Oaxaca, rezagado en innovación científica
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Oaxaca, rezagado en innovación científica

El Instituto Politécnico Nacional cuenta en Oaxaca con el Centro de Investigaciones Económicas Administrativas y Sociales (CIECAS).


Oaxaca, rezagado en innovación científica | El Imparcial de Oaxaca

Oaxaca es una de las entidades que menor desarrollo tecnológico y científico produce a nivel nacional, pues de las 7 mil 261 solicitudes de patentes de invenciones presentadas entre 2015 y 2016 ante el Instituto Mexicano de la Propiedad Intelectual (IMPI), únicamente 0.46% se originaron en el estado.

Hortensia Gómez Viquez, directora del Centro de Investigaciones Económicas Administrativas y Sociales (CIECAS), del Instituto Politécnico Nacional, señala que la situación del poco avance tecnológico y científico referida por las solicitudes de nuevos desarrollos es generalizada en el país.

“Si mides la innovación, como tradicionalmente se hace, por productos, y esos productos los mides como instrumentos de propiedad intelectual o industrial, en realidad no hemos tenido mucho avance, si haces la revisión de las patentes desde 1991, cuando inició formalmente el registro, hasta 2015, las patentes que obtiene Estados Unidos superan por mucho a las de México”, señala.

Aunque ha habido cambios legales para promover la innovación tecnológica, los resultados esperados aún no se han obtenido.
“Si analizas las patentes de las universidades, en particular de las públicas, te darás cuenta que no tienen ninguna licencia, no porque la universidad no las quiera vender sino porque no hay quien las quiera comprar, al problema de innovación se suma que muchas veces el objetivo es obtener una patente y no llevar un producto al mercado”, agrega.

En los años 2015 y 2016, las entidades que lideraron las solicitudes de registro de invenciones ante el IMPI fueron Ciudad de México, con mil 664; y Jalisco, con mil 029.

En el país, hay diversos indicadores de la baja productividad medida a través de las innovaciones científicas patentadas, una de ellas es que anualmente solo alrededor del 5 por ciento los registros se entregan a investigadores mexicanos, mientras que los estadounidenses firman el 46.58 por ciento.

Asimismo, la mayoría de las patentes nacionales se registran en el área de alimentos y necesidades para la vida, una de las de menor valor agregado.

Otro indicador, señala Viquez, es el número de citas o referencias que se hacen a nivel mundial sobre las patentes científicas.

“Que sea una patente muy citada quiere decir que es un producto de alto impacto, un desarrollo tecnológico te obliga a ser una raíz obligada y no es el caso de las patentes mexicanas, ese tipo de situaciones, esos indicadores nos dicen que no hemos avanzado mucho en los últimos 20 años”.

Se suma a las causas una cultura emprendedora deficiente, en donde estudiantes, investigadores jóvenes e incluso asesores, carecen de conocimientos elementales para procesar su desarrollo tecnológico, para identificar si es viable patentarlo o no. “El problema de la educación es una cuestión estructural, el emprendimiento depende de la formación y la cultura del emprendimiento es muy deficiente”.