Despedirán el año viejo a lo grande en Juchitán
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Despedirán el año viejo a lo grande en Juchitán

Elaboran un “huelu” de 4 metros de altura que será quemado para despedir el 2019


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Con la quema del viejo (huelu), los juchitecos celebran la llegada del Año Nuevo.

La creación de estos muñecos, simboliza el fin de un ciclo por lo que se quema a la media noche entre el 31 de diciembre y los primeros minutos del nuevo año, una tradición que miles de familias viven como un ritual de dejar ir a lo viejo y dar la bienvenida a lo nuevo, como el comienzo o la resurrección de nuevas metas.

El Año Viejo es un monigote que representa básicamente el año que termina, elaborado con ropa vieja, cartón o papel, relleno de viruta, paja o aserrín y con frecuencia con artefactos pirotécnicos, para ser quemado a la medianoche del 31 de diciembre, víspera del Año Nuevo.

Esta tradición es una de las más arraigadas de América Latina y en el Istmo cada fin de año hace que las familias se reúnan para ver cómo se consume por el fuego todo lo malo, los problemas, lo viejo y cómo a través del mismo fuego se purifica y da comienzo a un año nievo, a la esperanza y fe de que las cosas serán mejores

Y con este motivo desde hace más de 7 años, Juan Carlos Ferra Valedo viene realizando con diferente temática el tradicional huelu (viejo), siendo en esta ocasión cuando se le ocurrió con la finalidad de destacar más la tradición, realizar un gran viejo de 4 metros de altura.

“Este año, como todos los años, exhibo diferentes tipos de viejos, de acuerdo a la temática que yo escoja y en esta ocasión tuve la inquietud de hacer un huelu, un viejo gigante, para proyectar más la tradición de los viejos de fin de año y también para moverlo más y al mismo tiempo como un reto para mí “, explicó Juan Carlos.

Reconoció que el motivo principal es hacer que la gente reconozca la tradición, “el hecho de hacer un viejo gigante, un súper viejo, es que logre impactar a la gente y por eso lo vestimos con la ropa tradicional de nuestra gente de antes, pantalón negro y guayabera blanca, con su solo acate rojo al cuello, lo típico, el típico viejo de antaño, esa es la razón principal”.

“Tiene 4 metros de alto, es un súper viejo de 4 metros de alto y creo que está logrando su objetivo de promover esta tradición, la gente pasa y pregunta, se toma la foto, ha tenido muchos visitantes, han venido muchas familias y eso es lo que queremos que la gente conozca de esta tradición”, destacó.

Comentó que la elaboración le llevó 7 días y la realizó en el patio de su casa, para luego colocarlo en este espacio en donde puede ser admirado, utilizando diversos materiales recicla es como cartón, unicel, varillas de acero, armex, acero reciclado, alambrón, alambre, papel de bolsas de cemento, entre otras cosas.

Comentó que lo quemarán a las 11:30 de la noche del día 31, para que la gente pueda participar y después regresar a sus casas con sus familias, pues la quema del viejo la realizan con todo un ritual, inclusive un cohetero profesional colocará la pirotecnia que se utilizará, colocando además un castillo de fuegos artificiales.

Hizo la invitación a todas las familias que quieran participar en la noche durante la quema del viejo, además de que se disfraza de algún personaje sorpresa ese día, además de que el viejo gigante este año tiene un simbolismo especial, pues Juchitán está saliendo adelante luego del terrible terremoto.

“Hemos superado esa etapa, aquí estamos, nos estamos levantando más fuertes que nunca, lego del terremoto, ahí vamos y esta es una muestra, nuestras tradiciones, por eso lo hicimos y queremos que la gente nos acompañe, para despedir este año”, apuntó.

Siendo así que mientras en las bocinas se escucha la canción del año viejo de Tony Camargo que dice: “Yo no olvido al año viejo, que me ha dejado cosas muy buenas. Ay, yo no olvido al año viejo; porque me ha dejado cosas muy buenas”, el viejo se quema y con él los malos momentos y recuerdos para dar paso al año nuevo.

Los viejos se pueden observar en plazas, calles, carreteras, patios, bajo los árboles, junto a las puertas, ahí es donde aparecen esos muñecos llenos de un encanto extravagante, improvisados al calor de unos aguardientes para animar la fiesta, para entretener el rato, para recordar cómo ya se anuncia, más que el año nuevo, la despedida de otro donde ha quedado enredado mucho de nuestra vida.

Cabe destacar que para el día 24 de diciembre fecha en que se celebra el nacimiento del niño Dios, Ferra Valedo colocó una rama “cuachalalate” un árbol al que se le atribuyen propiedades curativas, el cual adornó con esferas y escarchas, poniendo un nacimiento al pie de este árbol, el cual esperan que crezca en el lugar para que la gente que necesite de la corteza pueda utilizarla.

“La idea es que este árbol se quede ahí, tiene propiedades curativas y esperamos que la gente que lo necesite pueda ocuparlo, así como lo hacen con los arboles de “moringa” que ya tenemos aquí”, aseguró.


aa

 

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