En Oaxaca el oficio del bolero está quedando en el olvido
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En Oaxaca el oficio del bolero está quedando en el olvido

Más de cincuenta años tienen los boleros fundadores en el Zócalo de la capital oaxaqueña, actualmente argumentan que ven afectados sus ingresos con la llegada de chiapanecos que sin pagar permiso se pasean por el Centro Histórico ofreciendo sus servicios y las autoridades municipales no toman cartas en el asunto.


Cada 24 de mayo celebran a los boleros, un oficio con más de medio siglo en la capital oaxaqueña, con el paso de los años el trabajo ha ido en decadencia ya que además de pagar un permiso al municipio, tienen que pagar a la CTM una cuota sindical como agremiado a dicho sindicato para tener derecho a trabajar en el corazón de la ciudad.

Las cuotas de inversión para lustrar zapatos son alrededor de 500 pesos semanales entre tintas, grasas, cremas, jabón y cepillos, inversión que se recupera pero deja una ganancia mínima ya que son aproximadamente 120 pesos diarios lo que gana un bolero. Aunado a esto el municipio cobra 3 mil pesos anuales por permiso para ejercer su trabajo, acompañado de este pago al municipio pagan 150 pesos anuales por agremiarse a la CTM.

Constantino Ramírez Pérez, llegó en 1970 a trabajar como bolero al zócalo de Oaxaca. Argumenta que en aquellos años le fue levantado su cajón por no contar con los permisos necesarios y tuvo que realizar pagos correspondientes para regresar a bolear. Denuncia que actualmente las autoridades se hacen de la vista gorda, ya que chiapanecos han llegado al estado para vender dulces y algunos otros para bolear los cuales se pasean y trabajan en el centro histórico sin contar con los permisos que los demás tienen que pagar para ocupar un espacio.

Ramírez Pérez, menciona que ellos como trabajadores establecidos cobran 20 pesos la boleada, un día bueno hacen entre cinco y siete boleadas, un día bajo solo tres. Los boleros provenientes de otro estado cobran 10 pesos por limpiar zapatos y como se pasean por todo el centro sin ser molestados tienen más trabajo y ganan más que nosotros.

En este su día asegura que es una jornada más de trabajo ya que no se pueden dar el lujo de realizar algún festejo ya que ellos van al día con su ganancia. Constantino Ramírez, exige a las autoridades gubernamentales que no se olviden de ellos, ya que en años pasado les regalaban calzado o lonas para proteger sus sillas, “hasta bajaban a limpiarse sus zapatos. Hoy nos tienen en el olvido” finalizó.

Limpiar zapatos se ha convertido en un arte, ya que es un proceso que lleva tiempos para poder aplicar los productos, inician cepillando luego aplican jabón, tinta, vuelven a cepillar, y por ultimo aplican grasa este último proceso con ayuda de una franela frotan los zapatos para darle brillo, cuando va saliendo brillo al frotar el zapato van haciendo un chasquido bastante peculiar que anuncia que el calzado ha quedado listo.

“La satisfacción de este trabajo es me gusta y diario llevo uno centavos a la casa”
-Constantino Ramírez Pérez

Felicita a todos sus compañeros y amigos boleros deseándole que este día les vaya muy bien en su trabajo y a pesar d que no hay festejo, el mejor regalo que pueden recibir es a un cliente para limpiar su calzado.


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