de la editorial Almadía, después del evento en la Ciudad de México hace dos meses, en un auditorio lleno de estudiantes del nivel medio superior.
La promoción de la lectura en el sector joven es buena opción para transmitir el gusto por esta actividad, consideró, por eso no desprecia ninguna invitación para reunirse con el público.
Para el autor de otro texto como “Belleza Roja”, a un niño desde los primeros años de vida se le puede inducir el hábito. Mostrarles libros con imágenes, para colorear, con cuentos, entre otras formas.
“También hay varios retos para los libros, por la tecnología que distrae con las redes sociales, las tabletas, pero con diversos esfuerzos de instancias educativas y de los propios autores se puede revertir este hecho”, comentó desde las instalaciones del CBTis 26.
En su opinión, la lectura no puede ser impuesta, la obligatoriedad no cree que funcione. “Es un gusto que se contagia como cualquier cosa que nos deja un buen sabor de boca”.
El escritor desde siempre estará disponible a contribuir con las escuelas que lo inviten y no olvidarse que un libro es un amigo.

3 de cada 190 alumnos leen

La responsable del área de lectura, expresión y lengua escrita de este plantel, Gabriela Velasco, propuso buscar alternativas, nuevas formas que permitan a los estudiantes considerar al libro como un objeto porque a los clásicos ya nadie los quiere leer.
“Leer por placer difícilmente, pero en cada materia podemos engancharlos para hacer atractivo un texto, para conducirlos a este mundo que les llevará conocimiento”, expresó.
La catedrática señaló que de cada 10 estudiantes a unos tres les gusta la lectura y en compresión, el nivel es más bajo.
Para que un estudiante pueda tener el gusto por este hábito, debe tener en sus manos textos acordes a sus intereses y donde encuentre motivación.
Ejemplificó que en el caso del texto de Esquinca, al ser de suspenso, jala el interés. “A los clásicos ya no los quieren leer, buscan lo nuevo, algo fresco y al tener al autor en persona es un aliciente más”, consideró.
En este proceso de acercamiento a la lectura, cinco alumnos de este bachillerato están participando en el Certamen Nacional de Creación Literaria.

“Leyendo se aprende a escribir”

“La Octava Plaga”, de Bernardo Esquinca, es una novela policíaca, con misterio donde se reflexiona sobre la violencia, con enigma que se van resolviendo.
Inspirado en el periodismo, del gusto de perseguir la noticia, fue como preparó en un año este texto.
El escritor empezó con el gusto en la lectura y escritura a los 8 años. “Soy el más pequeño de 6 hermanos y cuando cumplían años les hacía versos y rimas que fueran chistosas y simpáticas. Después empecé a hacer cuentos y concursos”, contó de su vida.
En su trayectoria, tenía que leer mucho porque es como se aprende a escribir; siempre tuvo presente que un objetivo se consigue levantándose muy temprano y durmiendo un poco tarde.


aa

 

Relacionadas: