Entre dos mundos, la obra de Luis Acevedo
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Arte y Cultura

Entre dos mundos, la obra de Luis Acevedo

Con dos series, una con temas circenses y otra sobre la danza de los “Zancudos”, inaugura exposición el 28 de octubre


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Vivir en una zona “roja” de la ciudad de Oaxaca, en inmediaciones del periférico, significó para Luis Acevedo estar expuesto a ambientes poco infantiles. Sin embargo, aquel niño y adolescente supo apreciar la diversión y alegría de los circos que llegaban. La costumbre de las compañías circenses de desfilar por esa vía, emocionaba a Luis, quien guardó varios recuerdos de esos años y de un tiempo para acá los plasma en sus lienzos.

Con el nombre de El circo, payasos y risas, Luis conforma una de las dos series de su exposición Entre dos mundos, que inaugura el 28 de octubre, a las 19:00 horas, en la galería Piaf (interior de Plaza San Jerónimo, centro de la capital).
La otra serie se titula Los que tocaron el cielo y se basa en la convivencia del artista con danzantes de Zaachila, los llamados Zancudos o Buin zaa (que se traduce como “la gente nube, pero que Luis optó por llamarlos como los que tocaron el cielo).

Luis Acevedo es un artista originario de Oaxaca, antes de exponer en la galería Piaf, ha compartido su trabajo en los proyectos Todos por Oaxaca y Las Rutas del Mezcal (organizados por la galería Jesús Villafán y Mezcal Oro de Oaxaca). Hace un mes, participó en la subasta de la Cruz Roja, titulada Todos por México, a beneficio de las personas afectadas por los sismos de septiembre.

En esta ocasión comparte su trabajo sobre una temática que por seis años ha desarrollado, la circense, pero se aventura en mostrar otra nueva, la de una danza de Zaachila, municipio que pese a visitar en varias ocasiones sigue mostrándole nuevas expresiones de la cultura.

El punto de vista que les da a los “zancudos” se basa en los relatos que los danzantes le han contado sobre los orígenes de la danza. “No es una calenda como comúnmente vemos de las Chinas, sino es un poco más folclórico, desde otro punto de vista, algo hinóspito”, refiere.

Sin embargo, estos danzantes aparecen en forma de calacas, por ser una figura que le gusta mucho a Luis y por ser un símbolo respetado en la cultura mexicana.

LO CIRCENSE

Antes, Luis pintaba muchos insectos, pues eran los animales que más veía en los campos de Tlacolula, donde vivió algunos años. Además por seguir parte del trabajo del maestro con quien aprendió parte de las técnicas que ahora emplea.
Lo circense tiene que ver más con los recuerdos de la infancia y su gusto por estas atracciones. Luis creció en una zona de la ciudad considerada “roja”, el barrio de La Soledad.

Pero, explica, tuvo la suerte de ir a muchos circos famosos que vinieron a Oaxaca.

“Cuando llegaba a verlos, veía que era algo muy simple y no me impactaban, pero el recuerdo ya estaba ahí”, cuenta quien empezó a pintar porque se le hacía más fácil recrear lo que había vivido y sus sentimientos.

La exposición Entre dos mundos está integrada por 19 piezas, una de las cuales rifará en redes sociales. Se inaugura el sábado 28, a las 19:00 horas, en la galería Piaf.

Después de Oaxaca, parte de su obra será expuesta en el Museo Franz Mayer (Ciudad de México), a través de una exposición y subasta colectiva titulada Máscaras de aliento.


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