Tiendas trasnacionales acaban con tradiciones en el Istmo de Oaxaca
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Tiendas trasnacionales acaban con tradiciones en el Istmo de Oaxaca

A raíz de la llegada de las grandes cadenas comerciales, muchos han preferido acudir ahí a realizar sus compras, en vez de invertirlo entre el comercio local


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Olores, sabores y colores se conjugan en el mercado ambulante de Salina Cruz, en donde diariamente las mujeres que han sido el sostén de la familia realizan la vendimia.

Desde hace muchos años se practica el trueque entre los propios comerciantes quienes intercambian sus productos para apoyarse mutuamente.

Otros comerciantes prefieren promocionar sus productos con el tradicional grito “hay tamales”, “guetabingui”, “camarón seco”. En ese inter miles de olores agradables de conjugan y lo hacen único y maravilloso.

Doña Juana comerciante desde hace 22 años, expresó que el mercado ha sido un sitio donde laboran padres, hermanos, tíos y hasta abuelos que ha sido una tradición de generación en generación.

“Muchos de nosotros tuvimos en los años mozos mucha abundancia, porque en ese tiempo la pesca estaba en su apogeo, el sector petrolero apenas comenzaba a despuntar. Pero hoy en nuestros tiempos ya nada de eso queda, solo recuerdos”, narró la comerciante.

LO MODERNO Y TRADICIONAL

Para la vendedora, el mercado ha sido un sitio donde todos confluyen, ricos o pobres, en busca de alimentos para consumir al día o simplemente realizar alguna convivencia familiar.

Pero, dijo, que a raíz de la llegada de las tiendas gringas (Waltmar, Aurrera, Sam´s) han estado atentando contra la tradición en Salina Cruz, porque muchos prefieren acudir a realizar sus compras y dejar el poco dinero que hay, en vez de invertirlo entre el comercio local.

“Antes vendíamos hasta tres mil o más al día, las ventas eran buenas; hoy nada de eso queda, si acaso vendemos para pasar el día que cuando bien nos va son mil pesos.

Todo se lo están llevando los gabachos, nada nos están dejando, por eso hemos resentido las ventas que realizamos todos los días.

Julia es una mujer que vende pollos todos los días, ella afirma que se ha tenido que modernizar buscando a traer más la clientela para aumentar sus ventas.

Afirmó que muchas mamás jóvenes prefieren en una catorcena o quincena acudir a las tiendas trasnacionales a realizar sus compras para el hogar.

En eso incluyen la compra del pollo que ya viene en platillos, en donde encuentran pierna, alas, pechuga, pero muchos ya tienen tiempo refrigerado.

“Nosotros tenemos que estar comprando o matando diario los pollos para ofrecerlos en el mercado, pero sobre todo que esté fresco y no afecte a los consumidores.