La educación ambiental está en peligro de extinción
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La educación ambiental está en peligro de extinción

“El eje de todas las asignaturas debe ser el medio ambiente”


La educación ambiental está en peligro de extinción | El Imparcial de Oaxaca

Una profesora de Infantil de un colegio concertado de Girona pidió a sus alumnos que dibujaran un conejo. Casi todos pintaron a Bugs Bunny con unas tranquilizadoras orejas rosas. Hubo un niño que hizo un conejo «de verdad». Muy peludo. Los demás se rieron de él porque decían que su conejo «era feo». En realidad, la mayoría de estos pequeños urbanitas, criados entre la ‘tablet’ y la ‘smart TV’, no había visto un conejo real en su vida.

Lo cuenta la consultora educativa Catherine L’ Ecuyer para advertir de cómo los niños están siendo educados en ambientes artificiales «que sustituyen a la realidad» y eso «les hace perder su sentido de la belleza y su capacidad de asombro». Piensan que las cosas reales son feas porque están acostumbrados a la falsa pulcritud de lo virtual. Es uno de los síntomas del Trastorno de Déficit de Naturaleza o Síndrome de Heidi, como ha llamado el divulgador científico Richard Louv al conjunto de alteraciones que padecen las personas sometidas a un entorno alejado de la vida natural.

En las escuelas españolas se han puesto de moda las TIC, la Robótica y la programación de videojuegos con Scratch, pero la educación ambiental va camino de desaparecer. Vivió una época de esplendor en los años 90, coincidiendo con aquellas campañas de concienciación sobre la capa de ozono, pero ahora es una de las grandes marginadas del programa de estudios, a diferencia de lo que ocurre en otros países europeos.

«Con la Logse [1990] la educación ambiental tenía mucho peso y estaba de forma transversal en las asignaturas. Ahora hay colegios que trabajan por proyectos y en algunos está presente, pero depende de la voluntad de los docentes, que muchas veces no están formados porque en la carrera apenas se toca esta disciplina», explica Federico García, responsable de Educación Ambiental de SEO/BirdLife.

Naturalizar el currículo

Esta ONG trabaja en un proyecto de «naturalización del currículo» y hace un año promovió una petición al Congreso apoyada por otras 70 organizaciones para que se ponga más educación ambiental en la escuela, no sólo de forma transversal sino también con una asignatura concreta en Secundaria. Su directora, Asunción Ruiz, se asombra también por esa falta de cultura ambiental que tienen los más pequeños: «Llevamos a niños de campamento y nos dijeron: ‘No sabía que se hacía tan de noche’. Cada vez hay una mayor desconexión con la naturaleza, a pesar de que la evidencia científica señala que mejora el rendimiento de los estudiantes. El modelo educativo tiene que cambiar».

El paso de la Loe (2006) a la actual Lomce (2013) ha supuesto una rebaja del peso de la educación ambiental en el currículo. Para empezar, la competencia básica de Conocimiento e Interacción con el Mundo Físico ha sido absorbida por la más grande Competencia Matemática y Competencias Básicas en Ciencia y Tecnología, en la que todas las cuestiones relacionadas con la sostenibilidad «han perdido poder», apunta García.

En Primaria, Conocimiento del Medio se ha sustituido por dos asignaturas, Ciencias Naturales y Ciencias Sociales, pero en Naturales no se aborda tanto el medio ambiente como «contenidos muy concretos» sobre el cuerpo humano, los seres vivos, la tecnología o la ciencia. Sí está más presente, a cambio, en la materia de Valores, pero sólo la cursan los niños que no hacen Religión.

En la ESO, hay Biología y Geología en los tres primeros cursos y sí se habla bastante sobre la conservación de la naturaleza. Al llegar a 4º, se convierte en una materia que los alumnos deben escoger en una lista de cuatro reservada sólo a los estudiantes de la vía académica.

Bachillerato es la etapa donde se acusa la mayor pérdida. Con la LOE, los alumnos de todas las modalidades tenían Ciencias para el Mundo Contemporáneo como asignatura común, junto a la Lengua, la Historia o la Filosofía. Era obligatoria. Con la Lomce sólo los estudiantes de la modalidad de Ciencias tienen la posibilidad de cursar Biología y Geología en 1º, y además deben escogerla entre otras dos. En 2º se repite esa misma optatividad destinada sólo a los de Ciencias pero separando Biología de Geología.

Por otro lado, al final de la Secundaria (en 4º de la ESO y 1º y 2º de Bachillerato) la Lomce también contempla otras dos optativas: Cultura Científica y Ciencias de la Tierra y del Medio Ambiente.

¿Y la ‘ley Celaá’? El borrador de la reforma educativa del Gobierno, que previsiblemente será enviado en enero al Congreso, es aún peor para la educación ambiental. El término «medio ambiente» no figura ni una sola vez a lo largo de los 69 folios del texto. Tampoco aparece como competencia transversal (sí se recogen, a cambio, las TIC o la educación emocional) y ha sido eliminada como asignatura al final de la Secundaria.

En Primaria y en los tres primeros cursos de la ESO se mantiene como con la ‘ley Wert’. Lo preocupante es que Biología y Geología desaparecen completamente del currículo tanto en 4º de la ESO como en los dos cursos de Bachillerato, algo que no ocurría ni en la Lomce. Tampoco ha recuperado las Ciencias para el Mundo Contemporáneo de la LOE, como hubiera sido lo esperado.

El borrador se limita a decir que en 4º de la ESO habrá optativas que serán establecidas más adelante por el Gobierno, «previa consulta a las comunidades autónomas», mientras que en Bachillerato serán las consejerías regionales las que determinarán qué materias se estudiarán. Al no salir en la ley orgánica, la impartición de Biología, Geología, Cultura Científica y Ciencias de la Tierra y del Medio Ambiente queda en el aire. Su existencia dependerá de la sensibilidad que muestre la Administración de turno en un momento en el que existe una fuerte competencia con otras asignaturas.