Los Ángeles Azules hacen bailar a Oaxaca
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En Escena

Los Ángeles Azules hacen bailar a Oaxaca

Con dos conciertos, la agrupación originaria de Iztapalapa contagió de ritmo y sabor a un público que se dejó cautivar con éxitos como El listón de tu pelo y 17 años


Las interminables filas que días antes eran para conseguir boletos volvieron a generarse la tarde y noche del miércoles. Miles de asistentes aguardaban para entrar al auditorio Guelaguetza. Los Ángeles Azules, que hasta hace unas horas habían ofrecido su primer concierto, eran el motivo de la espera. Y esta terminó a las 20:30, cuando la agrupación de los hermanos Mejía Avante salió al escenario. A esa hora seguían las filas. Las inconformidades en los palcos C y D (debidas a que algunas personas que habían estado en primer concierto se negaban a salir) parecían haber terminado.

Tan pronto las luces iluminaron el escenario, se dejaron escuchar los gritos de emoción y uno que otro ensayaba sus pasos de cumbia. A falta de pista, hubo que bailar en los asientos o en los pasillos y escaleras. A la derecha, a la izquierda, moviendo los hombros y las caderas, varios disfrutaron de una Entrega de amor que fue seguida por Las maravillas de las vida, y tras ello el saludo de la agrupación.

Desde Iztapalapa para todo el mundo, La cumbia picosa llegó al Guelaguetza, recinto que por las dos presentaciones congregó a poco más de 20 mil almas. Con Mi niña mujer, la agrupación pidió a las mujeres de Oaxaca a levantarse de sus asientos, pues el tema era con dedicatoria especial para ellas.

En este concierto-baile no pudieron faltar los éxitos que han marcado a la agrupación nacida en 1976, con una propuesta de rock que halló mejor camino en la cumbia.

Gritos, aplausos y mucho baile cimbraron la verde cantera del auditorio. Los públicos de las cuatro secciones se armaron de energía para una competencia de gritos. Llegó la hora de soltar El listón de tu pelo y de remontarse a los años ochenta, cuando la primera agrupación mexicana de cumbia invitada al festival Coachella grabó la Cumbia del acordeón.

Doña Beatriz fue la primera invitada al escenario. Ahí bailó con Gilberto y –ambos- junto a dos parejas de edades diversas. ¿Quién lo hizo mejor?, los gritos y aplausos lo decidieron.

Entre tanta cumbia, la del acordeón fue acompañada por la del infinito, la de la tostadita y una pa’ gozar. Las autofotos (selfies) no se hicieron esperar. Con celular en mano y al ritmo de composiciones como Toma que toma o Amigos nada más, muchos aprovecharon para “inmortalizar” el momento. Varios más para transmitir en vivo y presumir a sus contactos de Facebook el triunfo que la semana pasada parecía muy lejano, debido a las fallas en ventas de los boletos.

El toque romántico lo dieron interpretaciones como 20 rosas y Juventud, que transportaron a más de uno a los tiempos de los primeros noviazgos.
Los Ángeles ofrecieron tequila, pero el público lo rechazó, no así cuando mencionaron mezcal.

El concierto llegaba a su fin. ¿Cuál sería el último tema? Nuevamente, la decisión era del público. La disputa por escuchar Mis sentimientos o 17 años estuvo muy reñida. Al final, ambas fueron interpretadas por la agrupación que convirtió al género colombiano en uno con una personalidad sonidera y muy mexicano.

Pasadas las 22:00 horas, el recital concluyó, pero el público siguió bailando con Nunca es suficiente, uno de los temas pop que reversionó junto a Natalia Lafoucade e incluyó en su más reciente álbum: Esto sí es cumbia.


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