Ventana Fotográfica: 1X300
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Arte y Cultura

Ventana Fotográfica: 1X300

Ventana Fotográfica: 1×300 es una serie que se inaugura con esta primera entrega y que contará con una periodicidad semanal.


Ventana Fotográfica: 1X300 | El Imparcial de Oaxaca
Título: Paisaje 1918220 / Fotógrafa: Edith Morales Sánchez©

Consiste en un recorrido texto-visual a través de la fotografía artística actual, realizada hoy en día en Oaxaca por fotógrafos/as locales o radicados en la ciudad.

La coordinadora del proyecto, Alessandra Galimberti, propone un acercamiento a cada fotografía (una por artista visual participante), a partir de un texto de autoría propia y de inspiración libre, que cuenta exactamente con 300 palabras a modo de guiño lúdico al zoom de 300 milímetros que los profesionales del lente utilizan eventualmente para captar sus imágenes.

 

Una pila de nueve fajos de papeles por tres columnas, todo eso repetido por cuatro tantos, es el paisaje epidérmico de Edith Morales Sánchez. Contable de profesión, la fotógrafa usa su cámara para hurgar y resignificar el alcance de los archivos alrededor de los cuales desenvuelve sus días.

En primerísimo plano, ocupando toda la superficie fotográfica, sin dejar márgenes de error, sin dejar márgenes de por medio, sin dejar aparentemente oquedades para el punteo de cielos vespertinos, documentos y más documentos se enciman, recostados hacia el interior de un delgado estante, de tal manera que vemos solamente, de cerca, el canto inferior de los abultados legajos.

Están tan cerca que pareciera que el ojo del que mira, o la yema del dedo índice, pudiera tocar y recorrer lentamente, como un roce, como si fuera una piel, como si fuera un cuerpo vivo, como si fuera un latido, cada uno de sus pliegues y dobleces. Pareciera incluso que los finos filamentos que sobresalen y se desprenden pudieran extraerse como si fueran antiguos papiros. Parece  también haber olas y movimientos de matices y colores que bogan al azar, en plena libertad.

Y absorto en ese recorrido, de repente, se da uno cuenta de que ha olvidado por un instante —de esos que se confunden luego con la eternidad— que en realidad lo que encierran esos expedientes son cuentas, estados de banco, facturas, retenciones y demás cálculos y papeleo, que se hallan tan, pero tan lejos del encantamiento y la vida.

Y entonces, uno piensa que a pesar de todo, que a pesar de los muros, que a pesar de la muerte, que a pesar de las pilas de papel que se levantan arrogantes como soldados en armas contra la magia y la alegría, todavía, quizás, hay resquicios por donde transcurre la poesía.