Le apuestan a la mina verde en San José del Progreso

Con el aumento en el consumo de los derivados de la tuna, los habitantes de esta comunidad ubicada en el valle de Ocotlán, le han apostado en el cultivo del tunillo, considerado en la región como la mina verde.

De acuerdo a los productores, el tunillo es una planta nativa de esta comunidad y desde hace más de 100 años es parte de la canasta básica de los campesinos y ahora buscan comercializarlo para tener una nueva fuente de ingresos.

Otra de las ventajas con que cuentan los campesinos son la extensa variedad que se reproduce en sus campos, desde la huele piña, la olorosa, la blanca, la china y la criolla, todas estas plantas se han adaptado al clima y a la tierra fértil de esta comunidad.

Los principales derivados que ya se encuentran en las diferentes tiendas son la tortilla, tamales, pulpa, mermelada, mezcal, nieve, una serie de platillos y postres como pasteles y gelatinas.

En los últimos años el cultivo del tunillo ha aumentado, actualmente existen alrededor de 200 familias que recolectan la tuna y alrededor de 20 productores, en cada ciclo se cosecha un estimado de tres toneladas de tuna y con las nuevas plantaciones se estima que en tres años aumente a 40 toneladas.

Para los productores el tunillo ya es considerado como la mina verde, pues su proceso de cultivo no requiere de mucho trabajo y es nativo de la comunidad, por lo que una vez que la empresa minera Cuzcatlán concluya con su proceso de explotación, esta actividad podría sustituir el empleo que se genera en la minera.

Según el plan de la empresa minera, su etapa de explotación podría concluir en 2021, para que en 2022 con la etapa de remediación, reduciría considerablemente su plantilla laboral, por ello la importancia de buscar nuevas alternativas para los comuneros.

“Queremos trabajar en un futuro en la producción de un refresco, posteriormente en otros derivados como el vino tinto y blanco de la tuna, si avanzamos en esto una vez que se vaya la mina no habrá una caída económica, porque además el tunillo es renovable”, señaló Servando Germán Arango, productor de la tuna.

Explicó que este tipo de proyectos es ideal para amortiguar una industria minera a una industria agrícola. “También estamos experimentando en un proyecto enfocado a la permacultura, actividad que fue derivado de la agricultura antigua”.

“El objetivo de la permacultura es dar a conocer que tenemos un campo fértil donde trabajando la tierra se da de todo, nos vamos a enfocar en una educación autosustentable para los niños, jóvenes, profesionistas y para los mismos campesinos”.

En una superficie de 5 mil metros cuadrados, Germán Arango ha experimentado con diferentes plantaciones como en 5 variedades de limón como son persa, imperial, colima, criollo y limón lima.

También se ha cultivado de manera especial la naranja, aguacate hass y criollo; seis variedades de plátano como perón, macho, dominico, morado, tabasco enano y piña. “Tenemos todas las hiervas de olor para la cocina, de flores tenemos el girasol, tulipán, bugambilias, entre otras”.

En medio de los tunillos crecen otras plantas como el nopal, incluso el agave para la elaboración del mezcal.

“La tierra es fértil, lo único que falta es aprovecharla para que la mina verde nos de comer en un futuro”, apuntó.