Solteras: entre el deseo y la presión
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Solteras: entre el deseo y la presión

La película dirigida por Luis Javier Henaine, y coescrita por Alejandra Olvera Ávila, echa mano de la comedia para explorar la idea del matrimonio


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¿Es el matrimonio un deseo o una “necesidad” alimentada por la presión social? Alejandra Olvera Ávila y Luis Javier Henaine se animaron a explorar el tema y llevarlo al cine a través de Ana, una joven que sueña con casarse, pero que no encuentra al hombre ideal. Encarnada por Cassandra Ciangherotti, la veinteañera toma un curso con la casamentera Lucila (Gaby de la Garza), quien se encarga de ayudarla a ella y sus compañeras a conseguir marido.

En Solteras, película dirigida por Luis Javier Henaine, y coescrita por este y Alejandra Olvera, el matrimonio es replanteado desde la comedia. “Nos parecía interesante explorar eso y saber de dónde viene esta necesidad de algunas mujeres u hombres de casarse, qué tanto es nuestro deseo y qué tanto es un deseo que se nos ha impuesto”, refiere Olvera, en entrevista para EL IMPARCIAL, sobre la propuesta que Henaine señala que va más allá de la historia de una chica que se quiere casar.

Con un elenco al que se suman actores como Mariana Cabrera, Castillo, Sophie Alexander-Katz, Diana Bovio y Juan Pablo Medina, la película supuso un primer reto para sus guionistas, el que la gente no fuera a entender el mensaje de la historia o se juzgara.

“Tenemos las dos perspectivas, el punto de vista femenino y el masculino, encontramos un equilibrio, un punto medio de cómo contar esta historia”, narra Luis Javier, quien no descarta que se piense como ataque a algún movimiento feminista. Sin embargo, piensa que desde la comedia se puede hacer una crítica u una observación hacia la presión social de la que pueden ser objeto algunos de los personajes de Solteras.

También porque se trata de un género que lleva el mensaje desde una forma más ligera, en la que el público puede divertirse y reírse de sí mismo. “Es sí tomarlo un poco a la ligera, pero al final es un tema serio”. Y aunque la intención no es cambiar a las personas o decirles qué hacer, si salen con una reflexión que les haga autoevaluarse o ver hacia su interior, “qué mejor”, dicen los guionistas.

Solteras fue presentada en el pasado Festival Internacional de Cine de Guadalajara, en marzo pasado. Desde el 7 de junio, se encuentra en varias salas de cine de país, incluido Oaxaca.

EL CINE PRODUCIDO EN MÉXICO

Para Henaine, director del filme, la comedia es un género desde el cual se pueden tratar temas sociales, pero también para nutrir la oferta en el país y competir con producciones extranjeras. Hay, dice, todo tipo de cine, de géneros o clasificaciones (cine comercial, de autor, de arte), lo mismo que públicos para cada uno o varios. En términos de taquilla y tomando en cuenta el último anuario publicado por el Instituto Mexicano de Cinematografía, coincide en que la comedia es el género más redituable.

“Eso es una realidad y tiene que ver con muchos factores, a lo mejor la gente quiere ir al cine a divertirse, a distraerse, a pasar un buen domingo y no pensar en nada serio. Si la gente no quisiera ver comedia, no venderían tanto. Por otro lado, siento que la publicidad que se da a las comedias es muchísimo mayor que para las que son de otros géneros, y por lo mismo le llega a más gente”, explica.

Para Henaine, el gusto por las comedias mexicanas es también un síntoma de que el cine mexicano está pasando por una etapa muy importante, en donde la gente lo está volteando a ver. Y eso, a su vez, permite que se deje de pensar en este como un género. “Eso es muy bueno”, pero, ahonda, el cine generado en el país sigue enfrentándose al que llega de Estados Unidos, principalmente.

“Definitivamente, estamos compitiendo mucho con el cine de Estados Unidos o de fuera, que es lo que dificulta la permanencia en las salas y que muchas personas siguen queriendo ver películas extranjeras y no las mexicanas. Y ese es el chip que tenemos que cambiar porque la producción y la calidad aquí están”.