Advierten riesgo frente al Cedart Miguel Cabrera
Riesgo para los peatones en la calle Doctor Pardo. Los adornos podrían caerse en cualquier momento.
Capitalinos denunciaron el riesgo que se registra en la parte alta de la entrada principal al Centro de Educación Artística (Cedart) Miguel Cabrera, por lo que exigen a las autoridades correspondientes que se atienda el problema antes de que ocurra un accidente.
Vía telefónica a la redacción de EL IMPARCIAL, Rogelio Castellanos, dijo que el peligro se debe a que desde los pasados sismos, “unos adornos en forma de picos ubicados en la parte alta de la pared del Cedart amenazan con caer a pesar de estar cubiertos con tablas”.
Explicó el ciudadano que en el citado lugar ubicado sobre la calle de Doctor Pardo, a escasos metros del Zócalo capitalino, a todas horas del día se da cita una gran cantidad de jóvenes que reciben sus clases; asimismo, transitan muchas personas con rumbo al Templo de San Francisco de Asís.
Esta calle, agregó, se encuentra “para llorar”, en muchas partes el concreto hidráulico ha desaparecido, por lo que existe una gran cantidad de baches, se afecta la suspensión de los vehículos, aparte el riesgo en que se encuentran los peatones, sin embargo, nadie hace nada.
Entrevistado en la zona, Wilfrido Hernández, quien atiende un negocio cercano al Centro de Educación Artística, añadió que aun cuando alguna persona colocó una cinta de prevención sobre la banqueta, justo debajo de donde existe el problema, no sería suficiente en caso de que los pedazos de gran tamaño se vinieran a tierra.
“Las autoridades deben atender el problema para evitar una desgracia, estamos a tiempo de que lo hagan, hay que recordar que en los últimos días se han registrado sismos de más de 5 grados y muchos edificios —entre ellos el del antiguo Hospital Civil— no han sido intervenidos”, agregó.
Ciudadanos que transitan o realizan sus actividades sobre la citada arteria, hacen un llamado urgente a las autoridades correspondientes, con el fin de que se tomen las medidas necesarias, “más vale una llamada a tiempo, que mil lamentaciones después”, señaló doña Braulia, vecina de la calle de Bustamante.
