Don Cristóbal: manos que realizan creaciones divinas
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Don Cristóbal: manos que realizan creaciones divinas

Cuando aún era un niño aprendió el oficio de la joyería, más tarde, gracias a su excelente trabajo y entereza elaboró dos de las tres coronas que ha portado la Virgen de la Soledad.


Don Cristóbal: manos que realizan creaciones divinas | El Imparcial de Oaxaca

Cristóbal Raymundo Manuel Domínguez y Morales, quien elaboró la actual corona de la Virgen de la Soledad, es uno de los grandes maestros artesanos joyeros en filigrana de Oaxaca, sus obras de arte han cruzado fronteras teniendo un valor incalculable.

Su oficio como maestro en orfebrería, inició desde muy pequeño y eso le valió para participar en la elaboración de la segunda corona de la Virgen de la Soledad en 1958, cuando apenas cumplía 15 años de edad.

Según datos históricos, la primera coronación de la Virgen de la Soledad (considerada como la madre de los oaxaqueños) se realizó el 18 de enero de 1909 por el Papa Pío Décimo. La segunda coronación fue en 1959.

“En la elaboración de la segunda corona que después fue robada, mi maestro me invitó a participar en su proceso, aunque por mi edad de 15 años no me tomaron mucho en cuenta, pero gracias a ello, he podido elaborar más coronas por ese principio que tuve de buena escuela, mi maestro y encargado de hacer aquella corona fue Jorge Vargas y su hermano Fausto”.

El maestro joyero explicó que aquella corona fue elaborada con oro de 18 quilates, material que fue recabado en las calles gracias a la donación de los feligreses de la ciudad de Oaxaca. “Esta donación se realizó a través de un patronato que fue encabezado por margarita Bustamante y las hermanas Núñez que eran hermanas de un padre, eran las que recolectaban y siempre estaban presentes cuando fundíamos el material”.

“Esta corona se inició a fundir en los primeros meses de 1958, nos llevó más de10 meses terminarla, a mí me tocaba estar en la fragua dándole vueltas en un crisol de grafito, ahí fundíamos el metal”.

Una verdadera joya

Dijo que este trabajo se concluyó en las últimas semanas de diciembre de 1958 y la virgen se coronó por segunda ocasión el 18 de enero de 1959. “Aquella corona tuvo un valor incalculable, fue hecha con oro de 18 quilates, pesó tres kilos y el valor en piedras era también muy importante, porque le fueron colocadas esmeraldas y diamantes, llevaba una perla en cada imperial”.

El maestro estima que en aquellos años la corona se valuaba en 75 millones de pesos. “Ahora se duplica porque el oro valía como 100 pesos un gramo, en la actualidad vale mil pesos y si le sumamos la perla que tenía en la frente, era una verdadera joya”.

El robo de sacrilegio más grande de Oaxaca
La Virgen de la Soledad fue despojada de su corona un 18 de enero de 1991, lo que se consideró como el robo de sacrilegio más grande de Oaxaca y de México, sin embargo, a la fecha nadie sabe de su paradero.

“Fue el robo de sacrilegio más grande en la historia, se robaron el rostrillo, la azucena a la virgen, una corona invaluable que fue directamente donado por el pueblo de Oaxaca, lo más raro es que a unos pasos de la Basílica estaba la sede de la oficina de la Policía Federal, a 30 años jamás se supo quién o quiénes se robaron esta corona, señalamos que es invaluable porque esa corona tenía brillantes, incluso diamantes y una perla muy grande que tenía en la frente”, expuso Miguel Ángel Chávez Romero, historiador de la ciudad capital.

La tercera corona

Después de varios meses la iglesia católica inició el proceso de reposición de la corona de la Virgen de la Soledad, en el cual fueron convocados tres maestros joyeros en filigrana, entre ellos don Cristóbal Raymundo Manuel Domínguez y Morales.

“En esa ocasión hubo una reunión con tres joyeros, pero de los tres fui afortunado que me hayan nombrado porque ya había hecho una corona anterior y llevaba fotografías, entonces eso fue lo que me ayudó”.

Comentó que con la ayuda de su hija Crisantema del Rocío Domínguez Vasconcelos, en el año 2000 comenzó a elaborar la nueva corona, pero para evitar más tentaciones a los amantes de lo ajeno, fue fabricada con oro de menos quilates.

“La virgen estuvo varios años sin corona, le pusieron provisionalmente una de plata mientras nosotros terminábamos la otra que fue hecha con oro de 12 quilates y pesó 2 kilos con 680 gramos”.

El maestro Cristóbal destacó que la corona fue elaborada de manera semejante a la que fue robada.

“Lo que me impulsó a elaborarla es la sabiduría que tengo en mi trabajo, más que nada cooperar para la virgen, me esmeré lo mejor posible para que quedara idéntica a la que tenía”.

Crisantema del Rocío, quien también se enfocó a este oficio que le enseñó su padre, comentó que su labor para ayudar en este proceso “fue cartonear y laminar la base. Fue un orgullo porque fue para la virgen y segundo haber ayudado a mi papá porque es lo que más le gusta hacer y ama su trabajo”.

El proceso de elaboración tardó cuatro meses y se entregó un 18 de diciembre del año 2000, los encargados de realizar esta coronación fueron el entonces arzobispo Héctor González, el obispo auxiliar Miguel Ángel Alba y el rector de la Basílica, Heriberto Álvarez.

“Me siento muy afortunado de haber contribuido para que la virgen tuviera de nuevo su corona”, refirió el maestro artesano.

La actual corona de la Virgen mide 32 centímetros de alto y 22 de diámetro, un peso de 2 kilogramos con 680 gramos, con un valor aproximado de 5 millones de pesos.

Aunado a este trabajo, el artesano Cristóbal Raymundo Manuel, ha elaborado diversas obras de arte como la Cruz de Yalalag que se entregó al Papa Juan Pablo II, durante la beatificación de los Mártires de Cajones, por lo que la cruz se encuentra actualmente en el Vaticano.