Entre el oasis y el caos: el drama de 1,700 estudiantes en el Istmo
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Entre el oasis y el caos: el drama de 1,700 estudiantes en el Istmo

Mientras El Centro Escolar Juchitán es rehabilitado lentamente, la escuela Daniel C. Pineda muestra aún la destrucción que dejaron los sismos


Entre el oasis y el caos: el drama de 1,700 estudiantes en el Istmo | El Imparcial de Oaxaca

El Centro Escolar Juchitán y la escuela Daniel C. Pineda muestran los dos lados de la reconstrucción educativa en Juchitán. Un plantel ha comenzado a reconstruirse con el estricto resguardo de la Secretaría de la Defensa Nacional (Sedena) y se espera que las aulas nuevas, los pizarrones limpios y la renovada aula de cómputo sean entregados en abril próximo; el otro ni siquiera cuenta con aulas provisionales, sus clases se llevan a cabo en el patio.

Pese a que el Instituto Oaxaqueño Constructor de Infraestructura Educativa (Iocifed) anunció que como parte de su plan de aulas provisionales entregaría 555 espacios, aún restan por construir 305 que, de acuerdo con el director de la dependencia, Orlando Hernández Montes, estarían listas antes de que concluya el año. El calendario oficial de la SEP marca el miércoles 20 de diciembre como el último del ciclo oficial, por lo que restarían apenas nueve días a partir de hoy para entregar esos espacios.

A los procesos retrasados que enfrenta el Iocifed se suma la lenta etapa de licitación para escuelas que serán reconstruidas. De acuerdo con el funcionario, la primera licitación se lanzó a principios de diciembre, con 196 espacios; el 15 de diciembre se presentarán 220 obras más del Gobierno del Estado y 96 del Fonden y, en enero se lanzarán 196 más. En estos números se incluyen el Centro Escolar Juchitán y la Daniel C. Urbina, una con avances importantes en su obra, la otra aún sin licitación.

Las diferencias

¿A qué se debe la diferencia entre ambos planteles? El número de alumnos que atienden ambas primarias públicas federales es muy cercano, 835 la primera, 870 la segunda, la distancia entre ambas es de unos cuantos kilómetros, ambas son públicas, ambas fueron afectadas por el sismo, no obstante, la primera pretende ser mostrada como ejemplo del avance de la educación en el Istmo tras los sismos de septiembre. Cuando el entonces secretario de Educación Pública, Aurelio Nuño, visitó la región el pasado 8 de septiembre, la única escuela de la que acertó a dar su nombre fue la del Centro Escolar Juchitán, invitó al presidente Peña a recorrerla y apresuró la demolición del inmueble, que inició cuatro días después, el 12 de septiembre.

Mientras concluye la obra del Centro Escolar, considerada alguna vez la primaria pública más grande del estado, sus estudiantes tienen aulas provisionales en un gimnasio deportivo ubicado en la carretera que conecta Juchitán con El Espinal, a las cuales llegan gracias al sistema de transporte escolar gratuito que la Secretaría de Vialidad garantizó cuando los padres de familia acusaron que la distancia a la que se encuentran las instalaciones se volvería un obstáculo para reiniciar clases. Cada una de las aulas para los 35 grupos que cuenta con dos ventiladores.

En la otra escuela el panorama es diferente. Bajo el techado donde antes recibían educación física hoy los alumnos toman clases de español y matemáticas. El viento, privilegio que genera millones de dólares en esta región, se convierte en un obstáculo más para el aprendizaje.

Aquí no hay transporte público gratuito, ventiladores ni pizarrones limpios, las aulas provisionales se quedaron en meras planchas e incluso la retroexcavadora que retiraba el cascajo de los edificios demolidos se quemó hace un mes y la empresa constructora encargada de las obras no la ha retirado. Son dos caras de la educación en Juchitán, una es un oasis, una excepción que de acuerdo con padres de familia inconformes, buscará un efecto ilusorio en las elecciones del próximo año, la otra es la regla, se encuentra como se encuentra el 80% de las 18 primarias de la zona escolar 18 y muestra la vida cotidiana de una gran parte de la población afectada.

La excepción

Este lunes será el primer día en que los alumnos del Centro Escolar Juchitán cumplan el horario completo de su turno, de 8 a 12:30 horas. La semana pasada por primera vez desde el 7 de septiembre los seis grados tomaron clases de forma simultánea, tres horas y media diarias, antes de eso los turnos eran una vez por semana para cada grupo.

Hoy, asegura la directora del plantel, Gloria Pérez Sánchez, el miedo de separarse de sus hijos se mantiene en algunos padres pero el proceso ha avanzado “y los niños están contentos”. Con apoyo de la organización Save the Children se realizaron cursos de apoyo psicoemocional para padres, maestros y estudiantes.

“El miedo estaba más en nosotros como adultos, veíamos a los padres de familia con miedo a separarse de sus hijos, pero estamos ya la mayoría”, explica la profesora.

La escuela se ha convertido en un foco de atracción para los padres de familia que observan que la reconstrucción de los otros planteles está detenida y se prevé que su matrícula aumente considerablemente. El riesgo de que se pierda el curso, asegura Pérez, es nulo. Existía días después del temblor, tras el primer mes, hoy no.

En el plantel los testimonios de los padres son favorables, el agradecimiento llega hasta el presidente Peña. “Es de suma importancia que los niños inicien clases, los maestros le están echando muchas ganas para sacar adelante a los niños y a nosotros nos parece un apoyo muy grande del presidente de la República que haya habilitado estas aulas porque los niños se estaban atrasando”, expresa la señora Odilia Guerra López, con dos hijos inscritos en esta primaria.

Jorge Vidal Arnaud, director de programas de Save the Children México, señala que pese a estos esfuerzos, la situación de la educación en el Istmo de Tehuantepec es aún delicada, pues en muchos casos, como en la escuela C. Urbina o en los lugares donde se instalaron albergues provisionales aún carecen de materiales básicos como libretas, lápices, plumas o instalaciones sanitarias.

El anuncio que la autoridad educativa de Oaxaca hizo el pasado 2 de diciembre de que antes de la navidad habrá un reinicio al 100% de clases en esta zona le parece incierto, “se han perdido ocho semanas de clases, los maestros entrarán a un ritmo mayor para recuperar los contenidos pero enfrentándose a situaciones emocionales que los niños tienen todavía y a complicaciones en el hogar para hacer tarea, aún no hay espacios o infraestructura o los cuidados necesarios”.

Pese a ello, subraya, “tendremos que confiar en lo que dice el Estado, como responsable, lo que vemos nosotros es una necesidad real de los niños y las niñas por restablecer esa dinámica natural de estar en la escuela, hay algunos con miedo, por supuesto, pero están comprometidos, lo que vemos es que no es fácil para el Estado tener condiciones como las que tenemos aquí en el Centro Escolar Juchitán, con estas aulas temporales, habrá otras a las que se tendrá que dar seguimiento”.

La regla

A la escuela Daniel C. Urbina el dictamen de Protección Civil sobre el estado del único de cuatro edificios con los que cuenta le llegó apenas el pasado 5 de diciembre, lo pidieron unos días después del sismo. De las dos escaleras con las que cuenta esta parte una deberá ser demolida, el resto está en buenas condiciones. Aun con este documento se prevé que los padres se nieguen utilizarlo y mantengan las clases en el patio, donde una lona negra desgarrada juega como tercera pared, evitando que los niños se distraigan con lo que pasa a la entrada del plantel.

Las 36 aulas provisionales para esta escuela comenzaron a construirse, sin embargo se quedaron literalmente en el suelo del fraccionamiento Los Nietos. La compañía encargada de levantarlas detuvo la obra y no hay fecha para el reinicio. La reconstrucción de la escuela, de acuerdo con información que han conseguido, empezará hasta que el próximo 15 de diciembre se lance la licitación y el 15 de enero la obra.

“Aquí vinieron a supervisar el 9 de septiembre, el 11 nos reunimos, al inicio iban a construir aquí las aulas provisionales, íbamos a tener aulas que se mantuvieron en pie, pero con el segundo temblor se cayeron, con los padres de familia buscamos otro espacio, iban a poner 9 planchas, cada una para cuatro aulas, pusieron cinco y hasta ahí se detuvo, así nos traen el Iocifed, Inifed, dicen que ya se liberaron los recursos pero no sabemos entonces en dónde están atorados”, cuenta Ignacio Santiago López, subdirector del plantel.

Con las aulas provisionales, continúa, habría un segundo obstáculo, los servicios correrían a cargo de la escuela, de directores y padres de familia, dado que la empresa estaría obligada a construir no a dotar de servicios a la obra. “Serían gastos, enmallado, agua potable, energía, lo tendríamos que gestionar con el municipio, ojalá se dé, por esos gastos los padres decidieron iniciar clases aquí, primero fue una hora, después dos horas un día a la semana para cada grupo”. Además del viento, la falta de baños es un obstáculo para que las clases retomen su normalidad, solo hay uno en condiciones.

“El gobierno dice, ya está la reconstrucción, pero no es cierto, solo se avocaron a una sola escuela, ahorita hay trabajadores, están levantando, pero aquí no, no hay, siendo la escuela también grande, de la misma magnitud que el Centro Escolar”, agrega Santiago López.

El trabajo conjunto entre padres de familia y maestros ha sido determinante para recuperar el tiempo escolar y pese a compartir bajo un mismo techo seis grupos, se trabaja para que los estudiantes mantengan la atención “el tiempo es limitado y tenemos que analizar los contenidos y priorizarlos, darle énfasis a lo más importante de español y matemáticas, sin dejar de lado las demás asignaturas”, explica la maestra de 3° C, Tomasa Cervantes Sandria.

Sin aulas provisionales hay que rentar

Ante el retraso en la entrega de aulas provisionales para escuelas afectadas por sismos, el pasado 5 de diciembre el Instituto Estatal de Educación Pública de Oaxaca signó un convenio con presidentes municipales para dotar a escuelas con 15 mil pesos mensuales para la renta de espacios que se puedan habilitar como escuelas.

No obstante, para ejecutar este plan alternativo se requiere primero, encontrar un lugar con capacidad suficiente y contar con un dictamen favorable de Protección Civil.

En el caso de la escuela Daniel C. Urbina, con 870 estudiantes, los padres expresaron sus dudas respecto al tamaño de inmueble que podrían rentar con estos recursos.

El panorama

  • 555 aulas provisionales entregaría el Iocifed a escuelas afectadas por el sismo
  • 305 no han sido entregados
  • 196 escuelas para reconstruir fueron licitadas inicios de diciembre de 2017
  • 220 obras más del Gobierno del Estado y 96 del Fonden se licitarán el 15 de diciembre de 2017
  • 196 obras más se concursarán en enero
  • 666 escuelas resultaron afectadas por el sismo, de acuerdo con el IEEPO
  • 314.58 mdp había destinado el gobierno federal para apoyo a infraestructura federal afectada, de acuerdo con la Secretaría de Hacienda
  • 4.4 mdp se han invertido, de acuerdo con el reporte de la SHCP, para infraestructura educativa estatal


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