Una retrospectiva al tiempo con Juana Cata
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Arte y Cultura

Una retrospectiva al tiempo con Juana Cata

La historiadora Julia Astrid presenta una escenificación para dar a conocer la vida de esta mujer istmeña


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La historiadora y escritora Julia Astrid Suárez Reyna se encarna en Juana Cata Romero para enseñar la historia de la istmeña a estudiantes de secundaria, lejos de leyendas que circulan en torno a la mujer.

El martes tocó la presentación en la Secundaria Técnica 86, localizada en la calle de Emilio Carranza en la colonia Reforma de esta ciudad capital. El objetivo es que Juana Cata Romero forme parte de los libros de texto de México.

Julia llegó ataviada en un traje negro para comenzar con la escenificación de esta mujer que fue crucial en la vida política del Istmo de Tehuantepec, por aquellos años de 1837 a 1915.

“Yo nací en el Istmo en 1837 viviendo la época convulsionada de muchas guerras internas en México, en medio de La Reforma, la Intervención Francesa”, abrió con su caracterización.

Habló del apoyo económico que ofreció al presidente Benito Juárez a sus 32 años en la lucha con los franceses en épocas del emperador Maximiliano y en las riendas del país.

Fue en ese entonces que comenzó su acercamiento con Porfirio Díaz Mori, quien fungía como comandante de Tehuantepec.

LA IDEA DEL PROYECTO

De acuerdo con Joaquín Maldonado, parte del equipo de Julia Astrid se trata de un proyecto piloto que tienen con el Instituto Estatal de Educación Pública de Oaxaca (IEEPO) para dar a conocer esta historia.

Frente a decenas de estudiantes y del director, Miguel Ángel Carrasco Orozco, fue envolviendo a los asistentes en el relato y también, tratando de desmarañar algunos dichos en torno a Juana Cata Romero.

“Se busca que la información se disemine y sea más allá de las leyendas, de no opacar la historia de las mujeres en la historia y se trata de una investigación de 11 años, de estar buscando información fidedigna”, expresó Joaquín Maldonado.
En tanto, Julia Astrid Suárez Romero, en su viaje por el tiempo, narró el interés por convertirse en empresaria del azúcar para obtener ganancias y con ese dinero hacer obras de beneficio a la sociedad y a la educación.

No obstante, observaba que para una mujer era complicado destacar en aquellos años.

La primera empresaria mexicana reconocida a nivel mundial impulsó la educación, que consideró como la mejor inversión para los niños en aquellos años.

Desde muy niña aprendió a leer y escribir en la iglesia, fue quien visitó en dos ocasiones al Papa León XIII, y fue figura especial en la inauguración del ferrocarril transístmico a inicios de 1900; la construcción se le atribuyó a sus supuestos amoríos con Díaz Mori.

La historiadora Julia Astrid asentó que es mentira que en 1859 Porfirio Díaz se haya metido en las enaguas de Juana Cata para esconderse.

Tampoco la mujer —quien aportó a la restauración de la República— fue motivo principal para que pasara el tren en esta comunidad istmeña como se cuenta, “yo no tenía ninguna casa donde pasara el tren cuando se inauguró el ferrocarril, cuyo objetivo era unir Salina Cruz y Coatzacoalcos”, especificó.

También consideró erróneo que desde la Ciudad de México Porfirio Díaz se subiera al tren y la visitara directo a su casa. No obstante, tiempo más tarde, la señora construyó una vivienda a un costado del ferrocarril.

“Los historiadores no tienen comprobados ni registrados los datos. Es más fácil creer mentiras que decir verdades”, se especificó.

Con esto, a Juana Cata se le busca mostrar con sus capacidades y que aportó para la economía y la educación en medio de un mundo de hombres.

Con un relato de una hora aproximadamente, los estudiantes quedaron envueltos en esta presentación.