5 claves para reconocer a un manipulador
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5 claves para reconocer a un manipulador

Contesta estas preguntas y reconoce el comportamiento de un manipulador. Es momento de salir de esta tóxica relación.


5 claves para reconocer a un manipulador | El Imparcial de Oaxaca

Puede que hace tiempo convivas con un manipulador experto y por esa misma razón recién estés cayendo en la cuenta. Que te hayas dado cuenta es una excelente señal, el primer paso para dejar de ser víctima y convertirte en protagonista de tu propia historia sentimental. Desenmascarar al manipulador te permitirá volver a tu eje y vincularte con personas más sanas y respetuosas. Y, sobre todo, encarar una relación de pareja saludable.

Estas preguntas pueden ayudarte a encontrar respuestas y conocer de verdad si estás con una pareja manipuladora…

¿Cómo estoy seguro de si mi pareja me manipula?

Si no tienes una respuesta clara, ya tienes una buena respuesta. Cuando compartimos nuestros días con alguien nutritivo, no dudamos de sus virtudes.

Si quien tienes a tu lado te hace dudar todo el tiempo de tus propias certezas y te genera ansiedad e inseguridad, es posible que estés ante alguien hábil en el arte de manipular.

¿Es encantador a niveles insospechados?

Todos somos luces y sombras, así que desconfía de quienes “encandilan” y tratan de agradar a todos.

Los manipuladores suelen ser personas muy agradables, de las que todo el mundo gusta, salvo quienes caen en su círculo estrecho y se convierten en sus presas. En los primeros tiempos de una relación sentimental suelen ser generosos, obsequiosos y muy hábiles para seducir. Luego, se muestran incapaces de sostener esa relación en el tiempo y comienzan a mostrar las hilachas.

¿Es agresivo?

El manipulador puede pegar el zarpazo cuando no encuentra respuesta inmediata o positiva a su demanda. Es allí cuando el príncipe se transforma súbitamente en un monstruo irreconocible.

Puede llegar a ser agresivo, hiriente y conseguir que tu autoestima tambalee. Un manipulador también puede ser pasivo – agresivo, una conducta que se manifiesta fundamentalmente en la no reacción y en una habilidad increíble para eludir la responsabilidad en los conflictos. Este tipo de personas suelen provocar mucha impotencia porque se deslindan de su responsabilidad vincular, transfiriendo la misma a su compañero.

¿Tus “tripas” te dicen que algo no está bien?

Solemos anteponer nuestras argumentaciones racionales a lo que nos dicta la intuición. Algunas relaciones nos dejan una sensación de malestar que no podemos explicar con claridad. Lo único claro es que algo se siente mal en el cuerpo.
Los manipuladores suelen manejar la comunicación verbal y no verbal de manera ambigua, de modo tal que, hagas lo que hagas y digas lo que digas, siempre quedarás entrampado. Escucha a tus tripas, son sabias.

¿Él o ella se victimizan?

Una forma habitual de tener a las personas bajo control es jugando el rol de víctima. Es el caso emblemático de quien hace constante referencia a como la vida la ha golpeado, a sus dolores y tragedias, pero no pone nada de sí por salir adelante y transmutar lo acontecido.

Observa con atención a quien siempre está en el centro de la atención por las cosas malas que le ocurren: puede ser una forma de manipular voluntades… La víctima suele estar tan centrada en sí misma que magnificará y revivirá sus propias experiencias de manera constante, sin poder ver que al otro también le ocurren cosas.

¿Te genera culpa?

Hagas lo que hagas, siempre te sentirás culpable de provocar el desastre. El chantajista emocional sabe cómo hacerte creer que eres responsable de todo lo que ocurre en el seno de la pareja.

Si él o ella logra de manera recurrente que te sientas en falta, que creas que no eres suficiente, es muy probable que estés ante un manipulador o manipuladora. Huye.