Las nueve bahías de Huatulco están llenas de sitios arqueológicos, señala el arqueólogo Raúl Matadamas, del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH). Quien por varios años se ha dedicado al estudio de esta zona en la región Costa, explica que hasta el momento se tiene un registro de 95 sitios arqueológicos, que se ubican desde el río Copalita hasta la bahía de Cacaluta.

Los hallazgos a los que refiere el especialista están en una zona que comprende cerca de 20 kilómetros de distancia entre ambos ríos, el de Copalita y Cacaluta.

Este jueves, el investigador dio a conocer algunos hallazgos en la zona arqueológica de Copalita, así como la manera en que las exploraciones en las bahías han logrado frenar algunos proyectos turísticos y con ello evitado la pérdida de información sobre los pueblos que habitaron esa zona.

En su conferencia realizada en el Museo de las Culturas de Oaxaca, en el centro de la ciudad, Matadamas comentó que la labor de exploración en esta parte del estado ha sido muy difícil, debido a la diversidad de intereses en esa zona y los desarrollos turísticos que se pretenden hacer.

“El impacto en principio de esta infraestructura turística son los humedales, porque precisamente en esos lugares se les hace atractivo realizar obras para desarrollar unidades habitacionales u hoteles, por el tipo de terreno, por las condiciones del lugar”.

De ahí que parte del proyecto arqueológico sea para evitar construcciones en terrenos donde podría haber vestigios y el consecuente impacto de la actividad turística en los humedales o corales. Por lo pronto, dijo, se detuvo la construcción de hoteles en la desembocadura del río Copalita, gracias a la zona arqueológica que ahora está en funciones y abierta parcialmente al público.

“Lo que se intenta es que no se dañen los humedales, por eso trabajamos en conjunto con el Parque Nacional Huatulco y la Semarnat (Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales) para proteger ambas cosas: el entorno natural y el entorno cultural.

“Dado que en la construcción de hoteles y de infraestructura turística va en proceso, va en desarrollo, pues tenemos que organizar una lista de sitios, de manifestaciones, para tratar lo más posible de evitar daños y recuperar información que se obtenga del lugar”, agregó.

Matadamas refirió que debido a que las bahías comprenden decenas de vestigios, se han impulsado programas y proyectos en los que se incluyan datos culturales de la región, los cuales —dijo— son vastos, pero que hace años, cuando él llegó, se decía que en la región no había cultura. “Ahora la idea ha cambiado un poquito”.

Ejemplo de ello, fue su referencia a la bahía de Santa Cruz, que se considera como el lugar en que se fundan los pueblos que rigen esta región y que incluso llegó a ser más importante que el puerto de Acapulco. En esa bahía, señala, existen sitios arqueológicos, gracias a los cuales se ha identificado el pueblo viejo de Santa Cruz, el pueblo viejo de la bahía de Chahué, el pueblo viejo de Tangolunda y el pueblo viejo de Cacaluta.

HALLAZGOS EN COPALITA

Respecto a la zona arqueológica de Copalita, algunos hallazgos o evidencias, el arqueólogo señaló un conjunto ceremonial, el templo al que han denominado “de las serpientes”, una acrópolis, algunas rampas (que permite entrever semejanzas con la cultura maya) y una serie de canales. Tanto la rampa como los canales fueron descubiertos en este año.

También se descubrió un juego de pelota (en 2016) y —en la desembocadura del río Copalita— gran concentración de caracol púrpura.

De acuerdo con el INAH, el proyecto de investigación arqueológica Copalita, ha registrado entre el 2015 y 2016 20 sitios con evidencias arqueológicas nuevas. Uno de ellos es un juego de pelota dentro de un conjunto de cinco estructuras cívico-ceremoniales, algunas de las cuales alcanzan poco más de cinco metros de altura y se encuentra en la margen poniente de la cuenca baja del río Cacaluta.