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El género Ensayo nace con Montaigne en 1430 y durante los siglos posteriores se han identificado sus características y elementos fundamentales. Este género literario fue practicado por Manuel Martínez Gracida…


Panteones | El Imparcial de Oaxaca

El género Ensayo nace con Montaigne en 1430 y durante los siglos posteriores se han identificado sus características y elementos fundamentales.
Este género literario fue practicado por Manuel Martínez Gracida con amplitud.

Por lo que se refiere a la ciudad de Oaxaca escribió ensayos sobre varios temas, algunos publicados, otros inéditos.

Seleccioné el ensayo denominado Panteones, para esta edición, del cual escribo sólo fragmentos seleccionados ya que es muy largo.
De su lectura, encontré relatos del siglo XIX y principios del XX, (cuando fueron escritos) poesía lírica de la época y descripciones.
Existe en el original de este ensayo, una ficha manuscrita adjunta al texto; nos deja el ensayista, constancia de un letrero en la fachada del viejo Panteón de San Miguel, calificándolo de “inscripción druídica”, que todavía se puede leer:

“Postraos: aquí la eternidad empieza y es polvo aquí la mundanal grandeza”.
Queda pendiente la investigación para saber por qué llamó “druídica” a esta inscripción.
En la ficha que comento, se lee una fecha: 3 de diciembre de 1918.
Manuel Martínez Gracida escribe también, entrecomillas, el poema completo que le da solemnidad a la fachada de nuestro Panteón General:
“Esta es, viador, la casa universal,
la perpetua mansión triste morada,
donde viene a posar todo mortal
tarde o temprano, al fin de la jornada.
No salgas, no, de este funesto umbral,
Sin que recuerdes que eres polvo y nada;
Porque un día sin poderlo resistir,
Has de volver a entrar y no salir.
En este gran imperio de la muerte,
lo mismo cabe el débil como el fuerte.
Concluye aquí la mundanal partida
y es puerta que conduce a eterna vida.
Postraos, aquí la eternidad empieza
y es polvo aquí la mundanal grandeza”.

Existe otra ficha, en la que escribe, dentro de su ensayo, el siguiente soneto:

A LA MUERTE
“Tú Eres piadosa y justa porque igualas,
en el silencio de la selva oscura,
al mendigo y al Rey de la hermosura,
tornando en polvo sus mentidas galas.

¿Por qué si el fin del padecer señalas,
tiembla al mirarte el hombre con pavura?
Qué, ¿no sabe que se halla la ventura,
bajo la dulce sombra de tus alas?

Yo anhelo la quietud de tu reposo,
pues un amigo me dice que te espere
cual se espera a un amigo cariñoso.
He aquí mi corazón, míralo, hiérelo
Yo no temo tu aspecto pavoroso,
porque algo siento en mi que nunca muere.

Las expresiones anteriores están llenas de la pasión decimonónica por el tema. Son desde luego más amplias y fueron publicadas en La Crónica, Oaxaca, Viernes 1/º de Noviembre de 1850”.

Si tomamos en cuenta la fecha de la publicación, y sobre todo la exaltación y pasión que desborda, afirmamos que este último texto no viene de la pluma de Manuel Martínez Gracida, no obstante, al incluirlo en su ensayo, entrecomillado, es evidente que se adhiere a la idea expuesta.

El ensayo Panteones que estoy comentando, quizá sea el más amplio de cuantos escribió Manuel Martínez Gracida. Además, no olvida su vocación primordial, la descripción, la recopilación, la acumulación de datos y desarrolla con gran amplitud la historia de los diferentes panteones de la ciudad de Oaxaca. Refiere los gobernantes en turno que con su dedicación lograron estas obras, recuerda a los diseñadores y constructores e, inclusive, deja memoria de una estadística minuciosa del número de inhumaciones hechas en el Panteón de San Miguel en una época dada. Da a conocer presupuestos de obra, errores, demoliciones de lo mal hecho, (ordenadas por el gobernador Benito Juárez); y deja constancia de los esfuerzos estériles por concluir la capilla central, inconclusa hasta nuestros días.