Temporada vacacional, negocio redondo de ambulantes
Oaxaca
La Capital Los Municipios
El Imparcial del Istmo El Imparcial de la Costa El Imparcial de la Cuenca
Nacional Internacional Súper Deportivo Especiales Economía Estilo Arte y Cultura En Escena Salud Ecología Ciencia Tecnología Viral Policiaca Opinión

Especiales

Temporada vacacional, negocio redondo de ambulantes

El comercio informal se ha ido adueñando de las calles principales, donde vendedores operan de manera ilícita, sin permiso alguno


Mientras las autoridades municipales y estatales, se han visto rebasadas en la organización de las ferias y expo-ventas artesanales, los líderes de los vendedores ambulantes que operan en la ciudad de Oaxaca, hacen su agosto en plena temporada vacacional.

Desde la comodidad, en los portales que se ubican en el Zócalo del Centro Histórico, los dirigentes instalaron sus propios centros de operación para recibir a decenas de ciudadanos que comercializan sus productos en la vía pública.

Los mismos vendedores informaron que ahora ya no es necesario reportarse con las autoridades municipales para poder comercializar sus productos, siempre y cuando sea de manera ambulante entre las calles del primer cuadro de la ciudad.

Con una cooperación que va desde los 200 hasta los 500 pesos, según sea el giro, se les otorga un permiso para hacer su negocio en la informalidad.

“No queda de otra, todos hacen su negocio, si uno va con la autoridad de plano te dicen que no y si nos cachan los inspectores nos piden mucho dinero, es mejor acercarse con los dirigentes para que ellos hablen con los jefes, todos necesitamos comer”, señaló un comerciante ambulante que desembolsó 300 pesos para poder caminar y ofrecer su mercancía.

A plena luz del día, sin mostrar preocupación alguna los dirigentes del comercio informal efectivamente instalaron sus oficinas en unas mesas de los portales, desde donde operan para poder expedir sus propios permisos.

En esta temporada, donde también se llevan a cabo diversas actividades por las festividades de la Guelaguetza, la presencia de los comerciantes ambulantes aumenta considerablemente en el Zócalo, Andador Turístico y en inmediaciones del Cerro del Fortín.
Así, el comercio informal poco a poco se ha ido apoderando de las calles del primer cuadro de la capital, de las banquetas que se tenían para caminar ahora solo queda escasamente un metro para desplazarse.

Además, en calles como Colón, Flores Magón, Las Casas, Bustamante, 20 de Noviembre, Armenta y López, el peatón debe bajarse al arroyo vehicular para poder continuar su marcha, debido a que las estructura metálicas de los ambulantes abarcan la mayor parte del espacio.

 

Crecimiento en informalidad laboral

Apenas el año pasado, Oaxaca se ubicó como el primer estado del país con el 81.1% de los trabajadores ocupados en condiciones de informalidad laboral, sobre todo en ambulantaje, piratería o negocios sin registro.

La Encuesta Nacional de Ocupación y Empleo (ENOE), correspondientes al trimestre octubre-diciembre de 2017, reveló que en el país la informalidad aumentó en 1.1%, pero fue en Oaxaca donde se registró el mayor porcentaje de trabajadores informales.

Por registros, le siguió Guerrero con 79.3%, Chiapas con 78.9%, Hidalgo con 75% y Puebla con 73.7%.

De acuerdo con el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI), que realiza la ENOE, el empleo informal, o medición ampliada de informalidad, añade a la definición de trabajo informal como “el trabajo no protegido en la actividad agropecuaria, el servicio doméstico remunerado de los hogares, así como los trabajadores subordinados que, aunque trabajan para unidades económicas formales, lo hacen bajo modalidades en las que se elude el registro ante la seguridad social”.

“De esta manera, la medición de la ocupación en el sector informal se considera el punto de partida y un componente del cálculo de una medida más amplia: el empleo informal”.

A la par que las autoridades han retirado puestos ambulantes, los capitalinos han advertido la presencia de nuevos puestos, sobre todo en zonas donde los turistas nacionales y extranjeros acuden con frecuencia, como en las inmediaciones del Carmen Alto, la Catedral o el Templo de San Agustín, que se ven rodeados de vendedores de todo tipo.

Pese a la mala imagen que generan los ambulantes a esta zona de la entidad, donde también se han generado actos vandálicos a inmuebles como la Iglesia de San Agustín, las autoridades permiten su crecimiento en calles donde antes solo los automovilistas podían estacionarse.

Mientras el INAH ha señalado en reiteradas ocasiones que a pesar de la presencia de decenas de puestos el Centro Histórico no corre el riesgo de perder su denominación, la promesa de las autoridades en turno es acabar con el ambulantaje, que se ve protegido por diversas organizaciones sociales.

Y aunque las autoridades municipales realizan operativos para retirar ambulantes que no cuentan con permisos, muchos de los puestos irregularidades se ubican en zonas de mayor atracción turística.

Los ambulantes dan una imagen negativa a la ciudad, aunque no debemos olvidar que ello es el reflejo de la pobreza que vive el estado.

En la mayoría de las ciudades de la República Mexicana existe este problema como tal; pero en Oaxaca, por ser uno de los estados con mayor rezago económico, el comercio ambulante ha crecido considerablemente afectando a las microempresas que son entidades debidamente establecidas.

 

Centro Histórico en poder de vendedores ambulantes

El origen de los comerciantes irregulares en la ciudad de Oaxaca es variado, pues trabajan en las calles desde originarios de los Valles Centrales como personas que migraron de sus comunidades indígenas o de la Ciudad de México, Estado de México o Puebla.

 

Con un padrón oculto, el aumento del comercio ambulante en el municipio capitalino, se asocia al crecimiento de la población y al escaso crecimiento de la economía, pues no se generan en el sector formal los empleos que la gente demanda.

A pesar de que existe un reglamento para el comercio en vía pública, éste no se aplica ni es observable de manera general permitiendo un descontrol y una total libertad para que los comerciantes ejerzan su actividad escudados en sus líderes, explica el estudio.

En Oaxaca, este fenómeno ha adquirido dimensiones particulares, pues además de los daños referidos es fuente de clientelismo político.


aa

 

Relacionadas: