Hijos de padres divorciados son más propensos a ser delincuentes: Estudio
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Hijos de padres divorciados son más propensos a ser delincuentes: Estudio

El divorcio cuando se origina en etapas tempranas del desarrollo del niño, ocasiona una serie de efectos que interfieren en su adaptación posterior.


Hijos de padres divorciados son más propensos a ser delincuentes: Estudio | El Imparcial de Oaxaca

Dicha investigación fue expuesta en una Revista Mexicana de Orientación Educativa, y en ella se compara, entre otras cosas, el desempeño académico de los hijos de padres divorciados contra el de los casados.

En sus páginas se lee que según la Fundación Chile Unido (2001), existen cada vez más estudios y análisis respecto de las consecuencias que están teniendo en la sociedad los divorcios y rupturas matrimoniales.

Además afirma que los hijos de padres divorciados exhiben más problemas emocionales y conductuales, se ven envueltos con más frecuencia en actos criminales y abuso de drogas, y tienen tasas más altas de suicidio.

El 76% de los jóvenes encarcelados no cuenta con padres casados, 44% proviene de familias nucleares y 64% de ellos proviene de embarazos adolescentes.

La investigación señala que también existe una diferencia relevante entre vivir y crecer en una familia con ambos padres casados en contraposición a vivir y crecer en hogares formados por padres separados.

En un estudio hecho en Inglaterra, se reveló que los hijos de mujeres divorciadas tienen el doble de probabilidad de que sus padres se separen con respecto a aquellos cuyos padres están casados.

LOS TRANSTORNOS QUE PADECEN LOS HIJOS DE MUJERES DIVORCIADAS

Las reacciones de los niños dependerán de su edad y van desde la irritabilidad, trastornos del sueño, tristeza, miedo, inseguridad, confusión, ira y resentimiento contra uno o ambos progenitores, sentimientos de rechazo, odio hasta la depresión y la conducta suicida (Confederación Interamericana de Educación Católica, 2004).

“Los hijos no están preparados para que sus progenitores decidan no seguir viviendo juntos, y ello les produce una serie de alteraciones, tales como la sensación de abandono, pérdida y tristeza”, dice el estudio.

Muchas veces los hijos se sienten culpables de la separación de sus padres y eso les produce conflictos de lealtad con el padre que se va y preocupación por él.

Los hijos no sólo sufren trastornos psicológicos, sino que el divorcio de sus padres los hace tener comportamientos diferentes a cuando sus padres estaban juntos. Por otra parte, se ha comprobado que los hijos de madres divorciadas tienen una tendencia mayor de inestabilidad familiar futura, ya que los efectos del divorcio en los hijos se prolongan mucho más allá de lo que en un comienzo se pensaba, y no se reducen exclusivamente a los años inmediatamente posteriores a la separación de sus padres.

Los diferentes estudios han comprobado que, en el largo plazo, los hijos de madres divorciadas muestran una actitud negativa hacia el matrimonio, y muchos proclaman su decisión de no casarse porque temen asumir compromisos y repetir en su propia vida lo ocurrido con sus padres (Chile Unido, 1999).

El divorcio cuando se origina en etapas tempranas del desarrollo del niño, ocasiona una serie de efectos que interfieren en su adaptación posterior. Dentro de ellos mencionan:

a) El derrumbamiento precoz de la imagen idealizada de los padres debido a los mensajes negativos que recibe de uno o ambos padres.

b) Carencias afectivas, ocasionadas por estar ambos padres inmersos en resolver sus problemas económicos y afectivos.

c) Percepción de rechazo por parte del padre, especialmente de aquellos aspectos que le recuerdan a la ex pareja.

d) Alteraciones en el superyó, al existir desavenencia entre los padres en el manejo de las normas (Burin & Meler, 1998).

Al finalizar, los investigadores que realizaron dicho estudio puntualizan que: “Es de hacer notar que otro grupo de autores no ha encontrado correlación entre el divorcio y la presencia de problemas emocionales en los hijos.

Wallerstein (1998), por ejemplo, refiere que la gran mayoría de los hijos de madres divorciadas muestra un buen ajuste psicológico al acabo de los dos primeros años. Gardner (1995), incluso, llega a plantear que el divorcio puede ocasionar efectos favorables en los hijos como aumentar su responsabilidad y capacidad de empatía.