Museo: La brillantez de una patética historia
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Museo: La brillantez de una patética historia

El cineasta mexicano Alon­­so Ruizpalacios está por estrenar Museo, filme que se llevó el Oso de Plata al Mejor Guion en la más reciente entrega de la Berlinale.


Museo: La brillantez de una patética historia | El Imparcial de Oaxaca

El cineasta mexicano Alon­­so Ruizpalacios es uno de los que encabezan a la extraordinaria generación de directores mexicanos de la última década. Sus dos primeros largometrajes ya forman parte de la historia del cine nacional reciente como algunas de sus perlas indispensables. Ya en Güeros (2014) había dado una muestra de su virtuosismo para usar el humor de forma crítica sobre situaciones del país que podrían caer en el absurdo.

En aquel filme, Ciudad Universitaria le abrió las puertas para filmar una historia que tiene guiños con la huelga de la UNAM en 1999, sin embargo, ese es solo el contexto para contar una historia más íntima que tenía que ver con la juventud y su incapacidad de encontrarle propósito a la vida, con excelentes actuaciones de Tenoch Huerta, Leonardo Ortizgris y Sebastián Aguirre.

Ahora está por estrenar Museo, filme que se llevó el Oso de Plata al Mejor Guion en la más reciente entrega de la Berlinale, para lo cual el Museo de Antropología e Historia le abrió sus puertas para desarrollar una historia ficcionada inspirada en el llamado “Robo del siglo XX”, en México en la que unos estudiantes de veterinaria robaron casi centenar y medio de piezas arqueológicas del museo más representativo del país, en 1985.

Museo se convierte en un ejercicio perfeccionado de Güeros. Es la consolidación de un estilo y una voz en el cine mexicano. Ruizpalacios toma un hecho histórico para reflexionar sobre los impulsos adolescentes ingenuos, sobre ese espíritu de juventud rebelde pero no sabio, sobre el ímpetu de lo utópico sobre los valores sociales.

Para el director la comedia se convierte en el género más poderoso de sensibilidad, afortunadamente no hablamos de un humor de comedia romántica de fórmula (común en la cartelera mexicana), sino que hablamos de su elasticidad dramática para hablar de la historia de dos amigos, que se unen para cometer una ingeniosa y estúpida travesura sin medir las consecuencias de sus actos. A través de la comedia el director usa los elementos patéticos que inspiran a sus protagonistas para hablar sobre el arraigo patriótico, las empatías familiares o, como en Güeros, la búsqueda del propósito para vivir.

Al igual que en Güeros, Ruiz­palacios se aleja de los hechos históricos para tener mayor libertad creativa. Se quita la camisa de fuerza de los datos duros, para ponerse una chamarra de cuero y recorrer las peripecias de dos personajes ficticios, Juan (Gael García Bernal) y Wilson (Leonardo Ortizgris), que aprenden a priorizar los valores de la vida luego de cometer el error de sus vidas.

Ruizpalacios es romántico con el manejo del arco dramático de la amistad; es elegante en la estructuración y desarrollo del guion; encuentra belleza en los planos junto a su fotógrafo Damián García, y es inquieto con el pincel y la pluma para ejecutar alegorías tan sensibles como amargas, y, en otros momentos, tan dramáticas como sutiles.

No es tan evidente, pero sí fundamental, el tema que da pie a la película. El cuestionamiento sobre la verdad histórica y su manera de resolverlo estéticamente es simplemente sensacional: “nadie puede saber porque alguien hizo lo que hizo, más que la persona que lo hizo y la mayoría de las veces ni ellos”, dice el personaje de Wilson en el filme.

Gael García no sorprende con su actuación pero sí cumple con creces. El más impresionante es Leonardo Ortizgris, con un personaje encantador. Genial ver en la pantalla a Alfredo Castro. Alonso Ruiz Palacios es un cineasta que nació virtuoso.

Halloween
Director: David Gordon Green (EU, 2018)

Jamie Lee Curtis regresa a su icónico personaje Laurie Strode, quien llega a la confrontación final con Michael Myers, la figura enmascarada que la ha perseguido desde que escapó de la matanza que él hizo la noche de Halloween hace cuatro décadas. Se trata de la nueva entrega de la franquicia Halloween, que es una secuela directa de la original de 1978, en la cual John Carpenter (creador de la original) es productor ejecutivo. Si bien no es una película perfecta, sí es un extraordinario filme sobre la nostalgia de la saga, se convierte en un ejemplo de cómo retomar grandes historias sin tener que recurrir a explotar el cliché. Una excelente opción para los amantes del terror, ése que no tiene miedo a la sangre. Calificación: No te la pierdas.

The drawer boy
Director: Arturo Pérez Torres (México-Canadá, 2017)

Descubrí que este filme actualmente se proyecta en algunas salas de la ciudad de México y no podía dejar pasar la oportunidad de recomendarla. Basado en una obra de Michael Healey, The Drawer Boy encuentra sus raíces en una pieza vital de la historia del teatro canadiense. El filme nos lleva a 1973. Miles, un joven actor de teatro de Toronto, llega al Condado de Huron en la casa de Angus y Morgan, dos antiguos agricultores solteros. Miles se queda con los dos campesinos para reunir historias sobre la vida rural y hacer una obra de teatro sobre ella. Las tres vidas están irrevocablemente alteradas cuando el arte intenta imitar la vida y la línea entre la verdad y la ficción se cruza. Calificación: No te la pierdas.