Dejaron los sismos un desastre en Comitancillo
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Dejaron los sismos un desastre en Comitancillo

En Comitancillo, el templo de San Pedro Mártir presenta daños irreparables. La comunidad católica espera la ayuda de las autoridades federales y estatales.


Dejaron los sismos un desastre en Comitancillo | El Imparcial de Oaxaca

Las autoridades tardaron dos días en llegar. Ponga el nombre de cualquiera de los municipios del Istmo afectados por el sismo de magnitud 8.2 del pasado 7 de septiembre (excluya Juchitán, por favor), y tendrá un cuadro acertado de la tragedia. Pasó en Asunción Ixtaltepec, a 10 kilómetros de Juchitán, y también en San Pedro Comitancillo, un pequeño municipio de aproximadamente tres mil 600 habitantes, a 15 kilómetros de la cabecera distrital.

Amado Toledo, el cronista de la comunidad, recuerda el anterior sismo que afectó el municipio, en 1957. El campanario de la iglesia de San Pedro Mártir sufrió daños, “pero nada como ahora”. Hoy, subraya, es rara la casa que no tiene daños.

La vida en Comitancillo transcurre en el patio de la casa, en la calle o en los albergues instalados por las autoridades.

“Ésta es cuna de escuelas”, cuenta don Amado. En 1930 se creó en este municipio la primera normal rural campesina de Oaxaca. Fue una gesta de gratitud y revancha la que le dio el honor al pueblo. Comitancillo fue el lugar en el que, con ayuda del sastre Francisco Cabrera Cabrera, se refugió el gobernador Francisco López Cortés después de matar al hombre que asesinó a su padre. Esa normal, que funcionó hasta 1960, fue sustituida posteriormente por un colegio de bachilleres agropecuario que hoy lleva el nombre de Cabrera.

Don Amado ha escrito 21 libros, conoce las leyendas de San Pedro, sabe por qué las calles Revolución o Libertad llevan ese nombre, sabe qué papel tuvo el pueblo en la revolución, pero no sabe cuándo ni cómo volverá a ponerse en pie este municipio.

En una de las obras que ha escrito cuenta cómo se construyó lo que él llama Comitancillo Viejo, que se formó alrededor de 1950, cuando las casas de palma de la comunidad comenzaron a ser sustituidas por las de ladrillo. A ese Comitancillo, asegura el cronista, que tenía esas novedosas habitaciones que llevaban cemento, se lo llevó el sismo.

Pero no sólo se cayeron las casas del viejo Comitancillo, también otras que fueron mal construidas en el siglo XXI, con dólares, como la de don Melchor, que le pusieron piso laminado y acabados de madera, pero no castillos, o la de don Freddy, el tecladista de Ajedrez Musical, que se mudó a su casa, en obra negra, hace cinco meses, que tiene uno de los jardines más bellos del pueblo pero que hoy en uno de los cuartos muestra las tarolas, bombos, platillos y otros instrumentos de su agrupación que quedaron arrumbados.

Catedráticos y estudiantes de Nayarit realizan dictámenes en viviendas.

Si en cada calle de San Pedro hay ocho casas, al menos en tres hay daños graves. La estimación es del ingeniero Fernando Treviño, docente del Tecnológico de Nayarit, que junto con dos profesores más, Andrés Mercado y Francisco Ulises Valencia, guió a un grupo de 14 estudiantes de séptimo y noveno semestre a esta comunidad.

Eligieron Comitancillo porque están hermanados por la comunidad de tecnológicos del país –que tiene 150 mil estudiantes de ingenierías-. En esta “cuna de escuelas”, el Tecnológico de Comitancillo ha ayudado a que cada vez más pobladores tengan estudios universitarios. En su primer viaje, el grupo de Nayarit trajo víveres y tras conocer la situación de la zona armaron un paquete de donaciones “más adecuado”, con tres toneladas de colchonetas, casas de campaña y lonas “hasta comerciales y de políticos, todo sirve”, explica el ingeniero Treviño.

Las viviendas colapsaron con el terremoto de 8.2°.

La parte más complicada de su labor vino cuando tras realizar el dictamen de viviendas, aproximadamente 200 –algunas en Juchitán-, tuvieron que explicar a sus dueños que la mejor y única alternativa era tirar su casa.

“Queríamos ayudarle a la gente a tener nuestra opinión técnica, hemos vivido historias desgarradoras de gente que a través de muchos años han construido algo y tiene que verlo destruirse, pero es mejor a que vayan a afectar su vida”, explica.

“Esto no nos lo enseñan en las aulas, en el ámbito ingenieril es mucho aprendizaje, desgraciadamente te enfrentas a situaciones muy difíciles, es muy difícil decirles tu patrimonio ya no puedes habitarlo”, completa un estudiante.

Entre risas y amenazas

Uno de los pasatiempos favoritos de don Amado es escribir calaveras en el Día de Muertos. “Son pedradas a la cabeza de los políticos, parecen chascarrillos pero son pedradas”, asegura. Sus rimas mortuorias las presenta cada año en la plaza pública y en noviembre próximo no se salvarán los integrantes del ayuntamiento priista que antes del temblor habían paralizado al ayuntamiento por una pugna interna.

“Tú estás matando al PRI, le dije a la síndica”, cuenta don Amado. El tricolor, tras 24 años arrebató en 2016 el municipio al PRD. “Los dos anteriores presidentes, del PRD, fueron una vasca, no hicieron nada, éstos, por los pleitos no alcanzaron a gestionar nada este año”.

Las críticas contra el gobierno vienen también de los más jóvenes. “Al delegado de gobierno le dije que lo iba a matar si no volvía con ayuda”, cuenta Brandon Linton Aguilar, un joven de unos 20 años, con una voz que hace difícil creer que pudiera cumplir con su promesa. Hoy, como colaborador del ayuntamiento -“me uní al PRI porque detesto al PRD”-, subraya que las autoridades accionaron la misma noche del sismo, no obstante acepta que “ningún gobierno municipal puede atender una catástrofe como la presente”.

En un recorrido, el profesor Seini le pregunta a Brandon por lonas, si tiene el municipio o si le pueden dar una cinta de protección para advertir a los caminantes que su casa rosa, inmensa, de dos pisos, está a punto de caerse; tardó 10 años en construirla y hoy espera que venga una máquina a derribarla. Su situación no es diferente a la del presidente municipal cuya casa, hoy de su exesposa, también es inhabitable.


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