¿Qué futuro le espera a Oaxaca sin diálogo?

El arzobispo de Oaxaca José Luis Chávez Botello hizo un enésimo llamado al magisterio y organizaciones sociales al diálogo para evitar mayor violencia y recomponer el tejido social.

En conferencia de prensa advirtió que si no se retoma el camino del diálogo, honesto y fincado en la verdad, así como el respeto a los derechos humanos, el futuro del estado es poco halagador.

Luego de ofrecer la homilía dominical, enfatizó que actualmente la sociedad está sumergida en una profunda crisis económica, política y social; una crisis de valores que ha causado una descomposición generalizada.

La inseguridad, corrupción y la violencia son factores que dañan a la sociedad, externó ayer el representante de la iglesia católica en el estado.

“Tenemos el deber de exigir y colaborar para tener mejores leyes y sobre todo que se cumplan, aunado a que urge contar con el fiscal Anticorrupción, quien debe dar resultados a la sociedad”, señaló.

Chávez Botello afirmó que las crisis sociales son llamadas urgentes a replantearse la manera de relacionarse con la sociedad, de educar y hacer política.

Pidió orar y trabajar por la reconciliación y la paz social, al tiempo de prevenir y erradicar vicios, adicciones y la violencia intrafamiliar.

Dijo que en el marco de la celebración del tercer aniversario de la coronación pontificia se prepara una peregrinación a pie del santuario de la Virgen de Juquila.

Chávez hizo este llamado a la paz tras conocer que la Sección 22 del Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación (SNTE) mantiene protestas contra las festividades de la Guelaguetza organizada por el gobierno.

Incluso, el magisterio valora llevar a cabo otras acciones como parte del boicot a los Lunes del Cerro. El viernes policías antimotines lanzaron gases lacrimógenos para contener a maestros radicales que pretendían subir al auditorio Guelaguetza.

El arzobispo preguntó ¿qué futuro le espera a Oaxaca? si no nos basamos en la razón, en el diálogo y respeto a las terceras personas, el futuro para el estado no es nada halagador, alertó ayer.

“El diálogo debe ser diálogo pero con la sociedad, trabajar por erradicar la violencia y retomar el camino de paz, basados en los principios de respeto y prudencia”, concluyó el obispo.