Oaxaca y Monte Albán cumplen 30 años de la declaratoria como patrimonio cultural de la humanidad
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Oaxaca y Monte Albán cumplen 30 años de la declaratoria como patrimonio cultural de la humanidad

Este lunes, la zona arqueológica de Monte Albán y el Centro Histórico de la ciudad de Oaxaca cumplen 30 años


  • Oaxaca y Monte Albán cumplen 30 años de la declaratoria como patrimonio cultural de la humanidad
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La Zona Arqueológica de Monte Albán y la ciudad de Oaxaca cumplen hoy 30 años de haber sido declaradas patrimonio cultural de la humanidad, por la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (UNESCO).

Ambos lugares representan un legado de las culturas que han forjado el estado, además de atractivos turísticos que permiten hacerse de una derrama económica, como lo decían hace un año la directora de la zona arqueológica, Patricia Martínez Lira, y el delegado en Oaxaca del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH), Joel Omar Vásquez Herrera.

Tanto el Centro Histórico como Monte Albán “representan la base y el origen de la comunidad oaxaqueña, pues son un símbolo de multiculturalidad y un espacio donde lo antiguo y lo contemporáneo conviven sin mayor dificultad”, explicaba el antropólogo durante el primer Encuentro Internacional sobre Patrimonio Cultural de Oaxaca, que se desarrolló del 6 al 10 de diciembre del año pasado en la capital del estado.

En ese evento, Vázquez Herrera señaló que a partir de ello se definirían las pautas para la toma de decisiones de los servidores públicos de los tres órdenes de gobierno que trabajen con el tema de patrimonio cultural oaxaqueño.
En este año, en el que se conmemoran los 30 años de la declaratoria como patrimonio, tanto Monte Albán como el centro de la ciudad han padecido los estragos causados por los sismos de septiembre pasado, así como el deterioro a causa de las actividades humanas.

“No podemos negar que hubo daños en estos sitios patrimoniales”, refiere el delegado del INAH en Oaxaca. Sin embargo, consideró que hay un compromiso importante de las instituciones involucradas en el tema. En el caso de Monte Albán, explica la directora de la zona (Patricia Martínez Lira), hubo algunas afectaciones que suman a las tenidas en 1999 por otro sismo.

No obstante, la zona se atiende y está abierta al público: “Han venido especialistas del INAH y de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM). “Vamos a crear una propuesta interdisciplinaria para atender Monte Albán de la mejor forma, con la tecnología y los conocimientos más avanzados.

En cuanto a los daños de parte de la sociedad, éstos han ocurrido no sólo en el último año, sino en fechas más antiguas, aunque quizá el más recordado sea el de la quema de la puerta del edificio de la Facultad de Derecho y Ciencias Políticas de la Universidad Autónoma Benito Juárez de Oaxaca (UABJO), en noviembre, cuando en el zócalo de la ciudad se desarrollaba la 36 Feria Internacional del Libro de Oaxaca.

¿Qué implica la celebración de los 30 años de esta declaratoria? —se le pregunta al cronista de la ciudad, Jorge Bueno Sánchez:

A 30 años, es un renovado compromiso de la autoridad de cuidar, salvaguardar, de procurar limpieza en toda la ciudad, de conclusión de obras, de poder realmente mostrarnos lo que somos desde hace 30 años: patrimonio de la humanidad.

Jorge Bueno considera ese compromiso ligado al reconocimiento de Oaxaca en el sexto lugar de la lista de 15 ciudades para viajar según la revista Travel and Leisure y el del quinto en la lista de los 21 lugares para viajar en 2018, de acuerdo con National Geographic.

“Tenemos ese compromiso, y los políticos tienen el compromiso muy grande de controlar, mediante la ley, a todos aquellos grupos que presionan a la autoridad, dañan al pueblo y agreden a nuestro patrimonio”.

¿Y de parte de la sociedad, cuál es la responsabilidad?

Vivir plenamente nuestra ciudad, ser concurrentes a los actos públicos ligados a la cultura, deambular por las calles como andantes que somos y gozar y no dejar los espacios o los eventos vacíos, y defender, con la voz, lo que nos pertenece.

El viernes 1 de diciembre, una calenda de universitarios recorría el Andador Turístico; al son de la música de banda, y casi al final del festejo, decenas de latas y botellas de cervezas y otras bebidas alcohólicas quedaban sobre la cantera, frente al ex convento de Santo Domingo de Guzmán y junto al letrero con el nombre de Oaxaca (instalado hace meses por el ayuntamiento capitalino).

Un policía de entre varios que resguardaban la zona comentaba que generalmente así termina este tipo de festejos por parte de los estudiantes. La basura y restos de botellas o de otras bebidas embriagantes eran también comunes al final de la celebración —agregaba— y que tan pronto se retiraran los estudiantes, vendría personal de limpia para recoger la basura. En tanto, él y sus compañeros policías permanecerían para evitar o disuadir las peleas que entre alumnos surgieran.

¿Qué opina el cronista sobre este tipo de festejos en el centro?

“Es cierto, Oaxaca últimamente ha visto que los fines de curso o el vencimiento de una carrera se festejan con una calenda, sin considerar que la calenda tiene su significado: es el que antecede a la fiesta calendáricamente desde los romanos, pero lo que ahí se requiere es la responsabilidad de las escuelas, de las facultades, de las diferentes universidades, que son muchas, y eso es lo que requiere: que sean las propias autoridades educativas las que cuiden.

Joel Omar Vásquez Herrera, delegado del INAH, dijo que era necesaria la coordinación de los órdenes de gobierno para mantener limpios los espacios de la capital; “me parece que estamos en un país de libertades y ese tipo de expresiones son bienvenidas, pero sí en una coordinación de mantener limpios los espacios de nuestro Centro Histórico”.

UNA LABOR CONJUNTA

El pasado viernes, durante la colocación de la ofrenda floral frente a la placa de la declaratoria del Centro Histórico como patrimonio mundial, Joel Omar Vásquez Herrerar ecordaba que hace 30 años México celebraba la inscripción en la lista de Patrimonio Mundial de seis bienes en el país, entre los cuales estaban el Centro Histórico de Oaxaca y la zona arqueológica de Monte Albán.

Asimismo, se refirió a la Convención sobre la Protección del Patrimonio Mundial, Cultural y Natural que la Unesco redactó en 1972, en la que se menciona que los estados que poseen este tipo de nombramientos adquieren la obligación de identificar, proteger, conservar, rehabilitar y transmitir a las generaciones futuras el patrimonio cultural y natural situado en su territorio. Además de que tales estados “procurarán actuar con ese objeto por su propio esfuerzo y hasta el máximo de los recursos que dispongan, y llegado el caso, mediante la asistencia y la cooperación internacionales de que se pueden beneficiar, sobre todo en los aspectos financieros, artístico, científico y tecnológico”.

Vásquez Herrera comentó que en la mayoría de los casos se puede pensar que esta labor compete únicamente a quienes consagran su vida a la investigación o, en su defecto, a los órdenes de gobierno.
“Sin embargo, aunque ambos están facultados para llevar a cabo las acciones que garantizan el cumplimiento de este compromiso, quienes debemos ser punta de lanza en acciones de preservación y valorización diaria somos todos como sociedad”.

El delegado indicó que de la misma manera en que se manifiesta el orgullo por “estas maravillosas muestras del ingenio humano”, también debe haber disposición para comprometernos en su protección, pues “no en vano México sigue ocupando el primer lugar en la región de América Latina y el Caribe, y el sexto lugar a nivel mundial con el mayor número de bienes en la lista del patrimonio mundial, con un total de 34 sitios registrados”.

José Antonio Hernández Fraguas, presidente municipal de Oaxaca de Juárez, señalaba que una de las obligaciones más importantes cuando uno asume el cargo de edil es “preservar y conservar esto que es nuestra mayor riqueza cultural, garantizar que todo lo que tenemos que hacer vaya encaminado a que este título otorgado hace 30 años pueda servirnos como una carta honrosa de presentación, pero también como un motivo para que cuidemos todo lo que tenemos, para que cuidemos este maravilloso espacio que tenemos en la ciudad de Oaxaca”.

En el caso de Monte Albán, Patricia Martínez Lira subrayaba la importancia de conocer la historia de la zona arqueológica “¿Cómo vamos a apreciar y a valorar algo si no conocemos su historia?”, se preguntaba y respondía que además de conocer es necesaria la labor de difusión y concientización entre la población sobre la historia de Monte Albán.