Ella, susurros de la voz eterna
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Columna

Ella, susurros de la voz eterna

No poseía el glamur de Lena Horne, ni la voluptuosidad de Dina Washington, tampoco arrastraba el aura de dolor de Billie Holiday, pero su voz poseía una potencia angélica que la mandó a lo más alto del Olimpo del jazz


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¿Qué hace que una voz se quede grabada en el viento para siempre? ¿De entre todas las voces que han cantado durante nuestra existencia como humanidad por qué unas están con nosotros aún y otras son apenas un recuerdo o se convirtieron en un olvido? Imagina que vives en 100 años o en mil, que es el año 2118 o 3017. ¿Cuáles voces seguirán siendo escuchadas? ¿Qué susurros continuarán buscando encantar nuestros oídos? ¿Qué tal la voz de la mujer conocida como “La Reina del Jazz”? ¿Será una de las voces que competirá por la eternidad?

“How high the moon”, “Summertime” o “Dream a little dream of me” son algunas de las ventanas que nos llevan a ver el alma de esta mujer transportada en su voz y que pueden comenzar a responder. Ella Fitzgerald nació en 1917, con la mayor parte de las páginas de la música del siglo XX aún vacías, apenas había en Estados Unidos esbozos de lo que sería el fulgor de uno de sus máximos legados, el jazz.

Para Ella, el jazz “era algo así como la música clásica del siglo XX”.

Su voz compartió obras históricas con los duques de esta música: Ella and Louis sigue siendo un icono de las obras jazzísticas. Sus colaboraciones con Duke Ellington o Dizzie Gillespie son también parte de los cánones del jazz.

La de Ella fue una voz lúdica, que jugaba, improvisaba, volaba, saltaba con su aliento armonioso. El scat fue su invento y después de más de 70 años aún recobra vitalidad y originalidad. Con este estilo dominó la velocidad lírica y el ánimo de quién lo escuchaba. Su ánimo de jugar inició prácticamente con su carrera en el Harlem Savoy Ballroom, con uno de sus primeros éxitos “If You Can’t Sing It, You’ll Have to Swing It”.

¿Otro motivo por el que la voz de Ella compite por la eternidad? Porque “This giró is in love with you” es una perfecta declaración, fuerte y honesta, que puede enamorar a quien vaya dirigida: “Yes I’ve heard it said, they say you think I’m fine, yes I’m in love and what I’d do to make you mine, tell me now”.

Sus discos, desde Lullabies of birdland, Ella swings slightly o cualquiera de los songbooks, discos que creó por completo con piezas de un mismo autor, entre ellos George and Ira Gershwin, Duke Ellington y Cole Porter están inscritos ya en la Historia del jazz y de la música del siglo XX, sin embargo la Historia, con mayúsculas, es nada sin la historia, sin la forma en la que la música se mezcla con la vida de cada uno de esas personas que escuchan la música. Sin las personas de cada día la grandeza de la voz se habría perdido. Sin la grandeza de la voz de Ella muchos también se habrían perdido.


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