Autoridades del Istmo se mantienen en alerta
En Unión Hidalgo el río Estero provocó daños en el puente que comunica a este municipio con Juchitán de Zaragoza.
Las lluvias que generaron los remanentes de la tormenta tropical “Ramón”, mantienen en alerta a las autoridades municipales del Istmo de Tehuantepec. Los principales ríos como el Tehuantepec, el Río de los Perros, el Estero y Espíritu Santo, son los que han aumentado sus niveles, generando temor entre la población.
En Unión Hidalgo el río Estero provocó daños en el puente que comunica a este municipio con Juchitán de Zaragoza, además de pequeñas inundaciones en viviendas y campos de cultivo.
En la parte oriente de la localidad, durante la noche de este miércoles, el río Santo Domingo alcanzó su máximo nivel, sin que provocará mayores daños en la colonia Vicente Chico.
“Hace 7 años fue la última vez que se desbordó el río, la noche de ayer no hubo mayores complicaciones, porque afortunadamente dejó de llover en los Chimalapas”, informó el subdirector de Protección Civil de Unión Hidalgo, Isidro Martínez Martínez.
En Chicapa de Castro, el río afectó campos de cultivo, algunas viviendas y caminos rurales, hasta la tarde de este miércoles las autoridades de Protección Civil mantenían una vigilancia en toda la zona.
De acuerdo con los reportes de la Comisión Nacional del Agua (Conagua), el nivel de los ríos ha descendido paulatinamente en todos los ríos de la región, el de mayor riesgo es el Santo Domingo con un 80 por ciento de su capacidad.
Continúan las réplicas
Las réplicas del sismo de 8.2 grados continúan en la región, hasta las 16:00 horas del 3 de octubre se habían contabilizado 6 mil 286, aunque las de las mayores magnitudes fueron de 6.1 grados que se registraron el 8 y 23 de septiembre, las que se registran cotidianamente de 4.0 a 4.9 grados provocan psicosis en la población.
Los habitantes de las comunidades devastadas como Unión Hidalgo, Ixtepec, Ixtaltepec, Comitancillo, Juchitán, Tehuantepec y El Espinal permanecen viviendo en la vía pública, ante el temor que las viviendas que aún se mantienen en pie pudieran colapsar.
