La Sonora Dinamita pone el ánimo en el Martes de Brujas

Los pasos de baile se improvisaron en los casi nulos huecos de la pista. Y no faltaron algunos empujones entre quienes, convocados por la algarabía, intentaban acercarse al escenario, o al menos estar más de la Sonora Dinamita, la agrupación estelar en el segundo Martes de Brujas, en Santa Cruz Xoxocotlán.

La nacida 1960 en Cali, Colombia, agregó sabor a la velada que ya olía a tamales de coloradito, de chepil, de frijol, de verde y de rajas, y que entre el café, los dulces regionales y las artesanías, intentaba evocar los tiempos de construcción de la parroquia.

Entre luces, ahora eléctricas y muy distintas a las de antaño (llamadas “brujitas”), los asistentes llenaron cada resquicio del parque central. La afluencia aumentó considerablemente de las 19:00 y hasta las 21:30 horas, cuando ya se había presentado la banda Cielo de Diamantes, de la colonia Mi Ranchito, del mismo municipio.

Las notas de música tradicional sirvieron de arranque en esta edición que combinó sonidos de banda de viento, de orquesta de cámara y de cumbias. Lunga Konfort, la orquesta, supo sacar provecho a la música clásica usual de foros cerrados. Con Las cuatro estaciones, del italiano Antonio Vivaldi, y explicaciones muy amenas del solista Ulises Arreola, el público quedó prendido del repertorio clásico. Pero tuvo que quedarse con las ganas de más canciones, pese a haber pedido “otra, otra, otra”, en tres ocasiones.

Las peticiones, que alternaron con el anuncio de las “¡papas, papas!”, “¡manzanas!”, se olvidaron tan pronto se alistó el escenario para La Sonora Dinamita. Cual explosivo, prendió los ánimos con su primer tema: La cadenita.

Es la primera vez que las mujeres se van a quedar con la conciencia tranquila luego de algunos roses, decían los músicos de la sonora que en próximos días llega a sus 59 años.

Tras el comentario, siguió el tema Que nadie sepa mi sufrir, que sirvió para los primeros pasos, la aclamada “bulla” y las palmas al aire. Lo mismo que los coros, aunque algo tímidos. El baile amenizado por Mil horas hizo que alguno reconociera el repertorio como infaltable en las fiestas de Oaxaca, sean bautizos, bodas o quince años.

“¿La estamos pasando bien, la estamos pasando bien?”, preguntaban los intérpretes que, como respuesta, escucharon un nutrido “Sí”, y que a los pocos minutos tuvieron un agradecimiento de parte de las autoridades municipales.

Éxito tras éxito, La Sonora Dinamita se envolvió en esta tierra, en un fragmento del país que la ha arropado y por el cual ha llegado a decirse que es mexicana.

Desde niños hasta personas de la tercera edad disfrutaron la velada que en el primer martes tuvo al cantante Alexander Acha y que para los próximos contará con los clásicos de Los Babys, “la vida loca” de Francisco Céspedes, el canto regional de Ángela Aguilar y el pop de Pandora.