“No Te preocupes, no irá lejos” de Gus Van Sant
La película de Gus Van Sant recrea el alcoholismo, depresión y lucha del caricaturista estadunidense John Callahan
No es la primera vez que el director de cine Gus Van Sant recurre a la vida real para crear historias crudas, sinceras y emotivas. Pero también honestas con sus personajes, que se presentan llenos de matices. Son humanos y complejos.
Ya en Elephant (2003) retrata a dos jóvenes estudiantes que ejecutan un elaborado plan para matar a sus compañeros. Su versión de la tragedia ocurrida en 1999 en una preparatoria le significó el premio al Mejor Director del Festival de Cine de Cannes en ese año.
Tras ella, Milk (2008) expone a un Sean Penn que da vida a Harvey Milk, el primer político abiertamente homosexual que consigue ser elegido para un cargo público en Estados Unidos, pero que en la vida privada lleva una relación destructiva con su pareja.
La complejidad marca nuevamente a uno de sus personajes, en un trabajo con Joaquín Phoenix (con quien colaboró para su filme Todo por un sueño, en 1995). Es este actor quien revive a un John Callahan atormentado, alcohólico y deprimido tras el accidente en coche que a los 21 años lo dejó parapléjico. La vida del caricaturista de Portland, Oregon, es llevada a la pantalla grande en el filme No te preocupes, no irá lejos (Don´t worry, he won´t get far by foot) que se estrenó en México este viernes, en 53 salas del país, incluidas dos de Oaxaca.
La trama se basa en el libro homónimo de Callahan, quien sufre el accidente junto a un tipo que acaba de conocer la noche de la tragedia. En el percance, el conductor sale prácticamente ileso, pero John casi pierde la vida. No así las ganas de beber, las que comenzaron en su adolescencia, a los 13 años.
Drama, tragedia y humor se mezclan en la historia del caricaturista deprimido y atormentado, quien encuentra impulso en su amiga Annu (interpretada por Rooney Mara) y su padrino en Alcohólicos Anónimos, Donnie Green (personificado por Jonah Hill).
Pero el dibujo comienza a trazarse como una vía para su recuperación, gracias al descubrimiento de ese don especial para crear viñetas irreverentes, en las que se mofa de su discapacidad, e incluso del accidente tenido a una velocidad de 145 kilómetros por hora.
Son esas caricaturas las que le llevan a conseguir fama a nivel internacional y le otorgan una nueva oportunidad de vida, la que es incluida en la cinta donde Phoenix comparte crédito con Jack Black (en el papel del amigo de farras con quien tiene el accidente). En el filme, Gus Van Sant, quien ha obtenido dos nominaciones al premio Oscar, comparte una historia emotiva, con un personaje que quizá no vaya muy lejos, pero avance a pesar de entorpecer su propio camino.
