Arbitrariedades en obra en Guiengola
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Arbitrariedades en obra en Guiengola

Empleados de la restauración en Guiengola aseveran que el arqueólogo encargado por el INAH los trata de forma prepotente y los despide de forma injustificada


Arbitrariedades en obra en Guiengola | El Imparcial de Oaxaca

Trabajadores que se encuentran prestando su servicio para el Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH) delegación Oaxaca en la restauración del sitio arqueológico ubicado en el cerro de Guiengola, denunciaron la falta de sensibilidad por parte del arqueólogo Enrique Fernández y de su ayudante Jesús Antonio Domínguez, quienes han corrido a varios de sus compañeros por el simple hecho de presentar algún síntoma de enfermedad.

Tal es el caso del trabajador Jesse Romo Santiago quien fue despedido de manera injustificada cuando presentaba un cuadro agudo de gripe y temperatura, se le negó el permiso de acudir al médico, pese a presentar un certificado médico.

“Le pedí permiso al arqueólogo Enrique Fernández, pero me dijo que no había permisos que no debíamos enfermarnos, al día siguiente cuando me presenté me dijo que ya estaba despedido, que no era válido, aun cuando no nos han dado el seguro que nos prometió desde que nos contrató y ahora ahorita no hay nada, tenemos cuatro meses y ni siquiera nos liquidó”, explicó.

Señaló que está el caso de otro de sus compañeros que tenía una demanda, le llevó el oficio donde decía que tenía que presentarse y simplemente lo corrió, “no le importa, los certificados los tira al basurero, inclusive él te da permiso te dice vete dos o tres días, dependiendo de la enfermedad, pero cuando regresas ya te dio de baja”.

Informó que el proyecto de restauración de las ruinas del sitio arqueológico es para dos años y al principio eran 46 trabajadores, ahora quedan 40, pues han despedido a los que se enferman, los dan de baja sin pagarles nada de liquidación, “tenemos que caminar una hora para llegar al lugar, subiendo el material y si te sientes mal a ellos no les importa, a ellos les interesa que se termine la obra porque es mucho el dinero que consiguieron para la restauración de las ruinas, al parecer es un seguro por los sismos”.

Indicó que hay muchas anomalías, algunos trabajadores no van, pero a la hora de la paga les quitan 500 pesos por día, cuando el sueldo es de mil 900 pesos a la semana y trabajan en un horario de 6:00 de la mañana a 2:00 de la tarde de lunes a viernes, por lo que acudirá a las instancias correspondientes como la Junta de Conciliación y Arbitraje.

Mencionó que los arqueólogos se van el viernes en la tarde a Oaxaca y el lunes cuando regresan les dan las mochadas de los que hayan faltado, siempre y cuando ellos les hayan dado permiso.

Romo Santiago dijo que es necesario que alguna autoridad administrativa vigile lo que ahí ocurre, ni los comuneros del barrio de Lieza que se dicen dueños del cerro vigilan lo que ahí ocurre.

Finalmente comentó que no le han querido liquidar conforme a la ley, según porque el Arqueólogo dice que el reclamo lo hizo delante de todos y lo dejó en mal con los trabajadores, cuando siempre que alguien quiere decirle algo se va y los deja hablando, sin hacerles caso, “dice que le contesté mal delante de la gente, cuando yo le hablé a un lado y le pedí permiso, me sentía mal, agarré mi moto y me fui al médico”.