Eutanasia, lejos de la legislación en Oaxaca
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Eutanasia, lejos de la legislación en Oaxaca

Para algunas familias, pensar en la eutanasia ante una enfermedad incurable que hace sufrir al paciente, no es nada fácil


Eutanasia, lejos de la legislación en Oaxaca | El Imparcial de Oaxaca

Aunque para algunos es un derecho la muerte digna, para otros la eutanasia representa un tema complicado para el que la sociedad aún no está preparada, tanto por la decisión de ponerla en práctica como por el rechazo o cuestionamientos de terceros.

Para el director de la Facultad de Medicina y Cirugía de la Universidad Autónoma Benito Juárez de Oaxaca (UABJO), Guilebaldo Cruz Cortés, la eutanasia constituye una decisión complicada que el médico no está autorizado a tomar de manera unilateral.

Este acto de “provocar la muerte de una persona que padece una enfermedad incurable para evitar que sufra”, ha generado división de opiniones en diferentes sectores de la sociedad, como el gobierno, la Iglesia, padres y madres de familia, entre otros.

Para algunas familias, pensar en la eutanasia ante una enfermedad incurable que hace sufrir al paciente, no es nada fácil, al considerar que no se puede determinar en qué momento ya no hay posibilidades de recuperación, porque hay casos documentados donde sí las hay.

Pensar en la eutanasia se advierte cuando el paciente permanece en hospitalización y con el paso del tiempo genera mayores complicaciones, así como el estrés en la familia por todas las características de manejo hospitalario de un paciente.

“La eutanasia es la autorización de la terminación de la vida de algunas personas que por situación de salud, ameriten este tipo de intervención”, expuso el director de la Facultad, al exponer que la institución que él preside cuenta con un plan de estudios donde se abordan temas de este tipo.

Recordó que en el tema de salud y la atención médica, se han hecho intentos sobre la legislación de la eutanasia, pero con nulos resultados.

Se ve lejana la legislación

Al señalar que hay países donde ya se autoriza esta práctica para dar fin a una etapa difícil en pacientes terminales que tienen cáncer u otro padecimiento, el entrevistado explicó que en este tema influye de manera considerable la familia, que debe dar una autorización expresa e incluso firmada para este tipo de intervención que pueda hacer una autoridad médica.

“Todavía en México y Oaxaca estamos lejos de esta legislación por falta de un consenso; sin embargo, se ha hecho mucho hincapié en la parte de la bioética, que tiene que ver con el acompañamiento y la terminación de la vida de estos pacientes que estén conectados a un respirador, pero a la fecha no está autorizado en ninguna legislación que el médico pueda decidir en algún momento eliminar la respiración asistida en pacientes terminales”.

Desde el punto de vista legal, dijo, el médico tiene la obligación de mantener las funciones vitales hasta el momento en que el mismo paciente los elimine por su propia cuenta. “En esta situación también depende mucho la relación que se tiene entre médico-paciente y familiares”.

“El médico tendría que decidir en consenso con los familiares y en el caso de hospitales, con la autorización de las autoridades del nosocomio, para aplicar la eutanasia”, insistió.

La sociedad no está preparada

Gisela Alonso Pérez, psicoanalista, egresada de la Universidad Mesoamericana, opinó que en el tema de la eutanasia, “quitarle la vida a alguien ya implica una carga moral”.

Aunque consideró que esta práctica se realiza para disminuir el sufrimiento de alguien que por criterios médicos va a morir, sin embargo, no ha sido discutida en la sociedad mexicana para promover o no su respectiva legislación.

“Para la familia es difícil asimilar que alguien cercano va a morir; opta por muchos tratamientos médicos y psicológicos para evitarlo, pero pensar en la eutanasia es difícil, y más que alguien asuma esa responsabilidad”, explicó.

Destacó que muchas familias persisten en un tratamiento largo aún con el sufrimiento del paciente, por el gusto de verlo vivir más tiempo o que disminuya el dolor pero que esté con vida.

“A veces aceptan tratamientos agresivos para mantenerlo con vida; muchos no asimilan la muerte y por eso la sociedad no está preparada para la eutanasia”, expuso.

Otra limitante para llevar a cabo esta práctica es la religión, de cualquier tipo, porque representa una carga fuerte al decir o enfatizar que la vida tiene que preservarse y no se debe atentar contra la ley o esa orden.

Aunado a ello, la mayoría evita llevar la responsabilidad de decidir por la muerte de una persona. La gente no está dispuesta a sufrir el rechazo o cuestionamientos de terceros si optara por la eutanasia.

Alonso Pérez recordó que esta práctica ha sido aplicada desde hace mucho tiempo en otras partes del mundo; incluso el psicoanalista, Sigmund Freud, pidió a su médico que le inyectara morfina hasta en tres ocasiones para ahorrarle el sufrimiento por la propagación del cáncer de paladar que padecía. Freud murió después de que le suministraran tres inyecciones de morfina.


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