Isaac Asimov, un sabio amable
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Columna

Isaac Asimov, un sabio amable

Este escritor de ideas fijas, gruesos lentes y patillas enormes fue uno de los más grandes autores de ciencia ficción


Te preguntarás: ¿Qué es la ciencia ficción? Bueno, pues se trata de un género literario que narra sucesos en tiempos y espacios imaginarios y distintos a los
 de nuestra realidad. También se interesa en describir logros científicos o tecnológicos que podrían verse en el futuro. Además de novelas y cuentos, hay cómics, películas y series de tv.

NIÑO MIEDOSO

No se sabe bien cuándo nació, sólo que fue entre el 4 de octubre de 1919 y el 2 de enero de 1920, pero él festejaba su cumpleaños cada 2 de enero. Nació en Rusia, pero a los 3 años se mudó a los Estados Unidos y se quedó a vivir en Nueva York.

De niño, Asimov tenía muchos miedos, algunos de ellos duraron toda su vida: nunca aprendió a nadar ni a andar en bicicleta, le daba miedo volar —sólo dos veces en su vida
 se subió a un avión, y se asustaba al estar en espacios públicos, agorafobia, pero le fascinaba estar encerrado —claustrofilia.

Lo suyo siempre fue volar con la mente, con la imaginación, a través de la lectura y la escritura.

Aprendió a leer a los 5 años y a los 11 ya escribía sus propias historias de ciencia ficción, que era lo que más le encantaba leer: novelas y cuentos que hablaban de seres de otros planetas o de tecnologías del futuro.

AMIGO DE TODOS

Cuando entró a la universidad, Isaac decidió estudiar la carrera de Bioquímica. Era muy sociable, lo querían mucho porque era un tipo sencillo y amable. Como sus amigos sabían que tenía muchos conocimientos, lo buscaban para preguntarle numerosas dudas de temas científicos, que él respondía con gusto, aunque la verdad, no tenía mucho tiempo.

Escribió muchísimo, miles de páginas y sus libros podrían llenar una biblioteca completa. Se cuenta que lo hacía como un robot, tanto y tan rápido como pudiera.

No se sabe con exactitud cuántos libros escribió, pero hasta ahora se han contado 515.

Fue un divulgador científico, publicó decenas de artículos en revistas especializadas. Le interesaba la carrera espacial, los viajes del hombre fuera del planeta. Así como hizo artículos sobre ciencia real, hizo muchos otros de ciencia ficción. También le encantaba la historia.

Fue presidente de Mensa, una asociación internacional para personas súper inteligentes, así de listo era. Sin embargo, los genios le parecían un poco pesados, así que se sentía más cómodo como miembro de la Asociación Humanista Americana.
Isaac Asimov murió el 6 de abril de 1992, dejando miles de admiradores que lo siguen leyendo con pasión.

EL ESCRITOR Y SUS ROBOTS

La serie Fundación es una de las obras más célebres de Asimov. Se trata, según él, de una historia del futuro, compuesta por 16 novelas bien gruesas que seguramente te encantará leer dentro de unos pocos años.

DESENCHÚFATE Y PONTE A PRUEBA

Asimov fue el inventor de la palabra «robótica» —robotics, que proviene de robot –(del checo robota, ‘trabajo’)—, que es el estudio, diseño y fabricación de los robots. Una de sus obras más conocidas es su serie de cuentos Yo, robot (1950), donde establece las tres leyes de la robótica, que han influido en muchos otros escritores de ciencia ficción y hasta en científicos que en la vida real toman en cuenta estas leyes al trabajar con inteligencia artificial.

-Un robot no debe dañar a un ser humano o, por inacción, dejar que un humano sufra daño.

-Un robot debe obedecer las órdenes que le son dadas por un ser humano, excepto si estas órdenes entran en conflicto con la primera ley.

-Un robot debe proteger su propia existencia, hasta donde esta protección no entre en conflicto con la primera o segunda ley.


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