"¿En qué momento se volvió el zócalo un cochinero?"
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“¿En qué momento se volvió el zócalo un cochinero?”

“No me cree que el Zócalo está hecho un cochinero. Le voy a enseñar estas fotos para que me crea”, expresa la mujer


A mediodía un hombre de avanzada edad duerme en una de las jardineras del Zócalo capitalino, frente al Palacio de Gobierno. Lo cubre una manta y una improvisada lona que lo protege del viento y los rayos de sol.

Una mujer delgada, con saco, bolso y zapatillas, se detiene frente a la casa de campaña hecha con plástico grueso, que no cubre por completo a aquel hombre que duerme mientras respira por la boca.

“¿En qué momento pasó esto?”, pregunta la mujer a algunas reporteras que están en el lugar, en espera de una conferencia que darán autoridades de un municipio que mantiene un conflicto agrario con su pueblo vecino hace más de 10 años.

La mujer, que no suelta la mano de una pequeña niña que también ve el escenario, toma algunas fotos con su celular que dice enseñar a su esposo cuando llegue a casa.

“No me cree que el Zócalo está hecho un cochinero. Le voy a enseñar estas fotos para que me crea”, expresa la mujer que deja ver una sonrisa ligera.

Al menos 10 fotos ya ha tomado: algunas son de trastes sucios con restos de comida y caldos que atraen las moscas, otras de los tendederos con ropa colgada y de improvisados baños para asearse en pleno corazón de la ciudad.

En el lugar algunos hombres llegan a descansar en sus improvisadas casas de campaña, luego de una jornada de trabajo de al menos cuatro horas. Ahí dejan sus herramientas de trabajo: martillo, machete, pala y sierra.

De distintas organizaciones sociales que decidieron quedarse en el Zócalo en espera de atención de las autoridades gubernamentales, hombres, mujeres y niños que viven en la zona ya no se intimidan por las fotografías ni las miradas que les reprochan su permanencia y las condiciones en las que han dejado las jardineras.

Las madres visten a sus hijos a la vista de todos, niños juegan entre los puestos ambulantes y pasean entre las personas sin ser vigilados; otros duermen sin mayor pudor.


aa

 

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