Tejiendo sueños, entretejiendo esfuerzos; amor por la ropa típica del Istmo
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Tejiendo sueños, entretejiendo esfuerzos; amor por la ropa típica del Istmo

Comunidad migrante apoya a damnificados en el Istmo. Los niños Tania y Alvin de Staten Island salieron a la calle a solicitar el apoyo, logrando una gran cantidad para enviar tiendas de campaña


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Tejiendo sueños es una forma de vivir, es la forma en que Adriana Guzmán vive para alcanzar sus sueños, así lo refiere una chica que a través de su trabajo cumple los sueños de las mujeres istmeñas, pues se dedica a bordar trajes regionales y desde su particular estilo le da un toque único.

Su amor por la ropa típica de la región del Istmo comenzó desde pequeña, cuando su abuela la vestía con su enagua y huipil para acudir a las fiestas patronales, un día especial en su natal Ixtaltepec, soñando siempre en que cuando fuera grande se pondría uno de esos trajes con flores multicolores que hacían ver a las muchachas y señoras hermosas.

Como toda istmeña, su pasión es disfrutar de los sones regionales y con garbo y pasión, hacer que se luzca el traje regional, que los colores de las flores se vean a plenitud, con el movimiento de las caderas.
A los 19 años le surgió el gran sueño de bailar en la Guelaguetza, pero no tenía traje regional, lo que generó que buscará las opciones para conseguir su traje y la opción más económica era hacerlo ella misma, surgiendo así otra de sus pasiones.

Después de pasar algunas penurias, finalmente aprendió a bordar gracias a su amiga Guadalupe Maldonado, quien en un principio no tenía fe en que aprendiera, sin embargo, no se rindió y las ganas de acudir a la Guelaguetza, la inspiró y logró en tres semanas estar lista para realizar su propio traje regional.

Poco a poco fue aprendiendo a seleccionar la tela, dibujar y hacer la combinación de los hilos, además de tener que trabajar para poder comprar el material, sin embargo, su pasión la hizo aprender y cuando todos dormían ella tejía.

Adriana Ramón Guzmán, sin darse cuenta estaba formando los cimientos de un gran proyecto que se llamaría “Tejiendo sueños”, empezando por el de ella misma, tener traje para bailar en la Guelaguetza y entre sus sueños se veía con muchos trajes de diferentes modelos y colores, un baúl lleno de ellos.

Sin saber que este proyecto la llevaría a vestir a muchas mujeres y poder llevar la representación de las mujeres istmeñas a varias partes del país y del mundo, donde ha conocimos mucha gente que hoy entreteje esfuerzos para ayudar a los damnificados del terremoto de magnitud 8.2 que el pasado 7 de septiembre sacudió a nuestro país, dejando graves afectaciones en Oaxaca, específicamente a la región del Istmo.
Adriana Guzmán ha recibido apoyos de muchas partes para que estos sean entregados a quienes lo necesitan, pues mucha gente en los diversos municipios de la región, sufrieron grandes afectaciones.

Desde el inicio de la contingencia estuvo repartiendo víveres, ropa, medicinas, lonas, casas y tiendas de campaña, todo esto gracias a la gente que encontró en ella, una persona honesta y dispuesta a dar su tiempo para ayudar al prójimo.

De ahí surge que compatriotas mexicanos, decidieran apoyar enviando las casas que hoy entrega a quienes no tiene donde dormir, a quienes por el terremoto lo perdieron todo y hoy, con esta ayuda tiene ya donde resguárdeseles de las inclemencias del tiempo.

“Es una cadena de bendiciones o favores que tienen su historia que comenzó el año pasado en el 2016 cuando fui a visitar a la comunidad migrante oaxaqueña Staten Island en New York, ellos hacen su Guelaguetza y ahí se reúnen, no solo oaxaqueños, sino de otros estados de México. Mi visita causó como ciertos lazos de amistad con ellos y en ese entonces nadie pensaba que íbamos a tener un terremoto, pero mis amistades que hice me hablaban para ver como estábamos preguntando que necesitábamos, pues querían ayudar, así fue como Rodrigo Salgado y Marisol Cruz, David Reyes, Emma Tapia y Édgar Guzmán se pusieron en contacto para ayudar”, explicó Adriana.

Mencionó que les mandaba fotos de lo que se podía necesitar y paso el tiempo y pues parecía que se habían olvidado, mientras que la ayuda llegaba de Querétaro, Tijuana, México, Boca del Río, Córdoba y con todas esas actividades se fue olvidando de esa llamada.

Sin embargo, después volvieron a llamarle y le dijeron que enviarían unas casitas, las cuales finalmente llegaron, 16 casas, aunque igual les llegaron a otras personas, por lo que en promedio podrían haber enviado unas 50 de estas casas, que fueron compradas con lo recaudado por dos niños, que salieron a las calles para pedir el apoyo.

“Me contaron la historia de los dos niños mexicanos de 7 y 10 años de edad, que salieron con un tambor y una guitarra de cartón, en donde guardaron el dinero que iban recabando, la verdad es que lo que menos me imaginé es que fueran a recolectar una cantidad grande que se pudiera traducir en casitas, pero la ayuda llegó y es esperanzador ver que nuestros paisanos en Estados Unidos hacen las cosas muy honradamente, eso es gratificante as en esta etapa tan difícil por la que estamos pasando”, detalló.

Los niños Tania y Alvin son hijos de Saúl Vidals y Maurilia Sánchez, originarios de Barranca Salada, San Geronimo Xayacatlan Puebla, de la zona Mixteca Poblana, este año participaron en la Guelaguetza de Staten Island, representando a la zona de San Agustín Loxicha, por lo que decidieron apoyar a Oaxaca.

Esta como muchas familias mexicanas migrantes, no olvidan sus orígenes y antes esta desgracia se entrelazan para ayudar y con el apoyo de gente como Adriana se cumplen los sueños y se entretejen los esfuerzos.

“Hoy más que nunca los mexicanos estamos unidos y sabemos que juntos lograremos levantarnos y salir adelante, mi sueño de tejer mi propio traje, me llevó hoy a tejer hermandad, a tejer lazos de amistad y eso es el resultado de que hoy se siga apoyando a mi gente”, apuntó Adriana Ramón Guzmán.


aa

 

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